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A manifestarnos en Madrid, y donde sea, por España y su Constitución

De esta estampida o muere atropellada España o muere liquidado el PSOE, no sólo Pedro Sánchez. PP, Vox y Cs tienen la obligación moral de converger. 

De esta estampida o muere atropellada España o muere liquidado el PSOE, no sólo Pedro Sánchez. PP, Vox y Cs tienen la obligación moral de converger. 
Una imagen de la concentración celebrada en la plaza de Colón, de Madrid:

Tuve un jefe en TVE que tenía la teoría de que para atraer la atención de los espectadores, fuese cual fuese el tema, el género y el formato, todo debía comenzar con una estampida de bisontes, metáfora de la casa que indicaba que la fijación del público exigía darle una sorpresa, darle dudas, darle miedo y darle una larga cambiada. El respetable se fija, desde luego, pero no se mueve del sillón. Pedro Sánchez y sus pretorianos ya nos han proporcionado una conducta sorprendente. Nos han sembrado de dudas, están empezando a darnos miedo y todos intuimos que de lo que se trata es de darle un estoconazo al poder judicial para que a la larga resulte mortal para la Constitución y para la democracia española. Y quieren que no nos movamos del sillón creyendo, como creen, que España está muerta, que la nación se ha roto y que, en las tinieblas y en la confusión, la salida social-comunista-separatista será la única.

No tengo esperanza alguna pero quienes primero tendrían que disipar la polvareda que los bisontes de Sánchez están arrojando sobre el Poder Judicial es el propio Comité Federal del PSOE, único órgano que tiene competencia para "exigir, en su caso, la responsabilidad política de la Comisión Ejecutiva Federal mediante la presentación de una moción de censura, apoyada al menos por el 20 por 100 de sus miembros y sancionada para tener efectos por la mayoría absoluta de los y las integrantes del Comité Federal". Sólo hace falta un 20 por ciento de socialistas con vergüenza.

También pueden contribuir a esta censura, desde la autoridad moral, muchos socialistas con entidad democrática –algunos ya lo han hecho con dignidad y pundonor—, aclarando a los ciudadanos españoles que quien está arrollando las instituciones judiciales y democráticas en España no es el PP, ni Vox, ni Cs, ni los jueces, ni sus asociaciones. Ánimo, Felipe. Ánimo, Alfonso. Ánimo, Juan Carlos. Ánimo, Nicolás, Joaquín, José Luis, César Antonio. Ánimo, Emiliano. Ánimo, Javier. Ánimo, Susana. Ánimo, Cristina. Vosotros podéis, si queréis, explicar con claridad de qué va este golpe de Estado que una minoría tiránica dentro del PSOE, aliada de comunistas y de los etarras, filos y sin filos, y de los vasquicatalanistas racistas y antisolidarios, está perpetrando en España. Como sois inteligentes y tenéis experiencia histórica, ya habréis comprendido que de esta estampida o muere atropellada España o muere liquidado el PSOE, no sólo Pedro Sánchez.

A estas alturas, ya muy pocos tienen esperanzas en que el PSOE que conocemos tenga alguna regeneración posible porque, seguramente, su defecto es congénito, de nacimiento. Yo no tengo ninguna duda, aunque valoro la dignidad de algunos, el valor de sus víctimas y la noble ingenuidad de sus creyentes. Pero sabemos, porque la historia nos lo ha demostrado, que sin democracia liberal tampoco puede haber justicia. Y democracia liberal es, sobre todo, respeto a la verdad y equilibrio de poderes de modo que cada ciudadano tenga alguna oportunidad de no ser devorado por el poder de una dictadura.

Pero los demás no tenemos excusa. Llevo pidiendo durante mucho tiempo la coordinación de acciones e intenciones de numerosos grupos de la sociedad civil y los partidos políticos democráticos. Desde Libres e Iguales al recién nacido Pie en Pared, todos parecen jueguecitos de minorías. Escribí a la primera asociación sin respuesta y he intentado aproximarme a la segunda sin resultado directo alguno. El único de todos que me ha llamado ha sido Jaime Mayor Oreja, al que ayudé a celebrar un acto en Sevilla, aunque no comulguemos en todos los altares. También me llamó una vez la Fundación Denaes, que dirige Iván Vélez y participé en uno de sus actos. PP, Vox y Cs tienen la obligación moral de converger.

Así no se puede seguir. Tenemos que saber encontrar los conjuntos de valores e ideas que nos unen, sobre todo tres: defensa de la Transición como espíritu de concordia, aunque no haya sido correspondido por una izquierda amnésica; defensa de la Constitución como texto básico aprobado por la inmensa mayoría de españoles soberanos; y defensa de la democracia y la separación de poderes. Todo ello exige hoy la salida del gobierno de Pedro Sánchez, bien por dimisión, bien por derrota electoral o bien por defenestración interna del propio PSOE.

De momento, lo que sí podemos hacer es manifestarnos. La calle no es de Podemos, ni de los epígonos de la ETA ni de los separatistas de todas castas ni de los sicarios de Pedro Sánchez y del caos podemita. La calle es de todos y en la calle debemos expresar dos cosas bien sencillas: no a Pedro Sánchez y su gobierno y Sí a la Constitución.

Me ha dicho mi amiga Mar Gijón que, desde su Cincinatos, se entera de todo y está en todo, que el próximo día 21 se ha convocado una manifestación en Madrid por parte de un conjunto de asociaciones, de las que conozco al Foro Cívico y Neos (Mayor Oreja y María San Gil). El día puede ser tardío, qué se le va a hacer, y no estar todos los convocantes que deberían estar. Pero deberán estar, deberemos estar todos. Vamos a hacer un esfuerzo y vamos a ir, salvo que surja un plan mejor. Los que no puedan que lo hagan delante de las delegaciones del gobierno o de los Ayuntamientos. Ejemplo, Hermann Tertsch. Tenemos que dejar constancia de que la nación no está muerta ni la vamos a dejar morir. Vamos a convertir en vitalidad democrática nacional esta oportunidad. La calle es también nuestra, por ahora.

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