Que te llame Jazztel en plena siesta.
O Movistar, si estás en la coyunda.
O que te haga, simpática y jocunda,
una voz de ultramar una propuesta.
Que te llame un señor para una encuesta,
por ejemplo, del CIS (Dios los confunda).
Que te vuelva a llamar (es la segunda)
alquien de Vodafone en una fiesta.
Que te llamen de un banco. De un seguro.
De cualquier oenegé. De un pedicuro.
Para venderte viajes. O un colchón.
Mas no te sientas mal ni te acongojes:
imagina que suena, que lo coges…
¡y el que te habla es Íñigo Errejón!