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Enrique Navarro

Guía para entender el mundo y España en 2022, mes a mes

Los principales acontecimientos que marcarán la política internacional y la española en 2022, analizados mes a mes.

Los principales acontecimientos que marcarán la política internacional y la española en 2022, analizados mes a mes.
Vladimir Putin, en un acto público. | EFE

Enero

El 27 de diciembre comienza en Viena la octava ronda de conversaciones indirectas entre Irán y Estados Unidos para buscar una fórmula que permita levantar las sanciones y suspender el programa nuclear iraní. La mayoría de las apuestas están a favor de que habrá un acuerdo que significará una inyección diaria adicional de 700.000 barriles de petróleo al mercado, que ayudarán a controlar la inflación en Occidente, y más recursos para Irán: 40 millones de dólares diarios.

La consecuencia será que Teherán no abandonará ninguna de sus intenciones anteriores y que se aprovechará de la necesidad de acuerdos de Biden, que debe superar un índice de desaprobación similar al que tenía Trump, para imponer su agenda. Una patada adelante más hacia la bomba atómica iraní.

Febrero

El boicot a los Juegos Olímpicos de invierno en Beijing de Estados Unidos, Reino Unido y otros aliados como consecuencia de las agresiones a los derechos humanos en Hong Kong y sus ambiciones territoriales sobre Taiwán y el mar del Sur de China, marcará un punto de inflexión en el creciente conflicto que determinará las futuras décadas: la lucha por la hegemonía mundial entre la democracia americana y el comunismo capitalista chino. Mientras, la vieja Castilla habrá enviado a la historia a Ciudadanos en las elecciones autonómicas.

Marzo

El fin del invierno calentará el conflicto de Ucrania. Putin ya ha puesto sus cartas sobre la mesa: la única manera, ha declarado el líder ruso, de evitar una guerra abierta en Europa es que la OTAN garantice que no se ampliará a los países que han obtenido la libertad y la democracia huyendo de las garras de Rusia.

Si la OTAN renuncia a proteger a las democracias del este de Europa, perdería su razón de ser, además dejaría vía libre a Putin para continuar con su política hegemónica. Putin no quiere sólo Ucrania, sino un telón de acero de protección de sus fronteras que además le permita supervisar la política en Europa. Desde Pedro I, Rusia no ha tenido otra cosa en la cabeza.

Abril

Serán las elecciones presidenciales en Francia. Después de la marcha de Merkel, lo que ocurra en ellas cobra toda su relevancia para el futuro de Europa. Aunque todavía es muy pronto para aventurar resultados, podríamos encontrarnos con una doble vuelta entre el candidato de la izquierda y el del Frente Nacional, lo que sería devastador para el futuro de Europa. Las esperanzas de moderación pasan por una victoria de Valérie Pécresse, del partido de los Republicanos, siempre y cuando se sacuda el desastroso legado judicial de Sarkozy; pero debería derrotar en primera vuelta a Macron, lo que tampoco parece muy difícil, vista la debilidad del actual inquilino del Eliseo.

Habrá que ver si aglutinará suficientes votos del Frente Nacional para vencer a la izquierda, que, aunque dividida, podría acabar sumando a algún candidato para la segunda vuelta.

Mayo

La expansión del Chavismo se pone a prueba en el feudo más adverso de toda América Latina, Colombia. Si el podemita Gustavo Petro alcanza la presidencia se alcanzará un punto de no retorno que podría llevar al país a una situación de regreso al conflicto civil. Sólo la unidad del centro de Sergio Fajardo y Alejandro Gaviria con el uribismo, garantizarían una segunda vuelta adversa para la izquierda, pero la situación apunta que Colombia será otra ficha en caer en el lado de Xi Jinping y Putin.

Junio

La retirada de Francia del Sahel y la llegada de Rusia con sus mercenarios a poner orden en la inmensa franja que va desde Mauritania hasta Somalia, augura un cambio radical en África. Las sucesivas e intensas reuniones entre Moscú y los líderes de Chad, Mali, y otros países de la zona, el incumplimiento de todos los tratados internacionales para control de armas por Rusia y el desembarco de China, constituirán la amenaza más directa a nuestra seguridad desde Alhucemas.

