Menú

¿Sonrisa o rictus?

Llevo ya cinco años contemplando al Gobierno, y cada uno de sus miembros ostenta una permanente sonrisa, o un rictus congénito.

Llevo ya cinco años contemplando al Gobierno, y cada uno de sus miembros ostenta una permanente sonrisa, o un rictus congénito.
Pedro Sánchez | EFE

Para los no especialistas en temas faciales, suele, con frecuencia, acarrear dificultad su distinción. Cuando, de hecho, la diferencia entre una y otro está bien marcada.

De momento, la sonrisa, muestra el aspecto externo de una actitud alegre o gozosa, por lo que, radica en el ánimo de quien sonríe, complementado por su voluntad.

Ante un rictus facial, se corre el peligro de atribuirlo, también, a la manifestación de un estado de ánimo, cuando en muchos casos obedece a una contracción física, ajena a cualquier razón semejante.

Se preguntarán, y con razón, a qué viene hablar hoy de sonrisas o de rictus, cuando éste puede ser un estado inerte a cualquier alteración del ánimo, y ajeno a la propia voluntad.

No pocos, opinarán, sin derrotismos que, en estas tierras, las cosas no están para sonrisas, sino para mucha seriedad, para rigor en los análisis y esfuerzo en la obtención de resultados.

Formularé, sin eufemismos, la pregunta subyacente. Llevo ya cinco años contemplando al Gobierno, y cada uno de sus miembros, ostentando una permanente sonrisa, o un rictus congénito.

Si se trata de lo segundo, deben acudir a un facultativo que les ponga remedio. Si de lo primero, la pregunta profundiza para saber ¿de qué sonríen?

Su vida y obra política no les puede ir peor: pierden las elecciones y su resultado legislativo, es el contrario al pretendido. La lista de fracasos notables, se haría interminable, si pudiéramos entretenernos.

Un tema que no permite soslayo, es la desconfianza fraguada durante el sanchismo, sobre instituciones que fueron signo de credibilidad, estudiadas y utilizadas con rigor para prever, anticipadamente, situaciones futuras.

Antiguo es ya el ninguneo del paro registrado, relegándose su uso, hasta prácticamente su desaparición. Nada que ver, aunque esto más reciente y escandaloso, con los datos publicitados por el CIS, sobre estados de opinión de los españoles. Y, lo inimaginable: que, el sancta sanctorum de las estadísticas, el INE, pudiera llegar a engrosar el cesto inaugurado por el CIS.

Aunque, la gravedad no es privativamente nacional, pues, los afectados, solemos acudir a otras fuentes como EUROSTAT, O.C.D.E., Naciones Unidas… con cierta cautela.

Parece que la U.E. pretende dar luz verde a otros 94.000 millones de euros, de fondos pendientes. ¡Error, craso error! Por cierto ¿se han enterado ya, en Estrasburgo, de quiénes fueron perceptores finales de los fondos anteriores? Los europarlamentarios que investigaron su destino, volvieron sin luz en tanta oscuridad.

La falsedad es la nota determinante del gobierno y sus miembros. España, y esto es triste, es un país nada fiable, insolvente ante sus obligaciones internacionales, despertándonos cada día con un nuevo embargo de inmuebles propiedad del Estado, a instancias de los acreedores.

¿Se trata de mostrar una España inexistente? Omito datos múltiples, que todos conocemos. Pero expondré uno muy sencillo: la renta por cabeza de los españoles, medida en paridad del poder de compra, en el año 2021 –último en Eurostat– es inferior a la de 2018 y muy inferior a la de 2019.

Sí, somos más pobres en 2021 que en 2018 y 2019.

¡Eso es progresismo! ¡Cómo para sonrisas…!

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal