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EDITORIAL

Rajoy se equivoca y los demás callan

Es posible que Rajoy se haya equivocado, pero los que podían sacarlo de su error pusieron sus intereses por encima de lo que consideraban mejor para España.

Como hemos contado en Libertad Digital, el descontento entre los dirigentes populares sobre la manera en que se han enfocado las elecciones catalanas está cada vez más extendido. En el PP consideran que Rajoy cometió un grave error al no hacer coincidir las elecciones generales con los comicios catalanes, presentados por las fuerzas separatistas como un plebiscito por la independencia.

La coincidencia de las dos elecciones, consideran, hubiera puesto el foco de atención principalmente en asuntos nacionales y habría permitido al partido del Gobierno llevar la iniciativa de la campaña. Además, las elecciones generales despiertan un mayor interés entre los votantes del PP que las autonómicas, otro argumento que esgrimen los críticos contra esta decisión de Mariano Rajoy.

El presidente del Gobierno, en otra muestra de su "magistral manejo de los tiempos", según la prensa obsecuente, prefirió agotar la legislatura por entender que, con los Presupuestos Generales aprobados, el incremento del consumo típico de las fiestas navideñas y la entrega a los funcionarios de la paga extra retenida desde 2012 estaría mucho más cerca su reelección, lo único que parece importarle.

Una vez más, el Partido Popular demuestra ser una organización en la que el debate interno brilla por su ausencia. En lugar de afrontar una discusión seria en torno a la estrategia del principal partido de España en la cita electoral catalana, la más crítica de la historia democrática, los dirigentes populares se han limitado a asumir como un hecho consumado la decisión de Rajoy, sin levantar la voz allí donde podían y debían hacerlo. Ahora se lamentan. Antes incluso de que se cuenten los votos pero, eso sí, escudándose en el anonimato para no perjudicar su carrera dentro de un partido que se luce exhibiendo una falsa imagen de unidad de cara al exterior.

Es posible que Rajoy se haya equivocado, pero de lo que no cabe duda es de que los que podían sacarlo de su error cuando todavía estaban a tiempo pusieron sus intereses particulares por encima de lo que consideraban mejor para el interés nacional. El próximo domingo habrá más elementos de juicio para conocer hasta qué punto la decisión de Rajoy y el silencio de su partido ha perjudicado las expectativas del PP catalán y las de los catalanes que no quieren dejar de ser españoles.

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