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EDITORIAL

Pedro Sánchez y su imposible 'ménage à trois'

La pretensión de que el PSOE lidere un Gobierno con el apoyo de dos formaciones antagónicas no es más que pura quimera.

Parece claro que ni Pedro Sánchez ni Pablo Iglesias quieren aparecer ante la opinión pública como los responsables de que no se pueda desbancar al PP del Gobierno y haya que acudir a unas nuevas elecciones generales. El encuentro de más de dos horas que han mantenido este miércoles no ha podido ser, en este sentido, más cordial y aparentemente esperanzador. Ahora bien, Por mucho que se hayan saludado como colegas de toda la vida y hecho regalos, lo cierto es que el hipotético acuerdo entre el PSOE y Podemos sigue topándose con un escollo fundamental: el solemne acuerdo que el candidato socialista firmaba hace escasamente un mes con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

Ya podrá Pablo Iglesias temer la celebración de unas nuevas elecciones; ya podrá renunciar a la vicepresidencia o limitarse a proponer que sea el PSC y En Comú-Podem los que busquen una "solución" al desafío separatista catalán; ya podrá, en definitiva, rebajar el tono de sus exigencias. Pero lo que no va a hacer el comunista es sumarse a un acuerdo a tres con Ciudadanos.

Por su parte, Pedro Sánchez está claramente dispuesto a un ménage à trois, pero eso no significa que esté dispuesto a cambiar de pareja. Buena prueba de ello son la reunión que mantuvo con Rivera en la víspera de su encuentro con Iglesias y sus propias declaraciones tras el encuentro con el podemita, en las que ha dejó claro que todo acuerdo con el que se pueda presentar a una investidura "tiene que tener el sí de Ciudadanos".

A este respecto, hay que recordar los reiterados compromisos de Ciudadanos de votar en contra de Sánchez en el caso de que éste llegase a un acuerdo de Gobierno con Podemos, así como la negativa de Ciudadanos de este mismo miércoles a que Rivera participe en ninguna negociación con Iglesias.

Así las cosas, ya podrá afirmar Pedro Sánchez que hoy están "más cerca el Gobierno de cambio y más lejos unas elecciones", que su pretensión de que el PSOE, con los peores resultados electorales de su historia, lidere un Gobierno con el apoyo de dos formaciones que están en los antípodas la una de la otra no es más que pura quimera y una irresponsable pérdida de tiempo.

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