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Enrique Navarro

No son los palestinos, es Irán

Debemos cortar cualquier ayuda a Gaza hasta que Hamas no sea eliminado. No tenemos más responsabilidad sobre los palestinos que sus propios gobernantes.

Debemos cortar cualquier ayuda a Gaza hasta que Hamas no sea eliminado. No tenemos más responsabilidad sobre los palestinos que sus propios gobernantes.
Soldados de Israel en la localidad de Sderottras el brutal ataque de Hamas desde Gaza. | Europa Press

Justo habían pasado cincuenta años de la última guerra árabe israelí, la del Yom Kippur, el seis de octubre de 1973. Desde entonces, Israel ha progresado más que ninguna nación del mundo, y los árabes de Israel han progresado más que ningún otro pueblo musulmán del mundo en prosperidad, derechos y riqueza. Desde entonces Israel ha venido normalizando las relaciones con muchos países musulmanes, que dejan a un lado sus diferencias religiosas para comportarse como estados. La próxima visita de una ministra israelí a Arabia Saudí demuestra que los deseos de una relación pacífica y fructífera entre el mundo árabe e Israel crecen cada día.

Pero este proceso de pacificación solo tiene un enemigo en el mundo que es Irán. No se equivoquen, los palestinos son los prisioneros de Hamas y del gobierno palestino, que no solo no ha condenado el ataque sino que además lo ha justificado, y todos estos son marionetas de Teherán.

Irán sigue siendo el enemigo estratégico del mundo libre, un gobierno tiránico y déspota que hace de su interpretación de la religión un modo violento de hacer política y de generar inestabilidad global. Israel y su proceso de normalización con los vecinos constituye su mayor amenaza y por eso ha enviado a sus matones de Hamas a un ataque de locos, sin sentido estratégico. Hamas no está atacando Israel, no tiene entidad ni para acabar con la policía municipal de Tel Aviv. Está haciendo el gilipollas, porque además del dolor que ya han causado con la muerte de muchos inocentes israelíes y palestinos, no tiene ningún sentido estratégico su acción, más allá de la macabra celebración de la mayor derrota que sufrieron frente a Israel. No van a conseguir nada ni van a movilizar a nadie en su defensa, porque todo el mundo, menos Teherán, está hasta los mismísimos de los dirigentes terroristas palestinos, los únicos culpables de que no haya un clima de paz y prosperidad en la región.

Hamas dirige con mano de hierro Gaza, seguramente es el régimen más inhumano y tirano que gobierna en el mundo, con un solo objetivo: destruir el Estado de Israel, sin importar el precio, porque han sido y son entrenados, financiados y preparados para ello por el enemigo que es Teherán, el mismo gobierno que vende sus drones a Putin para matar inocentes en Ucrania.

Mientras nos empeñamos en financiar el escaso bienestar de Gaza, ellos se preparan para atacarnos y esta es la primera lección que debemos aprender: debemos cortar cualquier ayuda a Gaza hasta que Hamas no sea eliminado. No tenemos más responsabilidad sobre los palestinos que sus propios gobernantes y el ataque de hoy demuestra que no estamos entendiendo el problema, hay que eliminar cualquier ayuda de cualquier naturaleza a Gaza hasta que la democracia y estabilidad reinen en los territorios.

Temen a la normalización, a la paz, porque en ella no encuentra justificación para su supervivencia. Más indignante es la argumentación del presidente de la Autoridad Palestina, que ha perdido otra oportunidad para demostrar lo que no es. No es un estadista, es un opresor de su pueblo al que ya ni siquiera convoca a las urnas. Israel no puede llegar a acuerdos con quien solo pretende su destrucción. Es imposible, lamentable, pero así es. No se puede negociar con un león cuando se tiene la cabeza en su boca, la historia se repite.

Tengo suficiente conocimiento y conocidos en Israel para saber que los israelíes ambicionan la paz, la estabilidad con los palestinos, que están dispuestos a generar una gran comunidad de prosperidad, pero es que esto tampoco le interesa a Irán y a sus secuaces que gobiernan Palestina. Nada que no sea la destrucción de Occidente y de sus valores les preocupa y a nada más dedican todos sus recursos.

Convertirán a sus víctimas en mártires y volverán a retroalimentar a la población contra Israel, para que no decaiga el odio. No importa cuántos niños mueran, lo harán por la causa de los ayatolás y de los terroristas.

Israel debe, con el apoyo internacional o sin él, acabar para siempre con Hamas y con la dictadura, es imprescindible para su independencia y seguridad y también para la del pueblo palestino que está controlado militarmente y desinformado por una cultura del terror. Es necesario al aislamiento internacional para conseguir un cambio de régimen en los territorios palestinos y que todos puedan elegir su forma de gobernarse y gozar de los derechos y de la prosperidad que les roba el gobierno palestino.

Una vez más, en el día de la Expiación, los que van a expiar sus culpas son los terroristas con la acción militar de las Fuerzas de Defensa de Israel, que deben aprovechar esta situación para desarmar para siempre a Hamas. Y si el gobierno palestino no es capaz de controlar, seguramente porque forma parte del sistema de los terroristas, a los que hoy han lanzado cinco mil cohetes contra Israel y han asesinado ya a casi 30 civiles y provocado más de 600 heridos, entonces Israel tendrá todo el derecho a la legítima defensa y terminar con un estado amenazante que quien comparte la mitad de su frontera.

La democracia, la libertad, los derechos humanos están siendo atacados por los enemigos en Israel; toca, como en Ucrania, mantener prietas las filas y apoyar a los nuestros con todos los medios que estén a nuestro alcance. Así aprenderán de una vez la lección, de que nosotros, juntos, somos mucho más fuertes porque tenemos la fuerza de la razón.

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