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Emilio Campmany

Una caricatura de Mahoma

El humor de 'Charlie Hebdo' es de baja estofa. Pero sus periodistas y dibujantes tienen todo el derecho del mundo a reírse de lo que les parezca.

El humor de 'Charlie Hebdo' es de baja estofa. Pero sus periodistas y dibujantes tienen todo el derecho del mundo a reírse de lo que les parezca.

Titula El País: "Ataque terrorista a la libertad de prensa en el corazón de Europa". Demasiado genérico. Por supuesto que ha habido un ataque terrorista contra la libertad de prensa, pero la verdad es bastante más concreta. Tanto que el titular es casi una mentira. Más correcto habría sido decir: "El terrorismo islámico asesina a los periodistas que hicieron chistes sobre el islam". Los periodistas de El País, como los de tantos otros medios de comunicación, quieren hacernos creer que ellos también son víctimas. Que el pecado por el que han asesinado a los compañeros es el de ser periodistas. Por eso publican ese editorial conjunto que titulan "Seguiremos publicando". La verdad es otra. No son las cosas que publica El País las que han provocado el atentado, sino las que publican otros y que ellos, bajo varios pretextos, no publican. El único titular conjunto que cabe, si es que cabe alguno, es una caricatura de Mahoma, a ser posible obra de alguno de los asesinados.

Es verdad que muchas de sus viñetas son de mal gusto y que el humor de Charlie Hebdo es de baja estofa. Pero sus periodistas y dibujantes tienen todo el derecho del mundo a reírse de lo que les parezca. (Como lo tienen por otra parte los de El Jueves a caricaturizar con mejor o peor gusto a los actuales reyes). Quienes crean que es un humor blasfemo y chabacano pueden dejar de comprar la revista. Fíjense bien que el atentado no pretende castigar a quienes se ríen del yihadismo, sino a quienes se han reído del profeta. Naturalmente, la gran mayoría de musulmanes no está de acuerdo con que el sacrilegio se castigue con la muerte, pero sí son muchos los que estiman que la libertad de expresión no debería amparar la publicación de tales viñetas. Dicho de otro modo, aunque son muchos los mahometanos que no comparten los métodos de los terroristas, si lo son quienes comparten sus fines, esto es, impedir que se publiquen chistes de Mahoma. Y esa es la raíz del problema. Que muchos musulmanes creen que su religión está por encima de nuestro sistema de libertades. Y eso es lo que no puede ser.

A la vista de ello, sólo cabe una respuesta de los medios. Por mucho que a sus periodistas y lectores las viñetas les parezcan chabacanas, blasfemas o simplemente sin gracia, no queda otra que publicarlas. Porque es lo que tratan de impedir los terroristas, que viñetas de esa naturaleza se publiquen. Por eso Francisco Marhuenda, director de La Razón, dedica la portada de este jueves a una de las viñetas que han provocado la ira de los terroristas. Por eso es una cobardía que no lo haya hecho El País. Y por eso le he pedido al jefe de opinión de Libertad Digital que, en homenaje a los muertos, ilustre este comentario con una viñeta de Mahoma dibujada por alguno de ellos.

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