La deriva de Argelia y Libia hacia el Kremlin podría darnos un nuevo telón de acero en el Mediterráneo, y el único aliado de Occidente - ¿también de España?- es Marruecos. Nada interesa más a Europa que un Rabat fuerte para contener la presión a la que se verá sometida con un Frente Polisario que será reforzado por la presencia creciente de sus aliados en la región.

Julio

La olla de presión económica estará a punto de estallar en España. A la llegada del verano, los Presupuestos del Estado habrán saltado por los aires; la inflación se habrá comido los fondos europeos y la industria no se habrá recuperado de los precios de la energía y de la presión social que demandará subidas salariales. Entraremos en una espiral de inflación de oferta con un gasto público y una deuda desbordada, una situación macroeconómica que nos recordará a la de la Transición.

Agosto

Váyase de vacaciones si el Covid, la inflación y las deudas se lo permiten. Si tiene cargo de conciencia, no se apure; el presidente estará disfrutando de la Mareta en Lanzarote, un donativo de un rey árabe el Emérito.

Septiembre

Seguramente, dentro de la política de acoso y derribo al gobierno, las elecciones de Andalucía marcarán las cuartas consecutivas que pierde Sánchez y, precisamente, en el caladero dónde se han fraguado sus victorias en el pasado. Después de Andalucía, nada volverá a ser igual en el gobierno ni en la oposición. La esperanza de la izquierda de cara al futuro es que Vox gane suficiente terreno para debilitar a Casado y propiciar un pronto regreso al gobierno alentando el fantasma del "bifachito"; una victoria sólida del PP ofrecería una mayor estabilidad a medio plazo y poder sobrevivir a la presión que sufrirá desde ambos lados.

Octubre

Las elecciones presidenciales en Brasil serán el hito histórico que marcarán un cambio de era en el continente. Cuando ya Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Colombia estén gobernadas por la izquierda radical, Lula vendrá a dirigir los designios de la duodécima economía mundial.

Todo un continente, tradicionalmente volcado con Occidente, habrá girado radicalmente sin que seamos capaces de aventurar las consecuencias. La fuga de capitales podría llevar a Sudamérica a una crisis económica brutal y alentar conflictos latentes, sociales y también políticos contra los supervivientes de esta revolución, especialmente Ecuador, que ya está en la mira del populismo chavista.

Noviembre

Se celebrarán las elecciones de medio término en Estados Unidos: Aquí viene el test de antígenos de Biden pero también de Trump. Se renueva el Congreso, que con el nuevo censo parece que será una vez más demócrata, pero la política que nos interesa se juega en el Senado. Si los republicanos arrebatan asientos a los demócratas, el regreso de Trump en 2024 será inevitable; si Biden mantiene el tipo, los republicanos comenzarán a buscar alternativas más moderadas para enfrentarse a Kamala Harris.

Diciembre

Es el tiempo de la resaca electoral. Pedro Sánchez deberá decidir si se arriesga a unas autonómicas y locales en mayo de 2023, en las que podría perder ciudades y territorios, para convocar elecciones a final del año después de haber perdido todas las anteriores, o convoca de forma conjunta las generales con las regionales y se juega todo a una carta.

Para estas navidades, Yolanda y Podemos ya estarán fuera del gobierno, no habrá presupuestos y la crisis económica habrá pasado una fuerte factura, mientras sus aliados desde Bildu a Podemos se preparan para las trincheras frente al gobierno del centro derecha. Sánchez decidirá si da un paso atrás para no arrastrar al PSOE a una derrota, y queda como un político retirado y bien remunerado que supo irse antes de perder, o se arriesga a perder unas elecciones que significarán no sólo la pérdida del gobierno, sino un golpe muy duro que arrastraría al Partido Socialista.

Para entonces, Ayuso, se habrá convertido en el principal apoyo de Casado; el enfrentamiento con la dirección alimenta a Vox y no a sus posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta que obtuvieron Gallardón y Esperanza, necesaria para reafirmar su liderazgo regional. Puigdemont seguirá en Waterloo, y el gobierno catalán habrá implosionado ante la avalancha de sentencias que reconocerán el derecho de todos los catalanes a que el 75% de las materias escolares se den en catalán y Sánchez en su conversión clásica preelectoral, montará un Belén en Moncloa e irá a la misa del Gallo.

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