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Hamás hace lo suyo y en occidente muchos se retratan

Fueron muchos los que, desde distintos ámbitos de la vida pública, han salido a asearle el "estropicio" al terrorismo genocida palestino.

Fueron muchos los que, desde distintos ámbitos de la vida pública, han salido a asearle el "estropicio" al terrorismo genocida palestino.
Manifestación a favor de Palestina en Sídney. | EFE

Hamás, grupo terrorista palestino financiado por Irán, le ha mostrado a Occidente su verdadero rostro. Su verdadero objetivo –que comparte con la "moderada" Fatah—. En realidad, hace mucho que viene exponiéndolo, diciéndolo, como quien enumera sus virtudes. Pero tantísimos de esos personajes que se dicen "periodistas", "analistas", "trabajadores humanitarios", "políticos", y que no son, sino, en el mejor de los casos, activistas, y acaso más acertadamente, propagandistas, relaciones públicas o cómplices mediáticos necesarios o apólogos, o cínicos oportunistas, les negaban la evidencia a sus audiencias.

El terror, más pronto que tarde, desprecia que lo nieguen, que lo encojan, que disminuyan sus efectos; entonces se manifiesta sin afeite alguno: en una macabra ceremonia de violación de mujeres, secuestro de ancianos, niños, adultos; asesinando judíos.

Algunas de las revelaciones silenciadas:

22 de enero de 2016, un alto cargo de Fatah,Tawfik Tirawi, dijo que un "Estado palestino junto a Israel es sólo ‘una etapa’ y que Palestina debe extenderse finalmente del río Jordán al mar".

Constitución de Fatah: "La existencia israelí en Palestina es una invasión sionista con una base expansiva colonial, y es un aliado natural del colonialismo e imperialismo internacionales" (Art. 8).

5 de febrero de 2023, un portavoz del grupo terrorista Yihad Islámica Palestina declaraba que "la liberación de Palestina no puede ser a través de acuerdos de paz".

Yahya Sinwar, uno de los líderes de la organización terrorista en Gaza, en una arenga a principios de abril de 2018: "Derribaremos la frontera y les arrancaremos [a los israelíes] los corazones de sus cuerpos".

Sinwar, el 16 de mayo de 2018, durante una entrevista televisiva: "Cuando decidimos embarcarnos en estas marchas, decidimos convertir lo que nos es más querido –los cuerpos de nuestras mujeres y niños— en un muro de contención que impida la deriva de muchos árabes hacia la normalización de los lazos con [Israel]".

Ismael Haniyeh, líder de Hamas, el 11 de mayo 2018: "¡Nunca olvidaremos Palestina desde el mar (Mediterráneo) hasta el río (Jordán). ¡Palestina es desde el mar (Mediterráneo) hasta el río (Jordán)! ¡Y nunca, nunca, nunca, nunca reconoceremos a Israel!". "Estos no son meros eslóganes. Este es nuestro camino. ¡Es la verdad, la verdad! Este es nuestro principio, nuestra ideología, y no está dispuesta a transigir".

Mahmoud Al-Zahhar, un alto cargo de Hamás, el 13 de mayo de 2018: "…cuando hablamos de ‘resistencia pacífica’, estamos engañando al público".

Es más, el día del ataque terrorista masivo perpetrado por Hamás, a poco de haber comenzado, esto decía la cadena Quds News, afiliada (según el Departamento de Estado de Estados Unidos) a este grupo terrorista:

Mas, acostumbrados –o convencidos— a omitir la realidad, a hacerle el juego al terrorismo palestino, disfrazándolo de "resistencia", de "milicianos", de "luchadores contra la ocupación", algunos no pudieron evitar seguir con ese cómplice papel.

Al punto de anteponer el objeto sobre el sujeto, como en este entre esperpéntico y espeluznante caso:

O, más sibilinamente, confundir lo terrorista con lo militar, a la vez que se omite la brutalidad, la crueldad sin límites, del masivo ataque palestino:

O, por poner un ejemplo más, por sugerir que Israel es, en realidad, una "colonia" –es decir, una ilegitimidad—:

Así, pues, fueron muchos los que, desde distintos ámbitos de la vida pública, y ante lo horroroso, medieval, masivo, alevoso, casi ritual, de la masacre contra judíos, salieron con esa obediencia de los que parecen los mandados de una ideología, de una "causa", a omitir, silenciar; a asearle el "estropicio" al terrorismo genocida palestino: que la "resistencia", que "militantes", que la "ocupación", el "muro"; mientras esos palestinos les mostraban orgullosos, con videos y fotos de su obscena perpetración, lo que quiere decir todo eso: "causa palestina" es un mero eufemismo de "solución final": de erradicación de los judíos, de Israel. "Del río al mar", como también dicen, en árabe, sin empacho, con ese orgullo fatuo, brutal, de los fanáticos.

Pretendiendo la indecencia de hacer pasar la propaganda, la operación de contención de daños de la marca "palestina", por información, por "desvelo humanitario", arrogándose un pedestal moral para traficar con las ideologías más retrógradas y homicidas, para las que la vida ajena es un crecimiento anómalo de la naturaleza, y la de los propios, mero material de propaganda, sangre de cañón.

Jugando a la benévola y justa equidistancia, cuando en realidad se han cansado de asentirle los "excesos lógicos de la víctima" al criminal terrorista de lesa humanidad; cuando, feministas, defensores de los derechos LGTB, contemporizan con la dictadura homófoba, feminicida, etnocida.

Acaso sigan porfiando, erre que erre, "causa" que "causa", porque no se reconocerían en otro ámbito de significado que aquel que los define como ninguno otro: el de cómplices, apólogos, de quienes hacen del odio antisemita su causa.

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