
Reconozco que no estoy seguro de que la opacidad contumaz, permanente y continuada, deba considerarse un hábito y no una enfermedad mental.
El opaco, pertenece a una especie que comparte con el mentiroso, aunque, con diferencias; este último tergiversa la verdad, mientras que el opaco la oculta. Dos actuaciones equivalentes, pero metodológicamente diferenciadas.
Quienes utilizan estas patrañas, son sujetos de personalidad débil. Su debilidad les impide afrontar la realidad que disfrazan, mintiendo u ocultando, como si nada ocurriese; lo encubren con el eufemismo de la discreción.
Comentando con un compañero estas dudas, me dice que, probablemente, algo hay de debilidad mental en ellos, aunque, siendo realistas, los españoles, por lo general, somos así.
Esta referencia, al ser de los españoles, me ha herido profundamente, hasta para preguntarme ¿realmente vivimos en una democracia? Sin información plena, no cabe libertad, ni elección, ni sistema democrático.
El maestro en cómo éramos los españoles, y sirvan estas letras como homenaje, fue Luis Carandell (1929-2002), y aquella serie de artículos en la Revista Triunfo, que conformaron la colección de Celtiberia Show; editados después en formato de libro.
Eran los españoles de los años cincuenta a setenta, cuyas vidas, bajo un régimen ausente de libertades, encontraban refugio, a falta de respuestas, en la sátira de sus propios modos y vivencias. Pero, después de tanto progresismo –otro eufemismo equívoco– ¿seguimos igual, sin respuestas a los engaños, a la opacidad, porque, así somos los españoles?
El pasado domingo culminó, el proceso electoral para la conformación de las nuevas Cámaras –Congreso y Senado–. Algunos acontecimientos, difíciles de asumir sin preguntas, han adornado el proceso, y muchos españoles quisieran desvelar lo opaco.
Omito la información nacional sobre Europa, porque, desdichadamente para el gobierno, que tenía su versión, los responsables varios de la Unión Europea nos ofrecieron las respuestas que nuestro gobierno ocultaba.
Volviendo a las elecciones generales ¿cómo terminó aquella inexistencia de papeletas del Partido Popular, en las valijas diplomáticas llegadas a algunos Consulados? Ante su denuncia, aquí, en España, nadie sabía nada; ni el ministro de Exteriores, que confesó ignorar el alcance del problema, ni los subdelegados provinciales, encargados de las mencionadas valijas. ¿Es la discreción, lo que me mantiene ignorante?
El 23 de julio de 2023 –siglo de la Inteligencia Artificial– a las 03:00h. cuando todo estaba inactivo, se produce una avería en las instalaciones de la Alta Velocidad Valencia-Madrid y subsiguiente inundación del túnel de San Isidro (Valencia), impidiendo la circulación de trenes durante veinticuatro horas.
¿Cabe una explicación coherente, primero, de la avería en sí; segundo, de la inundación; y tercero, de cómo en este siglo se tardara veinticuatro horas en solucionar el problema? En la estación, se transmitían comunicaciones en los luminosos, cambiando las estimaciones de salida de los trenes, a medida que se alcanzaban las anteriormente fijadas. Eso sí, junto a la hora estimada, se añadía –otro eufemismo–: sin previsión.
¿Cómo sin previsión se pueden estimar horarios?
Los desconfiados del voto por correo, encontraron avería e inundación. ¡Explíquenselo!
Las compras de votos en las autonómicas y municipales, fueron mucho menos distorsionadoras.
