
Nunca lo he tenido claro del todo porque me cuesta creerme los personajes que parecen una parodia de sí mismos, pero de un tiempo a esta parte mis dudas sobre Carmen Calvo no paran de crecer: ¿de verdad es catedrática de Derecho Constitucional o sólo se sacó el curso de guitarra de CCC? ¿Es así de limitada intelectualmente o se lo hace? ¿Sabe qué es una Constitución? ¿Conoce algo de lo que dice la nuestra? Finalmente: ¿existe de verdad o es la invención de una mente perturbada por ver demasiadas veces los dibujos de la Warner y todas las pesadillas en Elm Street?
Por supuesto, todas estas dudas me han asaltado estos días al ver a la propia Carmen Calvo –o quizá era un holograma o quién sabe si un espectro– dudar "hasta qué punto es constitucional y legal" el pacto entre el PP y Vox para el Gobierno en Castilla y León.
Vamos a ver, señora, ¿cómo va a ser inconstitucional un acuerdo entre dos partidos legales que, además, defienden los aspectos básicos de la Constitución? Uno podría tener alguna duda en el caso de pactos con partidos que no sólo están en contra de la Carta Magna de boquilla, sino que han intentado un golpe de Estado para que dejara de estar vigente o han patrocinado el asesinato de los que la defendían, pero decir que el acuerdo entre PP y Vox es inconstitucional revela que o bien te dieron la cátedra al acabar un módulo FP de jardinería o bien no estás en tus plenas facultades… o bien ambas cosas.
Además, si yo hubiese sido miembro de un Gobierno al que el Tribunal de la cosa le ha declarado inconstitucional un estado de alarma y un cierre del Congreso, así para empezar, andaría con un poco más de cuidado al sacar el dedo para señalar, que está muy feo. Señora, ya que no tiene más cabeza tenga decoro y tápese, que se le ven las vergüenzas intelectuales.
Por otro lado, alguien tendría que explicarle al Gobierno, a sus socios y a sus periodistas de guardia que la estrategia de la alerta antifascista no sólo te lleva a hacer el ridículo como lo hace Carmen Calvo –bien es verdad que a ella cualquier cosa le sirve para ello– sino que además ya no es que sea inútil, es que es directamente contraproducente.
Remitámonos a los hechos: la primera alerta antifascista fue decretada por Pablo Iglesias tras las elecciones andaluzas de diciembre de 2018, desde entonces Vox ha entrado en la mayor parte de los parlamentos autonómicos, en el Congreso primero con 24 y luego con 52 diputados y, a excepción de las generales de marzo de 2019, la derecha no ha dejado de crecer en prácticamente todas las convocatorias electorales, mientras la izquierda no ha hecho otra cosa que caer.
Es más: ahora todas las encuestas sin una sola excepción le dan a Vox un resultado muy saludable por encima del que obtuvo en noviembre de 2019 y, encima, ni una de ellas refleja ni una décima del terrorífico desgaste que iba a sufrir el PP por pactar con los de Abascal en Castilla y León. Al contrario: el partido de Feijóo sube también en todos y cada uno de los sondeos que se publican.
Yo creo que con cinco minutos de pensarlo con calma hasta el más recalcitrante antifascista de pacotilla puede entenderlo, no sé si la ex vicepresidenta, eso sí, pero es que de Carmen Calvo no acabo de estar seguro ni de si existe en realidad, se lo juro, no puede ser de verdad, no, por favor.
Periodista de Madrid, lleva más de una década en Libertad Digital como jefe de redacción, analista y fotógrafo. Escribe sobre política, economía e internacional y también de viajes y turismo.
Ha colaborado y colabora en distintos programas de esRadio como Es la Mañana de Federico o La Trinchera de Llamas y dirige y presenta el podcast 'El Placer de Viajar'. Anteriormente, trabajó en 20 Minutos y Periodista Digital y desarrolló distintas labores en portales de internet. Es autor del libro 'Lugares generalmente distantes', publicado por Anaya Touring.
