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Pedro Gil Ruiz

Pablo le trabaja las contradicciones a la comunista Yolanda

¿Cómo va a competir Yolanda, educada en el eurocomunismo del revisionista Carrillo, con un Pablo que es simiente del marxismo-leninismo, versión FRAP?

¿Cómo va a competir Yolanda, educada en el eurocomunismo del revisionista Carrillo, con un Pablo que es simiente del marxismo-leninismo, versión FRAP?
Pablo Iglesias. | EFE

"Marruecos es una dictadura". "Le quiero dar las gracias a Marruecos por el apoyo a esta Resolución, lo que me hace, sinceramente… eeh… uf, muy feliz". Entre estas dos declaraciones de la vicepresidenta Yolanda Diaz media un viaje en avión de Madrid a Nueva York, para un bolo en la ONU, y una llamada de La Moncloa exigiendo que rectificase. Ella lo hizo a la manera de alguien que comienza a confrontar con el presidente del Gobierno.

Los "repentes" de la vicepresidenta le causan más de un disgusto. Lo primero que se le viene a la cabeza es fraseología comunista y eso no casa con ese perfil de liberal que está vendiendo. Se le encasquilla el hipocampo cuando le preguntan fuera de guion y el resultado son esos interminables segundos (…eeh; …uf) que terminan pariendo un "muy feliz".

Entre dos egos zozobra la líder de Sumar. El presidente manda que se coma el sapo de Marruecos y ella no tiene otra que tragárselo. Si el conglomerado mediático gubernamental levantase un dedo en señal reprobatoria, la lideresa de la izquierda iría a parar al cielo proletario de las esperanzas fallidas. Pablo Iglesias simplemente ignora sus opiniones políticas. En los cinco minutos que dedicó en su Canal Red a "lo de Évole con Yolanda", ni se molestó en comentar. Iglesias reduce a Yolanda a un simple problema instrumental: cómo articular la relación entre el ectoplasma llamado Sumar y Podemos.

Y aquí el líder podemita juega con ventaja. Desde su más tierna infancia su "papa frapero", así se refiere a él en un tuit del 2 de agosto de 2013, le cantaba canciones de Pedro Faura (seudónimo de Bernardo Fuster, dirigente de la organización terrorista FRAP). Con esa banda sonora de fondo, el pequeño Iglesias se iba a la cama pidiéndole a su papá que le leyese algo del Gran Timonel. Cuentan que Pablito se pirraba por un texto: "Las cosas empiezan a cambiar", escrito por Mao Tse Tung en mayo de 1957. Tras su publicación se desencadenó una violenta represión. Desde junio de ese año al verano de 1958, la purga afectó, según algunas fuentes, a cerca de dos millones de chinos ‘derechistas’, en su mayoría miembros del Partido Comunista.

"Los derechistas de dentro y fuera del Partido ignoran la dialéctica: una cosa se convierte en su contrario cuando llega al extremo. Nosotros dejaremos que se desmanden por un tiempo más y lleguen al colmo. Cuanto más desenfrenados se muestren, tanto mejor para nosotros", escribe Mao. ¿Cómo va a competir una Yolanda educada en el eurocomunismo del revisionista Carrillo con un Pablo que es simiente del marxismo-leninismo, versión FRAP?

¿Qué está haciendo la dirección de Podemos con Yolanda? Trabajarle las contradicciones. En palabras de Mao, un "tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo". Ellos insisten en un discurso de unidad. Le piden responsabilidad y claridad ¿Vas a hacer campaña a favor de los candidatos de Podemos? Saben que Yolanda es más una entelequia que un proyecto político. Belarra, la secretaria general podemita, ha ordenado la ruptura de las candidaturas de izquierda en Cádiz y Rivas [Madrid]. No es un asunto menor y es un mensaje que no necesita intérpretes, ni analistas a la violeta.

Sumar es el resultado de un fracaso. Pretende construir una alternativa "ilusionante" dándole una "ensalada de hostias" al fundador de Podemos y dividiendo a la izquierda. Iñigo Errejón ya alerta de que no es conveniente esa imagen de dureza y radicalidad que dio Yolanda Diaz en su entrevista con Évole. Mientras, Pablo Iglesias pone su mejor sonrisa e insiste: "Yolanda tiene todo el derecho a votar a quien quiera. Es evidente que está más cerca de Más Madrid y de Compromís que de nosotros, pese a ser ministra de Podemos y, a pesar de eso, creo que la unidad electoral es el camino. No que Podemos se integre en Sumar pero sí que haya un acuerdo de primarias de una vez".

Trabajar las contradicciones y presionar. "Aquí estamos por mucho que le moleste a quienes quieren que la izquierda vuelva a ser como la de antes, relegada a una esquinita del tablero, un adorno del PSOE sin capacidad de influir en la política de este país. Nosotras no somos eso y no lo vamos a ser", clamaba Ione Belarra el pasado día 15 en Zaragoza. Podemos convocó un acto de fuerza y reafirmación.

En el estrado, Pablo Iglesias escuchaba mientras hojeaba unos papeles. "Las hierbas venenosas tienen que ser escardadas, y de lo que aquí se trata es de una escarda en el terreno ideológico… En cuanto a los que cometen errores ordinarios, con mayor razón se les debe aplicar el principio de tratar la enfermedad para salvar al paciente. Es ésta una distinción apropiada, aplicable tanto dentro como fuera del Partido. Desde luego, un ‘correctivo’ también significa tratar la enfermedad para salvar al paciente". Palabra de Mao.

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