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Los deberes ambientales del presidente Azcón

Aragón necesita un nuevo hidalgo capaz de luchar contra los molinos hasta derribarlos; no son gigantes, sino gigantescas obras de ingeniería aeroambiental.

Aragón necesita un nuevo hidalgo capaz de luchar contra los molinos hasta derribarlos; no son gigantes, sino gigantescas obras de ingeniería aeroambiental.
Jorge Azcón, presidente de Aragón | Europa Press

Al tomar posesión de su cargo como nuevo presidente de Aragón, el popular Jorge Azcón anuncia su defensa de España y del Estatuto de Autonomía y muestra sus preocupaciones ambientales. No lo tendrá fácil.

Aragón necesita un nuevo hidalgo capaz de luchar contra los molinos hasta derribarlos; no son gigantes, sino gigantescas obras de ingeniería aeroambiental. Sus aspas, aceleradas por los incentivos económicos que han actuado como caramelos envenenados ante los alcaldes y demás autoridades locales, amenazan con acabar con los atractivos ambientales de una región inigualable.

No era esto lo anunciado como "sostenible"

Cuando las llamadas "energías renovables" se postulaban como una solución sostenible y ecológica ante los retos de la creciente demanda energética mundial, no se planteaba la construcción de instalaciones gigantescas para enviar a grandes distancias la energía supuestamente verde, sino más bien como una suma de soluciones locales de dimensiones modestas, más adecuadas para surtir de luz a la aldea de David el Gnomo que para recorrer continentes en forma de gigantescas tuberías diseñadas para presidentes megalómanos. "No era esto", nos lamentamos ahora.

Aragón ha malvendido buena parte de sus recursos paisajísticos al sucumbir ante los horribles bosques de generadores eólicos que popularmente se van conociendo como "molinillos". Estas torres con aspas se levantaban en principio en forma de tendidos o líneas, más o menos similares a las instalaciones eléctricas, pero su proliferación las va extendiendo de manera tridimensional y las convierte en obstáculos inexpugnables para el vuelo de las aves y de la mirada del naturalista.

No sabemos muy bien, porque no se ha aclarado, qué destino se dará a los megavatios originados en ese jurásico aragonés. Aclaremos que terrenos jurásicos son los de algunas de las serranías profanadas.

Los habitantes de tales paraísos naturales que han renunciado a lo que podrían ser sus recursos turísticos de futuro que han vendido por un plato de lentejas, van a notar muy pronto cómo los turistas escapan de estos parajes tan rápido como la electricidad que generan los molinos. Es una de las mayores urgencias para el presidente Azcón evitar que se marchen decepcionados y engañados. Aragón no puede pasar de la España despoblada a la España desertizada.

No será sencillo derribar tantos obstáculos ni luchar contra los intereses y agradecimientos generados en bolsillos agradecidos. La labor que espera al presidente aragonés es ciclópea, pero habrá que recordarle lo que orgullosamente proclamaba la inmortal maña "Pilar". La protagonista, iletrada pero no mema, de la zarzuela decimonónica Gigantes y cabezudos, del maestro Fernández Caballero: "Luchando tercos y rudos, grandes para los reveses, somos los aragoneses, gigantes y cabezudos".

Convencer con razones a políticos y terratenientes locales comprados para ceder terrenos a las instaladoras de molinillos no va a requerir solamente consejos, también serán necesarias leyes y, sobre todo, mucha valentía. Recuperar los paisajes serranos perdidos y evitar la proliferación de nuevos parques eólicos, alguno de ellos ya proyectado, será verdaderamente una gigantesca labor. Adelante, señor Azcón. Aragón le espera.

Muy recientemente ha sucedido en el Pirineo aragonés algo tan insólito como la detención de un proyecto Life, aprobado y financiado por la Unión Europea, para la supervivencia del quebrantahuesos al no ser posible garantizar la supervivencia de los ejemplares criados con la finalidad de repoblar aquellos sierras ante el más que probable choque contra los bosques de molinillos de los jóvenes conseguidos con tanto esfuerzo.

Unas tímidas objeciones de algunos ornitólogos han sido la única respuesta despertada por esta advertencia, letal para la fauna protegida. La debilidad de las protestas sólo se puede interpretar en función de la apisonadora mediática que supone el mito del famoso "cambio climático". Realmente hacen falta políticos muy valientes y apasionados por la defensa de su "Patria chica".

No bastará un solo gigante para luchar contra el fantasma de la despoblación, aunque tendremos que desplazarnos de la ruta aragonesa en busca de los gigantescos "huertos de espejos solares". Va siendo frecuente encontrar imágenes de rebaños de ovejas que tratan de encontrar espacio para sus travesías en busca de pastos en los estrechos caminillos dejados entre sus superficies por los parques eólicos.

Don Quijote también se dejó algún molar en la pelea contra los pastores que pretendían defender a sus rebaños de ovejas, de manera que no son sólo los molinillos el único peligro que le amenazaba. A don Jorge Azcón, flamante nuevo presidente de Aragón, le recordamos por el momento que lo que tiene por delante en la defensa de su Tierra no son gigantes, sino molinos, y esos se pueden derribar por medio de Leyes verdaderamente protectoras de la Naturaleza.

Otro día hablamos de la defensa del urogallo pirenaico, esa es otra historia, también de interés relevante.

Miguel del Pino, catedrático de Ciencias Naturales

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