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Pedro Gil Ruiz

Una enfermera llamada Ana Moreno

Agradecer el trabajo de Ana Moreno y de aquellos que en la Dirección de Enfermería apuestan por estas Unidades de Gestión, es más que una obligación.

Agradecer el trabajo de Ana Moreno y de aquellos que en la Dirección de Enfermería apuestan por estas Unidades de Gestión, es más que una obligación.
Enfermeras en la UCI de un hospital. | EFE

"Buenos días, le llamo del Hospital Puerta de Hierro". Entrada la mañana del 5 de enero de 2022 hablé por primera vez con Ana. "Cuando marco el número y contestáis, os digo desde dónde llamo porque quiero evitar que colguéis y me identifico: soy Ana Moreno, la enfermera gestora de casos digestivos. Nunca pronuncio tumor, ni cáncer en esa comunicación. ¡Jamás!". No lo menciona, pero tú sabes que está ahí. Desconoces la gravedad, quizá ella la intuya. Se puso en contacto para informarme de lo que vendría a continuación. "Usted se hizo la colonoscopia ayer. Han cogido muestras de tejido que no parece normal. Tenemos que realizarle un estudio completo".

A mediados del pasado mes de marzo la visité. Su despacho está en la segunda planta del Puerta de Hierro. Pinchado en un tablón de corcho, un pequeño cartel editado por SaludMadrid y la Asociación Española contra el cáncer: Prevecolon, "el otro Test" que puede salvarte la vida.

No la conocía (hoy todos los pacientes pasan por su despacho, pero en enero de 2022 el Hospital seguía con protocolo COVID). Ana Moreno era solo una voz amable y protectora, que te acompaña en esos momentos que quizá sean los peores. Esos en los que el miedo va solo un paso por detrás del desconcierto. Ella te informa de lo que va a suceder. De las pruebas diagnósticas que te realizarán. La escuchas sin asimilar lo que dice. Tomas nota. "Mañana a las siete de la tarde vas a hacer el TAC. No necesitas ningún papel. Te están esperando en radiodiagnóstico, está en la planta…". Ella se encarga de todo. No te preocupes. Siempre está. Siempre contesta. Es la enfermera de la Unidad de Gestión de digestivo. Lleva desde el 2016 en este puesto. El timbre de su voz te dice que vive su profesión con la misma ilusión y determinación del primer día. "Siempre he querido ayudar a las personas y estoy orgullosa de haber estudiado en Puerta de Hierro".

Estuvimos conversando sobre su trabajo. "Al paciente tengo que transmitirle calma, normalidad. Lo hago con toda la suavidad y naturalidad que puedo. Ya ha sido traumática y devastadora la información que has recibido después de la colonoscopia, cuando todavía estás bajo los efectos de la anestesia, como para que luego yo, al día siguiente, te añada una preocupación más".

El día anterior a su llamada, al concluir la colonoscopia, cerca de las ocho de la tarde, el gastroenterólogo informó de un tumor que, a simple vista, era malo. "Es a partir de ese momento, me explica Ana, tras haber realizado la intervención y recogido las muestras, cuando el equipo médico activa un Protocolo de Alta Resolución. Informan a la enfermera gestora de casos y empiezo a trabajar con y para los pacientes". Le pregunto en qué consiste ese Protocolo. "Primero, yo veo a la persona o hablo con él por teléfono, como en tu caso. Se le gestiona todo el proceso para que no esté de aquí para allá. Que no se dupliquen las citas, beneficiando al sistema sanitario y por supuesto a vosotros".

De la eficacia y rapidez de ese Protocolo puede depender tu vida. Les voy a dar unas fechas para que ustedes se hagan una idea de cómo funciona. Estamos en Navidades de 2021. El test Prevecolon da positivo. En estos casos no hay fiestas. El 4 de enero, colonoscopia. Tienes un tumor. Al día siguiente recibes la llamada de la enfermera Moreno. El Comité de tumores valora el caso y decide cómo actuar. El día 28 la primera intervención. Entre medias TAC (no hay metástasis, respiras), resonancia pélvica, PCR, electro, analíticas, más analíticas, anestesista, la técnico que te enseña cómo funciona el aparatito para que ejercites tu capacidad pulmonar. Este aparatito es muy importante, no es un juego. La Unidad de Gestión trabaja para concentrar las citas, para que no estes todos los días en el Hospital. Entre cuatro y seis semanas después de la detección te han intervenido.

"Hay pasos previos que no conocéis, me explica Ana. Cuando tenemos el estudio de todas las pruebas diagnósticas, se presentan los casos en un Comité de tumores, en el que no solamente están los de digestivo y los cirujanos. Están gran parte de los Servicios del Hospital: oncología médica, oncología radioterápica, medicina nuclear, radiólogos, radiólogos vasculares, anatomía patológica, seguro que me olvido de alguno… en ocasiones vienen los geriatras, a partir de los ochenta años hay una evaluación de geriatría". Todos son facultativos, menos una persona: la enfermera de gestión. "El médico que expone el caso informa de los antecedentes personales, la situación que tiene y se decide lo mejor para el enfermo", afirma.

—Nuestra función también es valorar vuestras necesidades. Acompañaros en el proceso oncológico. Hay personas que no son subsidiarias, pero otras sí.

—¿Qué quieres decir?

—Pues que algunos sois independientes en la vida diaria, tenéis un buen estado general y una aceptable situación psicosocial. Pero otros requieren una atención especial.

