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EDITORIAL

Petro y la deshonra de España

Los agasajos del Gobierno a Petro y sus acompañantes evidencian el sesgo autoritario y golpista del Ejecutivo que preside Pedro Sánchez.

La visita del presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha puesto de relieve el importante deterioro de la imagen internacional de España, la escasa capacidad diplomática del Gobierno y el paupérrimo nivel del presidente de aquel país, un individuo con pasado terrorista y un sujeto que ejerció como "observador internacional" a sueldo de la Generalidad del golpe de Estado separatista en España.

Las conexiones de Petro con el golpismo catalán son conocidas. Separatistas como Xavier Vendrell forman parte de su círculo íntimo y se están forrando gracias a concesiones gubernamentales en aquel país. Este Vendrell comparte con Petro pasado violento, pues fue miembro de la banda terrorista catalana "Terra Lliure", además de consejero de Gobernación de la Generalidad durante uno de los ejecutivos tripartitos. También formó parte del llamado "estado mayor del proceso", la célula golpista organizada por Puigdemont y Junqueras. De ese calado son los amigos españoles del presidente colombiano, gentuza de la peor ralea.

Los agasajos del Gobierno a Petro y sus acompañantes evidencian el sesgo autoritario y golpista del Ejecutivo que preside Pedro Sánchez, su debilidad internacional y la dependencia de individuos como el antedicho presidente colombiano, el último ejemplo de mandatario impresentable en el escaparate del horror comunista en la América española. Que se tuviera que retrasar una reunión con empresarios porque Petro no acostumbra a madrugar expresa a la perfección la catadura del interfecto.

El presidente de Colombia es un perfecto representante de la última generación de mandatarios bananeros, un exterrorista tan desalmado como desaliñado que ha convertido a España en el enemigo exterior gracias a la versión woke/fake del Descubrimiento. Un manipulador autoritario acosado por la corrupción y los desmanes de los miembros de su familia, un ejemplo manifiesto de los peligros del populismo comunista, un exterrorista que ha alcanzado el poder con todo lo que ello supone de fracaso la libertad, la justicia y la paz. Que Sánchez haya rendido pleitesía a semejante personaje expresa el punto crítico de la situación política en España.

El Gobierno socialcomunista español recibe y trata con honores a los enemigos de España, separatistas, proetarras y toda clase de sátrapas bolivarianos. Era de esperar que el socio de ERC y EH Bildu, Pedro Sánchez, agasajara hasta la indecencia a Gustavo Petro, un tipo que estuvo a sueldo de la Generalidad golpista, un enemigo declarado de la igualdad y la libertad de los españoles. Entre las grandes catástrofes nacionales causadas por el sanchismo, la política internacional en relación a Hispanoamérica merece un capítulo aparte tan extenso o más que el del Sahara y Marruecos.

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