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Daniel Blanco

Ibrahimovic-Mourinho: reencuentro de caracteres

En Manchester afronta su primera temporada en el fútbol inglés, paradójicamente un fútbol muy al estilo Ibra pero que nunca probó.

En Manchester afronta su primera temporada en el fútbol inglés, paradójicamente un fútbol muy al estilo Ibra pero que nunca probó.
José Mourinho y Zlatan Ibrahimovic volverán a reencontrarse ocho años después. | Archivo

Como si estuviéramos todos los mortales esperando su destino, su decisión. Como si nos fuera la vida en ello y no pudiéramos reparar en otra cosa. Zlatan Ibrahimovic (Malmoe, Suecia, 1981) anunciaba en la red social Instagram su destino con un redoble de tambores. "Tengo el placer de anunciar al mundo entero que me marcho al Manchester United". La verdad es que él es así y nadie le va a cambiar ahora que, el 3 de octubre próximo, cumple 35 años.

En Old Tradfford se encontrará con un viejo conocido, José Mourinho. El técnico portugués le tuvo ya en el Inter la temporada 2008-2009 y en el equipo neroazzurro realizó una temporada extraordinaria. 25 goles en un año para enmarcar, de las que no se recuerdan en el ámbito del Calcio, donde marcar es complicado, donde triunfar como delantero es tarea ardua.

En Milán, Mourinho moldeó una especie de delantero que, cumplidos los 28, no había acabado de despuntar a pesar de llevar dos años ya en el equipo y haber pasado los dos anteriores en Turin a las órdenes de Fabio Capello en la Juventus. El técnico italiano nunca congenió con el delantero sueco. Sí, en cambio, Mourinho. Tanto, que contribuyó de manera decisiva a la mejor temporada de Ibra. Tanto que estando el delantero en el Barcelona, Mou se acordó de él en la célebre eliminatoria que enfrentó a los catalanes y a los interistas en la semi de la Champions 2010. Aquella imagen del de Setúbal acercándose a la banda para hablar primero con Guardiola y después con su ex pupilo dio la vuelta al mundo. Cosas del destino, este año vivirán los tres en Manchester, muy cerquita uno del otro.

Con los comienzos en el Malmoe, la aventura en el Ajax, Italia cinco años, Barcelona, Milán y Paris Saint Germain, Ibrahimovic ha estado los últimos quince años en lo más alto del fútbol europeo. Ahora en Manchester afronta su primera temporada en el fútbol inglés, paradójicamente un fútbol muy al estilo Ibra pero que nunca probó. Un fútbol que, para muchos, llega tarde. Esgrimen los detractores que "ya está mayor, no podrá soportar el ritmo", pero que el ariete se encarga de desmentir con cifras. 38 goles este año en París, 28 el pasado, 31 el anterior. Una barbaridad.

Se va a Manchester en el último contrato de su vida para disfrutar. Se va con Mourinho, que le tratará como ese padre que es el portugués en determinadas ocasiones. Se va para hacer del fútbol su vida sin buscar grandes títulos. Él, que nunca consiguió ninguna Champions ni jugó ninguna final, tampoco lo hará este año puesto que el United disputará la Europa League. Las casas de apuestas ya han empezado a proponer a los apostantes que acierten el número de goles que hará Ibra en su nueva casa, apenas horas después de confirmarse su fichaje.

Se marcha a la ciudad inglesa con su carácter, ese que le ha traído algún problema en el mundo del fútbol, con su arrogancia, elevada a la máxima potencia, "si quieren que me quede en París tienen que cambiar la Torre Eiffel por una estatua mía" le llegó a decir a una periodista hace unos meses cuando todavía no había decidido su futuro. Se marcha a Inglaterra para callar bocas, esas que dicen que ya no es un jugador de fútbol, que ya se arrastra por los estadios. Es verdad que ya no es un jugador clave, pero la mayoría de entrenadores en Europa pondrían un Ibra en su equipo. Y si no, ya me cuentan en junio del año que viene.

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