Actuaste de jamón en el banquete,
de clavo te ofreciste al martillazo,
hiciste de diana del balazo
y para el mono fuiste el cacahuete.
Serviste al bofetón como moflete,
de nalga para el rudo palmetazo,
de mero puching ball para el zurdazo,
y para el excremento, de retrete.
A las agujas fuiste el acerico,
hiciste de elefante en el safari
y de penalti injusto sin portero.
En fin, por resumir: que no me explico
para qué coño fuiste, Josemari,
a que te entrevistara el Follonero.