Es difícil encontrar una rueda de prensa de un político, convocada para dar explicaciones sobre un determinado escándalo, que haya tenido un resultado tan grotesco y contraproducente como la que ayer ofreció Juan Carlos Monedero.
El número tres de Podemos había convocado a los medios para explicar el origen de las abultadas cantidades que ha recibido de algunos gobiernos marxistas hispanoamericanos y los motivos por los que creó una empresa interpuesta para facturar trabajos personales, beneficiándose así de un trato fiscal más favorable que si hubiera tributado como persona física. Pues bien, tras una hora de retraso en la convocatoria y una extensa perorata al más puro estilo bolivariano, Monedero ni aclaró los motivos de haber puesto en marcha esa ingeniería fiscal, ni mostró los documentos que prueban la licitud de sus arreglos financieros con el chavismo, ni despejó las sospechas, cada vez más acuciantes, de que Podemos es un invento político patrocinado por unos regímenes tiránicos.
Monedero, en contra de lo que llevaba días anunciando, no pudo mostrar ni el contrato ni los trabajos por los que ingresó casi medio millón de euros de distintos gobiernos sudamericanos de obediencia marxista, aludiendo a su carácter confidencial. Resulta asombroso que un estudio académico para la implantación de una nueva moneda adquiera repentinamente esa dimensión hermética como si fuera un secreto de Inteligencia, sobre todo cuando ha sido redactado por un profesor universitario como Monedero, dedicado a la ciencia política, cuyos conocimientos sobre economía, como ha demostrado en reiteradas ocasiones, son inexistentes.
Pese a sus patéticos esfuerzos, sobre las finanzas de Monedero siguen pesando hoy exactamente las mismas oscuras sospechas que antes de que compareciera en esa ridícula rueda de prensa, que si algo puso de manifiesto es que el número tres de Podemos no puede explicar las razones para su enriquecimiento repentino. No sólo eso, del cotejo de las fechas en las que supuestamente realizó esos trabajos y creó su empresa, cabe deducir que, además, Monedero utilizó burdas argucias para eludir el pago de impuestos que, deprisa y corriendo, ha tenido que regularizar con una declaración de impuestos complementaria.
Pero lo más asombroso es que este personaje, ya desacreditado para cualquier labor política, escenificara su grotesca comparecencia rodeado de la plana mayor de Podemos, un partido que sipor algo se ha distinguido ha sido por una elevada exigencia de moralidad pública a los demás, de la que su número tres ha demostrado carecer por completo.
La única explicación para que Iglesias y su equipo no se deshagan de su número tres, una vez acreditado que es un lastre que dañará sus expectativas electorales, es que la función de Monedero en las finanzas para la creación de Podemos es demasiado importante como para prescindir de él.
Ayer, Podemos no demostró que está limpio de corrupción. Antes al contrario, sus dirigentes pusieron de relieve que, a la hora de negar las evidencias sobre sus escándalos y escudarse en una supuesta conjura, Iglesias, Errejón y, sobre todo, Monedero, superan de lejos a esa misma casta que quieren desterrar.