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EDITORIAL

Compás de espera en Andalucía

La opción de convocar nuevas elecciones beneficiaría a la izquierda andaluza y sería vista como un profundo fracaso por un electorado de centro-derecha que en los próximos meses tiene en su mano decidir el futuro político de España entera.

Las negociaciones para materializar el cambio de régimen en Andalucía pueden quedar en agua de borrajas si PP y Ciudadanos no consiguen ganarse el respaldo de VOX, cuyos extraordinarios resultados en el pasado 2-D fueron cruciales para el batacazo de la fracasada Susana Díaz.

La insensatez con que el partido de Albert Rivera está gestionando este asunto, con sus desplantes injustificables al partido de Santiago Abascal, y la actitud de los populares, que se han limitado a negociar con Cs como si eso fuera suficiente para garantizar la investidura de Juan Manuel Moreno Bonilla, han puesto en riesgo la oportunidad de expulsar al PSOE del poder en Andalucía, tras casi cuatro décadas de poder omnímodo.

Los plazos se agotan y los votantes de centro-derecha asisten con estupor a estas querellas entre tres partidos que deberían encontrar sin mayores problemas una base común de acuerdo para materializar el tan ansiado cambio.

En el foco de la polémica se encuentran leyes ominosas como las relacionadas con la violencia de género y la memoria histórica, saturadas de autoritarismo de izquierdas y asumidas por la derecha más cobarde y oportunista.

Resulta de todo punto imprescindible acabar con leyes injustas, falsarias, liberticidas; leyes que además permiten llenar las arcas de organizaciones activistas al servicio de la extrema izquierda política. Es lo que Ciudadanos, con buen juicio, pedía no hace mucho, antes de que los de Rivera decidieran sumarse al fervorín del feminismo más fanatizado e insensato.

Los partidos que pueden desalojar al infausto PSOE de la Junta de Andalucía no pueden cifrar el éxito de sus negociaciones en un único asunto, por muy importante que resulte para sus respectivos electorados. PP y VOX se sentarán este martes para tratar de acercar posturas y alcanzar un pacto asumible por un Cs que está ofreciendo su peor cara en este asunto.

Casado, Rivera y Abascal pueden acabar con el régimen socialista andaluz. Ese debería ser el objetivo principal de las conversaciones que se iniciarán el martes con el encuentro de los secretarios generales de PP y VOX. La opción de convocar nuevas elecciones beneficiaría a la izquierda andaluza y sería vista como un profundo fracaso por un electorado de centro-derecha que en los próximos meses tiene en su mano decidir el futuro político de España entera.

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