Muy mal deben estar las encuestas internas en el PSOE para haber decidido poner en marcha todo un departamento interno dedicado a rebatir lo que diga la oposición.
Ese nuevo comité socialista nace con vocación ambiciosa, porque va a involucrar a todas las federaciones autonómicas del PSOE, que competirán entre ellas a la hora de contrarrestar las críticas que formule la oposición en el ejercicio legítimo de su responsabilidad. De esta manera, los aparatos regionales del PSOE dedicarán grandes esfuerzos para llevar a la opinión pública no las grandes conquistas del sanchismo, sino la crítica a las críticas de la gestión del Gobierno social-comunista.
En democracia, las querellas políticas se sustancian en las instituciones parlamentarias a través de los procedimientos reglados destinados al debate político. En ese escenario, la mayoría gobernante y los partidos de la oposición dirimen sus diferencias sobre la gestión de la política nacional y fijan las posiciones que después los medios de comunicación trasladan a los ciudadanos. En los regímenes autoritarios, sin embargo, el partido de Gobierno utiliza su maquinaria interna para desautorizar a la oposición a través de operaciones de propaganda sin posibilidad de réplica, que es exactamente lo que planea hacer Sánchez con su nuevo departamento. Además de esa contradicción de origen, el establecimiento de una comisión interterritorial para reafirmar la sinceridad del Gobierno es un esfuerzo que va a acabar en el más estrepitoso de los ridículos, dada la relación letal de Sánchez con la verdad.
La gestión reciente del Gobierno social-comunista ha quedado esmaltada en la conciencia colectiva ciudadana con hitos como el asalto a la Justicia, la suelta de violadores, las subidas brutales de impuestos y, sobre todo, la actitud lacayuna ante los partidos separatistas, que utilizan a Sánchez como un pelele a su servicio. Los socialistas son también plenamente conscientes de la situación, por eso han renunciado a defender su hoja de servicios a los españoles y, a partir de ahora, dedicarán todos sus esfuerzos a elaborar contraargumentos para tratar, al menos, de sembrar la confusión cuando en el PP o en VOX acierten con sus críticas.
Afirman los socialistas que esta especie de ‘Ministerio de la Verdad Sanchista’ no afectará a los medios de comunicación. Sin embargo, tratándose de Sánchez nada puede darse por seguro, especialmente estando a cuatro meses de unas elecciones autonómicas y municipales que pueden barrer al PSOE en no pocos territorios. Muy pronto sabremos si nos ha mentido a todos por enésima vez.