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EDITORIAL

El voto por correo y las excusas de Sánchez

Correos le muestra toda sus vergüenzas. Igual que durante la pandemia. Trabajadores anónimos dándolo todo mientras Sánchez se pone las medallas.

La nefasta gestión del voto por correo pone de manifiesto la incompetencia supina de la dirección de la empresa pública Correos, presidida por el socialista Juan Manuel Serrano, cuyo principal mérito es ser amigo de Pedro Sánchez. El caos es de tal envergadura que los sindicatos CC.OO. y UGT han denunciado la nefasta gestión de los directivos de Correos, la lacerante falta de medios y personal y el deterioro de la empresa, que acumula más de mil millones de euros en pérdidas desde que Sánchez se la regaló a su querido amigo Serrano.
La precipitada convocatoria de elecciones decretada por Sánchez ha propiciado un aumento de las peticiones de voto por correo que la empresa todavía no ha sido capaz de canalizar. Miles de ciudadanos advierten de que aún no les ha llegado la documentación para ejercitar su derecho y temen no poder votar ante el colapso fomentado por la incompetente dirección de Correos.

El personal de Correos denuncia que no da abasto. La dirección de la empresa no ha contratado más personal para hacer frente al operativo electoral a pesar de las peticiones de unos y las promesas de otros. Improvisar es la consigna y ante la magnitud del desastre, el Gobierno ha ordenado a Correos que abra sus oficinas en fin de semana y que amplíe el horario de atención al público. Se pondera incluso alargar el plazo para votar, que en la modalidad por correo es hasta el jueves 20 a las diez de la noche. Los electores que hayan solicitado el voto por correo deben saber que ya no pueden votar presencialmente. Se corre el riesgo de que cientos de miles de votos vayan a la papelera gracias a la inutilidad de los mandos de Correos y del Gobierno.

El candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, animó a los carteros a trabajar sin descanso para evitar así que no se pierda ni un solo voto. Feijóo sabe muy bien de lo que habla. Dirigió Correos y conoce a la perfección los mecanismos, medios y resortes de la empresa. En sus palabras no había la advertencia alguna sobre un pucherazo sino la constatación de que los rectores políticos de Correos son unos desahogados que no tienen ni la más remota idea de cómo funciona una empresa de esas características en un operativo electoral. De hecho, quienes primero han alertado sobre el voto por correo han sido los sindicatos, que aprovechan cualquier ocasión para asegurar que la gestión del amigo de Sánchez es simple y llanamente "catastrófica".

Que Feijóo haya alertado sobre un pucherazo en el voto por correo es una mentira de manual de la factoría de bulos del PSOE que se encargan de propagar los medios públicos y los afectos. Causa sonrojo y conmina a la lástima que haya periodistas que difundan la torticera especie de que Feijóo dijo que Sánchez ha dado órdenes para que no se reparta el voto en Correos. En el rastro del candidato del PP no hay ni una sola declaración que se aproxime vagamente a ese bulo excretado por la cadena SER en una entrevista de la señora Barceló a Sánchez este jueves.

Lo único que ha hecho Feijóo es hacerse eco de las protestas sindicales y no sindicales del personal de Correos, pedir a los trabajadores de la empresa un esfuerzo supremo para completar el operativo electoral con éxito y prometerles que en caso de ganar las elecciones se les pagarán las horas extras de todos estos días y semanas. Pocas horas después de producirse las alertas de Feijóo, el Gobierno anunciaba la apertura en fin de semana de las oficinas de Correos. Tal vez las palabras del candidato del PP sobre el pago de las horas extras hayan propiciado que ni sindicatos ni personal pongan reparos a tan extraordinaria ampliación de la atención al público. Tras el cara a cara del pasado lunes, sólo el CIS de Tezanos confía en una victoria de Sánchez. Nadie más apuesta por el candidato socialista, que se desenvuelve como un hombre perdido, agobiado y estupefacto, como si aterrizara en España tras años de ausencia. En la desesperación, el PSOE recurre a la manipulación más absoluta, a las mentiras a granel y acaba conduciendo a su líder a un nuevo ejemplo del aserto latino de la excusa no solicitada para acto seguido dar la orden de que se abran las estafetas hasta en festivo.

Pedro Sánchez pilló a todo el mundo con el paso cambiado cuando el pasado 29 de mayo decidió que las elecciones generales se iban a celebrar el 23 de julio en represalia por los resultados del 28-M. Ahora es la realidad la que atropella a Sánchez. Y Correos le muestra toda sus vergüenzas. Igual que durante la pandemia. Trabajadores anónimos dándolo todo mientras Sánchez, el catastrófico, se pone las medallas.

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