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EDITORIAL

¿Va el Consell de la República a dar una oportunidad al constitucionalismo?

Es harto ilusorio pensar que esta votación no vinculante del Consejo por la República catalana vaya a traducirse en una repetición electoral. Ojalá.

Es obvio que, dados los resultados electorales del pasado 23 de Julio, y vista la nihilista disposición de Pedro Sánchez de pactar con todas las formaciones separatistas con tal de seguir en la poltrona, la única esperanza que tiene la España constitucionalista de cara a lograr una repetición electoral es, paradójicamente, que haya alguna formación separatista a la que, en el colmo del maximalismo, no le parezca suficientes las tragaderas de Sánchez y que vote no o se abstenga en la próxima sesión de investidura del candidato socialista.

En este sentido, hay constitucionalistas que aferran sus esperanzas en una repetición electoral en base a la votación que acaba de celebrar el Consell de la República –un organismo alegal creado por el golpista prófugo Carles Puigdemont— en la que el 74,9% de los pocos militantes que han participado en la votación se ha mostrado partidarios de "bloquear" la investidura de Pedro Sánchez.

Al margen de que, más que "bloquear", lo único que pueden hacer las formaciones secesionistas es negarse a apoyar la investidura de Sánchez —cosa que forzaría la repetición electoral que ansían el PP y Vox—, se da la circunstancia de que la votación de este organismo no es vinculante para ninguna formación separatista, incluida Junts per Catalunya. Eso por no hablar, tal y como también han destacado las mismas directivas de los partidos separatistas, que de los 90.484 censados en el Consejo por la República catalana sólo han participado 4.021 militantes (sólo el 4,45% de los activistas), de los cuales solo 3.009 electores se han manifestado a favor del supuesto "bloqueo".

Así las cosas, es harto ilusorio que esta votación no vinculante de este pseudo-organismo secesionista vaya a servir para algo que no sea una forma, teatral y poco convincente, de presionar a Sánchez y de exprimirlo al máximo pero sin llegar al extremo de imposibilitar una investidura que, en caso de ser fallida, nos abocaría, tan feliz como inexorablemente, a una repetición electoral en la que los separatistas no tendrían nada que ganar y mucho que perder: Téngase en cuenta que la investidura de Feijóo no salió adelante por tan sólo 4 votos. Una repetición electoral o bien permitiría a Sánchez no tener ya que depender de todas y cada una de las formaciones separatistas o bien permitiría a Feijóo alcanzar una mayoría suficiente para gobernar a la que —insistimos— sólo le han separado cuatro escaños. Así las cosas, es harto dudoso que los separatistas vayan a desaprovechar la oportunidad histórica que les brinda los resultados del 23 de julio y el nihilismo de Pedro Sánchez, digan lo que digan los militantes del bananero Consejo de la República.

A la vista de los pactos ya cerrados entre PSOE y Sumar, con disparates tales como la reducción de la jornada laboral, la elevación de la presión fiscal o la prohibición de los "vuelos cortos" —por no hablar de la silenciada amnistía que reclaman los separatistas como condición previa para apoyar la investidura de Sánchez—, nada sería mejor para España que una repetición electoral por mucho que sus resultados sean inciertos. Y eso, por la sencilla razón de que, en estos momentos, lo único seguro, lo único realista, lo único cierto es que, con los resultados electorales del 23 de Julio, el único gobierno posible es el que presidirá la falta de escrúpulos políticos, legales y morales de Pedro Sánchez, no con la oposición, sino al dictado de los separatistas

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