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EDITORIAL

La soledad de los demócratas venezolanos

El cambio político en Venezuela necesita que la comunidad internacional se implique para garantizar la limpieza de las elecciones del 6 de diciembre.

El próximo 6 de diciembre, Venezuela celebrará unas elecciones parlamentarias que pueden cambiar definitivamente el destino de un país devastado por el chavismo, con una economía quebrada, la oposición perseguida y unos niveles de corrupción nunca vistos en ningún otro lugar del planeta. Es decir, lo normal tras dos décadas de socialismo.

La oposición democrática venezolana parece haber aprendido de sus errores pasados y está haciendo gala de una gallardía política y una claridad de ideas que nunca se ponderará lo suficiente a este lado del Atlántico. Ahí está Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, el líder opositor encarcelado por el régimen chavista, que a pesar de las agresiones de todo tipo que viene sufriendo en esta campaña mantiene firme el ánimo de los venezolanos que quieren despertar de la pesadilla chavista este próximo 6 de diciembre.

Pero el cambio político en Venezuela necesita que la comunidad internacional adopte un papel mucho más activo a la hora de garantizar la limpieza de unos comicios que el chavismo intentará manipular en su propio beneficio, como ha ocurrido siempre que las encuestas han amenazado con desbancar del poder a la banda corrupta gobierna el país.

Lo que se dirime en Venezuela no es la alternancia democrática en el poder de partidos con distinta ideología, sino la necesidad de desbancar por métodos pacíficos a un régimen corrupto que amenaza a la prensa libre, encarcela a la oposición y ha destruido la riqueza del país con la absoluta incompetencia de unos dirigentes que han hecho de la opresión y el latrocinio su única razón de ser.

Este 6 de diciembre, la oposición democrática puede desbancar de su puesto a Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y el militar despiadado que realmente mueve los hilos de lo que todavía queda del chavismo. Los gobiernos democráticos, en especial los que mantienen vínculos estrechos con Hispanoamérica como España, deben implicarse en estas elecciones parlamentarias venezolanas, de manera que se propicie una participación masiva ciudadana en paz y con todas las garantías de unas elecciones limpias. La lucha heroica de los opositores venezolanos y el sufrimiento de un pueblo devastado por una camarilla corrupta de totalitarios bien lo merecen.

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