Menú

El Gobierno... en campaña electoral

El gobierno puede abandonar sus tareas para dedicarse a sus asuntos –ganar las elecciones–, eso sí, sin dejar de percibir sus emolumentos.

El gobierno puede abandonar sus tareas para dedicarse a sus asuntos –ganar las elecciones–, eso sí, sin dejar de percibir sus emolumentos.
La ministra de Trabajo y Economía Social y vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz | EFE

Que el gobierno no hace aquello por lo que le pagamos, es una verdad irrefutable, aunque lo que hace, además, lo haga mal. Será por patriotismo, o por solidaridad con el ejército de parados, por lo que no se aportan soluciones al desempleo, más allá de los maquillajes estadísticos.

En la actividad privada, cuando un empleado/trabajador necesita tiempo para asuntos propios, solicita permiso o excedencia temporal, sin sueldo. Sin embargo, el gobierno puede abandonar sus tareas para dedicarse a sus asuntos –ganar las elecciones, próximas o remotas– eso sí, sin dejar de percibir sus emolumentos, cuando, la razón de éstos es su dedicación a las funciones públicas encomendadas. No sólo lo hacen sin rubor, sino que, con frecuencia utilizan medios asignados a sus funciones públicas, para atender a sus intereses privados.

Tanto las campañas como candidatos, como las que se instrumentan para favorecer al partido, nada tienen que ver con el encargo público que les fue confiado. Seguir percibiendo sus retribuciones, como seguir utilizando medios públicos para estos fines privados, son casos de malversación de caudales públicos, lejos de comportamientos éticos.

Lo cierto es que la nación, entre tanto, está sin Gobierno; paralizada. Hasta la normativa que ve la luz, sorprende a sus responsables por sus errores y sus contradicciones, mostrando que nadie había leído los textos para su aprobación.

A la señora ministra de trabajo, tan activa en lo suyo propio, parece no preocuparle aquello que es su misión. Tras el funesto engaño, camuflando parados, entre, los que están en formación, los fijos discontinuos, los incluidos en expedientes de regulación… la vemos feliz en sus asuntos, en sus discursos, en sus rifirrafes con contrincantes, como si tuviese razones para presumir como ministra.

Yo pensaba que, las ideologías de izquierda, estaban muy concernidas por la condición de los trabajadores y, especialmente, de los parados; la peor de las condiciones. Contra aquella presunción, compruebo que España alcanza la mayor tasa de paro de los países desarrollados –OCDE, febrero 2023– con un 12,8%, cuando la media de los 37 países fue del 4,8%.

¿Pensará la ministra que su reforma ha sido un éxito? ¿Para cuándo la preocupación? ¿Quizá para después del 28M, o para las generales? Más lacerante quizá sea el dato del paro juvenil –menores de 25 años–. La media de la OCDE, se situó en febrero pasado en el 10,7%, cuando en España alcanzábamos el 29,3%, que, con Grecia (29,7%), éramos los países encabezando la lista. La solución, señora ministra, no es gastar 785.000 euros en un asesor de imagen para el Sepe; su imagen corresponde al servicio real prestado: caótico.

¿Qué pasa con nuestros jóvenes? Es más, ¿por qué no preguntarse qué ocurre con nuestro sistema educativo? Aunque, nuestras autoridades parecen satisfechas. Acaba de entrar en vigor una Ley Universitaria, preñada de ideología en sustitución de conocimientos. Su objetivo son las competencias, pero ¿pueden adquirirse competencias sin conocimientos?

Las estadísticas de paro, no importa su maquillaje, son la acusación más virulenta al Gobierno coaligado. Entre tanto, la ministra del paro, disfrutando en campaña.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal