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Javier Somalo

Bolaños tiene miedo

Pero Bolaños sí tiene miedo. Será el primero en caer cuando el martes, si Feijóo no rebla, empiece la última crisis del peor gobierno sufrido por los españoles.

Pero Bolaños sí tiene miedo. Será el primero en caer cuando el martes, si Feijóo no rebla, empiece la última crisis del peor gobierno sufrido por los españoles.
El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. | Europa Press

El Gobierno se ha pasado el verano haciéndonos temer el invierno. Será crudo, largo y repleto de incertidumbres. Necesitan malos augurios para hacerse perdonar la inepcia. Los rusos nos acechan pero parece que Pedro Sincorbata lidera la posición europea para salir del agujero y salvarnos del Armagedón energético como hizo en la pandemia. Tantas vidas… El martes es el día.

Comprender la energía que generamos y consumimos no es una tarea al alcance de todos. Hay demasiadas variables y relaciones complejas que requieren algo más que mero sentido común, que nunca debe faltar. Sin embargo, hay algo que no cambia: siempre hay inútiles dispuestos a hacer lo contrario de lo que se necesita en el peor momento posible.

En esta casa llevamos más de dos décadas tratando de explicar los entresijos de la energía con ayuda de expertos de verdad. Hace unas semanas Domingo Soriano y Nuria Richart recopilaron algunas de esas enseñanzas que nos han dejado y seguirán prestando personas como María Teresa Estevan Bolea, Manuel Fernández Ordóñez (the good MAFO) o Pedro Mielgo, entre otros. Se podrá estar de acuerdo o en contra de lo que ellos propongan como medida política pero en conocimientos, poco —más bien, nada— se les puede discutir.

Siempre habrá quien se crea un héroe por tener en el garaje un coche eléctrico de "cero emisiones". El coche quizá no emita, pero la energía eléctrica que necesita para moverse no sale de detrás de una lechuga. Saldrá de donde salga en cada momento y en cada país, lo que incluye gas, carbón y, por supuesto a pesar de algunos, fisión nuclear. Los molinos y el sol también, pero mucho menos y según el momento; cuando sople el viento, cuando haga sol… y almacenando lo justo, que es nada porque no se puede. Alternativas, renovables, verdes… pero de pronto Alemania se echa en brazos del carbón porque cerró las nucleares sin más al ver Fukushima y porque lo de Rusia les debió de pillar haciendo chucrut. ¿Cero emisiones el cochecito del enchufe?

A los de a pie nos piden reducir nuestra huella de carbono, ese es todo su esfuerzo: echarnos la culpa y cargarnos con la solución y el sacrificio. De energía, ni palabra.

El estreno de Feijóo

El Gobierno se ha pasado el verano haciéndonos temer el invierno y Félix Bolaños cree que además Feijóo ha de temblar ante Pedro Sánchez. La realidad es que Alberto Núñez Feijóo reclamó la medida que ahora asume el Gobierno —de momento, sólo por tres meses—, la rebaja del 21 al 5 por ciento en el IVA del gas, y que Bolaños criticó porque no era idea propia. Y la realidad es también que fue Feijóo el que pidió el careo que ahora Bolaños se arroga y que considera ganado antes de que se celebre. ¿Por qué iba a tener miedo Feijóo? La sombra del presidente sí habla con temor:

"Ayer presentamos una solicitud a petición propia de comparecencia del presidente del Gobierno en el Senado para hablar del plan de ahorro energético, hablar de su perspectiva territorial y también del contexto económico y social. Ayer fue un muy mal día en la sede del PP. ¡Qué sudores fríos tuvo Feijóo cuando supo que el martes tiene que debatir con el presidente del Gobierno en el Senado!".

Ni estaba Bolaños en la sede del PP ni vio sudar a Feijóo, salvo que también tengan cámaras en Génova 13. Lo que quizá estaba confesando Bolaños, sin saberlo, era su propia experiencia, ese sudor frío que quizá trae aromas a Redondo con matices de Ábalos y efluvios de Calvo. En el vídeo, desde luego, no se ve al superministro asesor demasiado tranquilo con lo que pueda suceder a partir del martes. Mentiras y manipulaciones aparte, que el ministro de Presidencia presente "una solicitud a petición propia" para que comparezca el presidente es como para que se abra el telón y aparezca Sanchinflas.

