
¿Dónde está el bajón físico que avisó Carlo Ancelotti para su Real Madrid en el mes de enero? Doy vueltas y vueltas, como John Travolta, y no lo encuentro. El entrenador puso a todo el madridismo ante lo peor porque así lo tenían previsto: "tenemos que aguantar este mes", alertó. Va a terminar enero y en lugar de la Filomena que Ancelotti presagió, los aficionados disfrutan de una suave primavera agradable e inesperada. ¿Cómo se puede remontar sin físico un 2 a 0 en Villarreal y ganar en San Mamés, ante un equipo tan exigente como el Athletic de Bilbao? La respuesta es muy sencilla, porque el Real Madrid no atraviesa ningún valle o bajón físico, simplemente hay futbolistas que están en peor momento y otros que están en uno mejor. Como pasará en febrero, marzo, abril... y el entrenador, en este caso Ancelotti, tiene que saber diferenciar unos de otros y, sobre todo, atreverse a elegir a los que tienen más piernas aunque sean en teoría peores futbolistas.
El partido de Copa del Rey en Villarreal y la victoria de Liga en Bilbao, son más importantes de lo que aparentan. Más allá de no caer eliminado en una competición o de tres puntos para seguir la estela del Barcelona, son la prueba de que Carlo Ancelotti ha asimilados varias lecciones que le sentenciaron en su segunda temporada en su primera etapa en el Real Madrid. ¿Nacho es mejor lateral derecho que Dani Carvajal? ¿Dani Ceballos es mejor que Luka Modric, Eduardo Camavinga que Toni Kroos o Asensio mejor que Rodrygo? La respuesta para todas estas preguntas es la misma. No, no lo son. Sin embargo, sí pueden ser mejor opción en un determinado partido o en un determinado momento de la temporada y todos están capacitados para ser titulares y en partidos tan complicados como los dos que estoy mencionando. El entrenador del Real Madrid aplicó justicia y lógica, dos términos complicados de llevar a la práctica, al dar continuidad a los futbolistas que ya habían demostrado estar uno o dos escalones de sus respectivas competencias. De mayor quiero ser como Carlo Ancelotti. Dicen que con los años te vuelves testarudo, que escuchas menos a los demás y haces y dices más lo que piensas sin pensar en las consecuencias. Con Ancelotti no está siendo así. Es un señor mayor que en su primera temporada lógicamente, pero ha sabido corregir sus errores y rápido. Dicen que algunas derrotas son buenas y la de Arabia Saudí ante el Barcelona puede ser una de ellas.
El Real Madrid es otro equipo cuando mete más piernas en el centro del campo y se ha notado al instante. Y esto no significa que haya que jubilar a Kroos y a Modric. Es más, quizá deban jugar de inicio ante el Atlético de Madrid. Dependerá de los entrenamientos y lo que vea Ancelotti. Lo que no pueden es jugar todos los partidos, todos los minutos, coincidiendo los dos, y en un mal momento como es el caso del croata, exhausto tras el Mundial. La lesión de Tchouameni y el nuevo manual de Ancelotti han beneficiado a Eduardo Camavinga. Tanto que estos dos partidos pueden ser un antes y un después para él. Andaba tan perdido como casi todos los chavales de 20 años, sin saber qué hacer con su vida: ¿En qué posición me quiere el entrenador? ¿En cuál estoy más cómodo? ¿Interior? ¿Solo puedo ser jugador de segundas partes solo? ¿Por qué siempre me quita el entrenador? Muchas preguntas debían rondar su cabeza minándole su cabeza. Ancelotti tenía deberes pendientes con Camavinga y sí, como él mismo reconoció, no estaba siendo justo con él. Primero tenía que definir su posición y segundo, tenía que darle confianza y no señalarle siempre el primero. Y en estos dos partidos se ha comprobado que su mejor lugar en el campo es de mediocentro y que puede disputar el partido completo e incluso con tarjeta amarilla, que se puede confiar en él.
Camavinga de pivote es un diamante por pulirse. Es especial. 5 faltas recibidas, 5 robos, 8 duelos ganados y 90% de precisión en el pase son sus estadísticas en San Mamés. Tiene características de Casemiro, Kroos o Redondo, un especialista en sortear presiones con la conducción o a rivales con su cuerpo. Ancelotti ha debido abrir los ojos porque hasta un ciego se ha dado cuenta de lo que ha hecho en estos dos partidos, de la madurez que ha demostrado. No ha debido ser fácil para el entrenador no sustituirle porque en los dos partidos, Villarreal y San Mamés, vio tarjeta amarilla. Dos cartulinas cuestionables porque pueden no ser ni faltas. Camavinga vive una situación opuesta a la que tenía Casemiro, es especialmente fácil amonestarle. Y ya que hablamos de faltas y tarjetas, otro partido en el que sale muy barato pegarle patadas a Vinicius. Otro más. El debate intencionado y manipulado, como ya manifesté la semana pasada, no está en las entradas que recibe Vinicius, sino en cómo reacciona Vinicius. La entrada por detrás no es noticia. Es noticia qué Vinicius se moleste y si es así, automáticamente pasa a ser culpable. Ancelotti también se está dando cuenta, tarde a mi modo de ver, que esto está siendo así. Es como si todos los futbolistas que hacen falta a Vinicius, se llamaran Gavi. Un dato que evidencia esto. Gavi es el cuarto jugador que más faltas hace de las cinco grandes ligas en Europa. Vinicius es el jugador que más faltas recibe de las cinco grandes ligas. Pues Vinicius ha recibido más tarjetas amarillas que Gavi.
El Real Madrid afronta ahora el derbi con una sensación positiva. Están recuperando características del Madrid campeón de la pasada temporada. Sin ser brillantes, pero siendo más serios de lo que venían siendo habitualmente. Están más juntos, están más seguros sin balón, hay mejor circulación de pelota y en ataque, en el último partido y medio no ha sido un "Vinicius contra todo el mundo".
