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Pedro Gil Ruiz

A Yolanda Díaz le ha salido un orzuelo

Dicen los que la quieren mal, esos que disfrutan aupándote a los más alto para luego despeñarte, que la confrontación con Podemos auguraba un batacazo.

Dicen los que la quieren mal, esos que disfrutan aupándote a los más alto para luego despeñarte, que la confrontación con Podemos auguraba un batacazo.
Yolanda Díaz, en la manifestación sindical del Día Internacional del Trabajador. | EFE

De hacer tantos guiños a sus compañeros de viaje, la esperanza rubia de la izquierda va con un ojo a la virulé. La culpa es de un orzuelo. Para la biodescodificación, que es un engañabobos, un poco como Sumar, toda enfermedad tiene un origen emocional o metafísico. Paz Padilla, eminencia en patafisica, es una de sus gurús. Pues bien, para la ‘bioesa’ un orzuelo suele significar que estás viviendo con enojo, con ojos airados. Y con enojo vive Yolanda desde que le sacudiese una "ensalada de hostias" a Pablo Iglesias, en la entrevista que perpetró con un tal Évole, especialista en blanquear a terroristas de ETA.

Tras el acto de presentación de Sumar —el pasado 3 de abril— la prensa ‘libre’ recogía con alborozo que la candidata ignoraba a Podemos. "Una organización agonizante. Allí donde Yolanda Díaz pone cordialidad y sonrisa, Belarra y Montero aparecen malencaradas y enfurecidas", escribía Luis Arroyo, el politólogo aspirante a secretario general que no fue. La cosa cambió el 5 de mayo, cuando el periódico de Barroso reconocía que la vicepresidenta hacía equilibrios y apoyaría las candidaturas de Podemos e IU y compartirá actos con Más Madrid.

El resultado de las elecciones en la Comunidad y en el Ayuntamiento de Madrid pone los pelos de punta a esos ‘tucidides’ que han ideado una estrategia incomprensible: arrinconar a la principal fuerza política a la izquierda del PSOE y desprestigiar a sus dirigentes, con el propósito de negociar la rendición del núcleo duro podemita.

Belarra no se achanta y en la capital se presentan cuatro listas de izquierda: Maroto ‘Navajita platea’ por el PSOE, Rita ‘La conversa’ por Más Madrid (apoyada por Manuela Carmena), Luis Cueto ‘La sombra de Carmena’ por Recupera Madrid y un señor que se apellida Sotomayor y como es mediofondista quiere ‘arreglar Madrid corriendo’, lo hace por Podemos. La izquierda sumó 770.427 votos —el 47,1%— en el Ayuntamiento.

Para la Comunidad, tres candidaturas: Lobato, melancólico después del éxito de la Operación Bolaños; Más Madrid, dispuestos a declarar perpetua la huelga en la sanidad madrileña. Y una señora con apellido de planta, que duda si echará raíces en la Asamblea, encabeza a los de la unidad fetén: Podemos-Izquierda Unida-Alianza Verde. Los más viejos del lugar añoran a Inés Sabanés, que ahora retoza feliz como diputada verde. En 2021 obtuvieron 1.485.860 votos, el 41,3%. La presencia de Yolanda Díaz en los mítines de Más Madrid y de Podemos-IU certificará la división de la izquierda comunista. Se desconoce el sentido de sus mensajes para apoyar sin despeinarse a dos candidaturas que compiten, una de ellas por sobrevivir, pero se ha filtrado que cuando suba al escenario sonará el Amigos para siempre de Los Manolos.

Si en la Comunidad de Madrid la izquierda disfrutará otra noche de frustración, recordando los versos de Carmen Conde: "Sentisteis, lo sé, que el suelo bajo vuestros pies se hundía", en la Comunidad Valenciana se juegan el parné.

Dicen los que quieren mal a Yolanda, esos que disfrutan aupándote a los más alto para luego despeñarte, que la confrontación con Podemos auguraba un batacazo y que, de seguir así, lo mismo después del 28 de mayo no hay nada que sumar. Los de Pablo Iglesias están en grave riesgo de no pasar el corte del 5% de los votos para obtener representación en las Cortes Valencianas. Ximo Puig intentó, el pasado mes de marzo, modificar la ley electoral y rebajar al 3% el porcentaje, pero le dijeron que ni hablar del peluquín.

La vicepresidenta acude en auxilio de Podemos en la Comunidad Valenciana y lo hace, susurran voces maledicentes, obligada por Pedro Sánchez y el dirigente de Compromís, Joan Baldoví. Con la filtración de esta noticia —Yolanda va a Valencia obligada— la debilitan y ponen en una difícil tesitura. Ella, especialista en traiciones, recordará los versos que le dedicó la poeta nicaragüense, exiliada por la dictadura comunista, Gioconda Belli: "protégete de las alimañas que querrán almorzar tu corazón." Después del 28 de mayo quizá sea demasiado tarde.

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