Un día después de acusar a Ciudadanos de querer "apuntalar" al PSOE, Mariano Rajoy ha manifestado que, en caso de no alcanzar el PP mayoría y tener que llegar a acuerdos, lo intentaría primero "con el otro gran partido de España".
Hace bien el presidente del PP en aclararnos que se refiere a "buscar acuerdos con el PSOE"; entre otras cosas, porque tampoco está nada claro cuál va a ser "el otro gran partido nacional" después de las elecciones, tal y como señalan todos los sondeos, que pronostican el fin de este, en realidad, falso bipartidismo.
Con todo, y con independencia de cuáles vayan a ser los dos partidos más votados, lo lógico sería que el PP buscara aquellas alianzas postelectorales que menos renuncias exigieran a su programa e ideario; que sellara acuerdos con los partidos más afines y que hayan podido ser receptores de un electorado decepcionado con el Gobierno de Rajoy pero no hostil al ideario que este partido venía tradicionalmente abanderando.
Está visto, sin embargo, que la calamidad histórica que nos gobierna quiere llevar la traición al electorado tradicional de su partido más allá de las próximas elecciones, al dar prioridad –según dice– a los acuerdos con un partido como el PSOE, al que no creo que vaya a votar uno solo de los millones de votantes que tan justificadamente van a dar la espalda al PP.
Llegados a este punto, huelga decir que Rajoy no tendrá difícil este tipo de alianza, que sólo sería contra natura si de verdad en España imperase un auténtico bipartidismo. Aquí, sin embargo, lo que impera es una decadente casta socialdemócrata, tan condescendiente con la corrupción como con el nacionalismo. Bastaría, por tanto, que PP y PSOE reeditasen ese "gran acuerdo nacional", al que irónicamente me referí hace cerca de dos años, y que, básicamente, consistía en dejar aparcado el programa electoral con el que el PP ganó las elecciones generales de 2011.
La verdad es que, desde entonces, el gobierno de Rajoy no se ha salido un ápice del guión de tamaña felonía. Ahora sólo se trataría de mantenerla pasadas las próximas elecciones. Lo que me parece claro es que si alguien ha apuntalado lo que significó el zapaterismo, una vez desbancado el PSOE del poder, ese ha sido el partido de Rajoy, con su amplia y traicionada mayoría absoluta. Contra esta lamentable realidad, nada más útil que votar contra el PP.