
Es la primera vez que, tras unas elecciones generales, tiene más probabilidades de ser investido el candidato de la segunda fuerza más votada que el de la primera. Este hecho sin precedentes plantea la cuestión de a quién debe presentar el rey primero a la investidura, si al que ganó o al que tiene más respaldos. El artículo 99 de la Constitución regula esta cuestión de un modo diferente a cómo creen algunos políticos. Por ejemplo, se lee en las crónicas que los barones del PP animan a Feijóo a presentarse a la investidura para que no pueda ser acusado de no haberlo intentado. No está en poder de Feijóo presentarse para ser investido. Lo presentará el rey si, después de haber consultado con todos los grupos políticos, se convence de que es el que tiene más probabilidades de ser investido. En este sentido, si comprobara que es Sánchez el que tiene los respaldos suficientes porque Junts se une a la mayoría de investidura, el rey no tendría otra opción que presentar a Pedro Sánchez. Podría ocurrir sin embargo que Junts le dijera a Felipe VI que votará en contra de Pedro Sánchez. Entonces, con la seguridad de que ningún candidato tiene opciones de ser investido y a los efectos de que comience el plazo de dos meses que el mismo artículo 99 establece para convocar nuevas elecciones, podría el rey proponer a Núñez Feijóo.
Hecho esto, lo normal es que ya no haya ningún otro candidato capaz de reunir los apoyos suficientes para ser investido. Pero, si se diera el caso de que durante esos dos meses Sánchez consigue el respaldo de Junts y éstos se lo hacen saber al rey, éste deberá proponer a Sánchez como candidato a fin de evitar la repetición de las elecciones. No otro sentido tiene que haya que esperar dos meses si no es para dar lugar a que el candidato fracasado u otro reúna los votos necesarios. Y a quien los reúna antes de que venzan esos dos meses el rey no puede negarle la investidura.
Cuestión distinta, pero muy importante, es que algunos de los grupos que se proponen investir a Sánchez se nieguen a reunirse con el rey como hicieron en 2019 Bildu y la Esquerra. En este caso, el rey no tiene ninguna obligación de darse por enterado del propósito que estos partidos tengan de votar a tal o cual candidato, que además ha perdido las elecciones, porque no se lo han hecho saber en la debida forma. Si eso ocurre, el rey tendrá que proponer a Feijóo y, al no ser éste investido, esperar a que pasen los dos meses hasta que los grupos que apoyan a Sánchez se lo hagan saber en debida forma. Mientras no lo hagan, el rey no tiene por qué proponer a un candidato cuyos apoyos no están acreditados. Sánchez entonces presionará al rey para que se dé por enterado del propósito de esos dos partidos en base a las informaciones de prensa y no por las consultas previstas por la Constitución. Ya veremos qué pasa.
