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Fundación Heritage

El veredicto del caso Manning

Manning no debería ser visto como un héroe y ni siquiera como un soplón. Violó la ley e hizo mal uso de información clasificada.

El veredicto del 30 de julio en el juicio al cabo Bradley Manning es un importante hito en el debate sobre el manejo de información secreta.

El tribunal militar halló a Manning culpable de casi todos los cargos y acusaciones presentados contra él, pero no de lo que se podría decir que era la acusación más grave: ayudar al enemigo. Todo ello en relación con la filtración, admitida por el mismo Manning, de miles de documentos clasificados a Julian Assange y su página web, WikiLeaks.

Manning tenía autorización para acceder a documentos altamente confidenciales como analista táctico de los servicios de inteligencia desplegado en Irak. El puesto se le concedió tras una rigurosa investigación de sus antecedentes, incluida una prueba con polígrafo. Antes de concederle el acceso a documentos clasificados, también firmó numerosos acuerdos que le prohibían la divulgación de los mismos y que enumeraban las penas por violar las regulaciones militares si el beneficiario de la autorización entregaba documentos clasificados a personal que no estaba autorizado para verlos. Nada de lo cual estaba poco claro o confuso en modo alguno.

El robo por parte de Manning de un gran número de documentos lo convierte en uno de los espías más notorios de la historia de Estados Unidos. Aldrich Ames y Robert Hanssen probablemente fueron peores, pues se sabe que sus acciones tuvieron como resultado la muerte de agentes; y puede que resulte que Edward Snowden haya causado más daño, pero Manning se lleva el premio a la cantidad total de material

Después de admitir que tomó los documentos, Manning afirmó que lo hizo para salvar vidas y que realmente no pensaba que perjudicaría a nadie. También afirmó que revisó lo que entregaba para asegurarse de que nadie estaría en peligro. Sin embargo, no es posible que Manning leyera y evaluara todos los documentos que robó y entregó a WikiLeaks. La cantidad es sencillamente asombrosa.

Manning no debería ser visto como un héroe y ni siquiera como un soplón. Violó la ley e hizo mal uso de información clasificada. Independientemente de sus intenciones, eso es algo irrefutable.

El veredicto debería servir de advertencia para cualquiera que piense que es el juez único y último de lo que es correcto e incorrecto. Particularmente en el caso de los militares, se trata de un suceso trascendental. Confirma un elemento primordial del buen orden y la disciplina. Las Fuerzas Armadas no pueden funcionar adecuadamente si cada militar en servicio piensa que puede desobedecer las normas, las regulaciones y las órdenes sin temer consecuencias adversas.

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