Ana insiste en esa otra parte de su trabajo que consiste en detectar necesidades no cubiertas en aquellas personas que sí necesitan de un seguimiento más estricto por su parte. En la Unidad se realiza una primera valoración acerca de aspectos funcionales, cognitivos, sociales y la adherencia al tratamiento, es decir su cumplimiento. Esta valoración se complementa con otra más integral que indaga en temas como la nutrición, el insomnio, el dolor, la calidad de vida y el cansancio que todo el proceso de la enfermedad puede estar causando en el cuidador. Aquí, el trabajo de los voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer es vital. Todo con un propósito: garantizar la atención integral y continuada del paciente.

Pero la auténtica Ana todavía está oculta tras un nerviosismo que tarda en calmar. Suena el teléfono. Es una oncóloga que necesita que se le ponga con urgencia un portacath a un paciente. Cuelga. Llama al técnico de rayos, de radiología vascular: "Necesito un hueco". Cuelga. Llama al Hospital de Día: "Oye, necesito…". Devuelve la llamada a la oncóloga. Le da la fecha. Este es el trabajo de Ana. Así todo los días con todo lo que salga. "Imagina que vas a la consulta y le dices al doctor Sánchez Movilla que tienes unas hemorragias: te va a pedir una colonoscopia. Si la queremos ya, el doctor me va a llamar: ‘Ana, vamos a agilizar esto’. Y te aseguro que lo agilizamos". Reconocer y agradecer el trabajo de Ana Moreno y de aquellos que en la Dirección de Enfermería apuestan por estas Unidades de Gestión, es más que una obligación. Cuando recuerdas su primera llamada… Pero quieres que sepa de tu gratitud. Que es la de muchos.

Es domingo 20 de marzo y el doctor Sánchez Movilla, junto a una médico de su equipo, abre la puerta de la habitación: "Buenos días, ¿cómo va?". "Doctor, ¿usted no descansa? Hoy es domingo y también estuvo ayer sábado", le pregunto. "Mire, usted es mi paciente y yo vengo a ver cómo está". Como dice mi amigo Fernando Lázaro: "No hay más palabras, señoría". Después de hablar con Ana Moreno, estuve unos minutos con Arsenio Sánchez Movilla. Es el jefe de equipo de Cirugía General y Digestivo y jefe de la Unidad de Cirugía Colorrectal del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda, en la Comunidad de Madrid.

"Nuestro plazos son esos, entre cuatro y un máximo de seis semanas y aquí los cumplimos claramente". El doctor explica que desde la detección del carcinoma, que puede ser precoz o no, se ha visto que la espera de seis semanas para la cirugía no modifica el diagnostico. Pasadas las ocho semanas, el pronóstico oncológico empieza a cambiar. Durante ese plazo es muy importante disponer y optimizar al paciente con carácter previo a la intervención. Sus riesgos de cirugía, e incluso sus resultados oncológicos para la misma intervención, mejoran si se ha preparado desde el punto de vista aeróbico y nutricional.

Le pregunto por las passenger cell. "Lo que sabemos, y por eso la preparación es muy importante...". El doctor hace una pausa y se interroga en voz alta: "¿Cuál es el único sistema que durante el tiempo quirúrgico y postquirúrgico inmediato puede controlar ese tipo de células? Nuestro sistema inmune. Sabemos que si tengo un enfermo nutrido, con un nivel aeróbico alto y con preparación, su sistema inmune está mejor". Cuando se empezó a introducir como pauta el ejercicio físico precirugía, se valoraba que mejoraría los resultados evitando complicaciones del tipo neumonías, infecciones, etc. "Pero, añade Sánchez Movilla, nunca llegamos a pensar que mejoraría los resultados oncológicos y se llegó a demostrar que sí. Te preguntas, ¿qué razón existe para eso? Pues que con un sistema inmune más alto, como te he dicho, posiblemente se es más capaz de neutralizar a esas células, que siempre han estado ahí".

Cuarenta y un años de oficio avalan al jefe de la Unidad de Cirugía Colorrectal del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda: "Tengo 65 años y llevo desde los 24 años que empecé la Residencia". El servicio de Cirugía General y Digestivo está dividido en unidades. Tiene 20 especialistas que se dedican estrictamente a las de su competencia. La Unidad de cirugía de colon y recto cuenta con seis facultativos. Experiencia, especialización y la Unidad Enfermera de Gestión de Casos. El resultado es la muy eficaz y solvente sanidad pública de la Comunidad de Madrid. El Hospital Puerta de Hierro Majadahonda es un modelo en la lucha contra el cáncer de colon.

Pasaban los días desde la conversación con Ana Moreno y Arsenio Sánchez Movilla. El artículo estaba en mi cabeza, pero no era capaz de escribir. O mejor dicho, escribía y tenía que dejarlo. En uno de esos felices, pero breves momentos en los que Fernando Lázaro se anima a mantener una charla telefónica, le dije que lo haría. Este compromiso con mi amigo, que tiene más valor que El Guerra (el torero) me obligó. Aunque cuesta un dolor recordar.

Posdata. Si usted recibe la carta de su comunidad autónoma invitándole a participar en el Programa Prevecolon, por favor, no dude en hacerlo. Es muy sencillo. Se recogen unas muestras con un bastoncito. Le puede salvar la vida.

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