Y eso será, a buen seguro, lo que nos depare el martes la sesión del Senado: un despliegue de sanchinfleo. Pedro Sánchez sigue fiándolo todo a su fina estampa y supone que desarmará al popular en pocos asaltos incluso sin tener mucha idea de la materia. En realidad, nunca ha andado sobrado de conocimientos sobre cosa alguna. La cuestión es ganar la apariencia. Pizarro sabía más que Solbes y teniendo la razón que aún hoy mantiene perdió un debate o se lo dieron como perdido en la prensa, casi siempre agradadora de la mezquindad propagandística de la izquierda.

No olvide, pues, Feijóo que junto a las cuestiones importantes sobre la energía, las que requieren estudio, asesoramiento, explicación y humildad, hay otras que también puntúan: el Falcon, el Superpuma, el séquito de Audis… la desvergüenza de pisar suelo quemado con mocasín de tafilete y posar, siempre posar, pero sin corbata para alcanzar no sé qué ahorro energético.

"Me gustaría que vieran que no llevo corbata. Eso significa que podemos todos también ahorrar desde el punto de vista energético".

Gran idea. Sobre todo para un obrero, los de la O de su partido, obligado a llevar mono, casco, guantes, botas de seguridad, quizá gafas o máscara de soldar y puede que arnés sin importar si caen 39 o 40 grados en picado. Qué poca idea tienen estos obreros, con lo que se ahorra sin corbata y entallándose trajecitos de lana fría.

He ahí un presidente: desabotonado para dar ejemplo, derrochando queroseno y gasolina a espuertas y echando la culpa a Putin de su incompetencia. ¿Por qué iba a sudar Feijóo?

Así se las ponen a Sánchez

El miedo está donde está y buena prueba de ello es el formato con el que "solicitan a petición propia" que el presidente comparezca después de que lo pidiera Feijóo. Sánchez no tendrá límite de tiempo, que es lo que suele necesitar para todo, y el jefe de la oposición contará en total, sumando turno y réplica, con un máximo de 20 minutos. Bien empleados, sobran.

En su primera y eterna comparecencia por la pandemia del coronavirus Sánchez llegó a hablarnos, tiernamente y hasta con ensayados pucheros, de las ventajas de la conectividad en internet. Con la energía pretende hacer lo mismo y acabar, como gran solución, con que Feijóo es de extrema derecha y un antisistema porque no renueva el CGPJ. Eso y el aderezo de alguna medida estrella copiada o robada, algún cuento con la excepción ibérica que todavía sube más el precio de la luz y tropecientos decretos para neutralizar quejas con masa burocrática que mute en impuestos sin que nos demos cuenta. Yo hago y usted sólo habla, fascista.

Para dar cuenta del nivel que prepara el Gobierno en el nuevo curso, la ministra de Hacienda, Chiqui Montero, nos ha regalado un adelanto exclusivo en formato de monologuista frustrado contra el líder de la oposición:

"Feijóo es el señor Mopongo. No es que venga de África, es que ponga usted una propuesta que yo mopongo. Da igual lo que tú digas, que yo mopongo. No estoy de acuerdo, no importa si beneficia a la mayoría de los ciudadanos, yo mopongo".

En la campaña de las elecciones andaluzas salió a un mitin imitando el paseíllo americano de los boxeadores. Es su estilo, directo, pegado a la calle, chistoso. Ya sabemos: "…lo he dicho siempre, chiqui, son 1.200 millones… eso es poco, eso es poco…". Para temblar.

Pero Bolaños sí tiene miedo, vaya si lo tiene. Será el primero en caer cuando el martes, si Feijóo no rebla, empiece la última crisis del peor gobierno sufrido por los españoles en mucho tiempo.

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