"El aterrizaje lo hemos hecho con una fuerte ventisca; ahora mismo acaba de dejar de nevar. Estamos a tres grados y rodeados de nieve. La información que nos acaban de facilitar es que ha descargado más de metro y medio de nieve en Campo de Hielo Sur".
El Grupo Militar de Alta Montaña aterrizó el pasado domingo en el Aeródromo de Balmaceda, después de 16 horas de vuelo con escala en Santiago de Chile, y el coronel Ayora nos envía su primer mensaje. "El viaje se ha hecho sin novedad y la acogida por parte de los compañeros chilenos, excepcional".
Los militares se trasladaron a Coyhaique, el principal centro urbano de la región de Aysén, puerta de las expediciones a la Patagonia y base del Cuartel General de la IV División del Ejército de Chile. Allí les recibió el teniente coronel Felipe Alcayaga, al frente de la Compañía Andina Divisionaria N20 (CAD Nº 20) "Cochrane". El coronel Ayora y el teniente coronel Alcayaga coinciden en destacar que la colaboración está resultando "ya desde el inicio, una experiencia fantástica".
El teniente coronel Alcayaga dirigirá el contingente de militares chilenos que entrarán en el Campo de Hielo Sur junto a los españoles. Está formado por el capitán Williams, (responsable de la Unidad de Reconocimiento), el cabo 1º Vasquez (enfermero militar de combate), el cabo 1º Mora (patrullero y encargado de telecomunicaciones), el cabo 2º Parada (patrullero y encargado de logística) y el cabo 2º Valdés (patrullero). La expedición se completa con el teniente Jara, al frente de la Unidad de Rescate; el cabo 1º Ibáñez y el cabo 2º Cantón (conductores de moto de nieve), y el cabo 2º Ávila. Todo el personal es especialista en montaña.
"Montañas de hielo, temperaturas que desafían al cuerpo humano y un terreno inhóspito, son solo algunas de los obstáculos que deberán enfrentar los militares". Así describe la travesía la nota oficial difundida por el Ejército de Chile. "Los montañeses tendrán que sortear ráfagas de viento de hasta 100km/h, sensaciones térmicas superiores a los -20ºC. El recorrido total de 110 kilómetros cargados con un equipo de 60 kilos aproximados, entre mochila y trineo".
La inserción de los 15 hombres en el Campo de Hielo Sur, la tercera extensión de hielo más grande del planeta, después de la Antártica y Groenlandia, está precedida por una concentración de varios días, en la CAD Nº 20 "Cochrane", para revisar procesos y homologar técnicas de montaña.
El coronel Ayora destaca la importancia de estos trabajos previos: "Desde hace muchos años recibimos en la Escuela de Montaña y Operaciones Especiales a oficiales y suboficiales del Ejército de Chile, quienes previamente han pasado por la Escuela de Montaña en Chile, y la verdad que lo digo abiertamente, no fallan. Cuando vienen el nivel está muy alto, consecuencia de que las cosas se hacen muy bien. Enfrentamos este reto con la misma motivación que los acometidos anteriormente con nuestro ejército hermano, pero el Campo de Hielo Sur nos plantea nuevos problemas en cuanto a la planificación, los apoyos, la logística y por eso es tan importante revisar procesos y homologar técnicas".
A este respecto, el teniente coronel Alcayaga insiste en que durante la fase de homologaciones se refuerzan los lazos tácticos necesarios para poder ejecutar la misión. No han dejado nada al azar. "En mayo realizamos una travesía en Campo de Hielo Sur, aprovechamos para verificar parte de la ruta y el estado de los refugios que hay en ese sector. Posteriormente mantuvimos lo que es el entramiento técnico en Cochrane, y hace dos semanas estuvimos en Campo de Hielo Norte en el ejercicio ‘Nef 2023’, que fue una combinación de trabajo en hielo y un ejercicio de operaciones militares. El personal que integra las cordadas que van a entrar tienen las condiciones y las capacidades necesarias para cumplir las tareas", destaca Alcayaga.
La Ciudad de los Césares
Tuvieron tiempo nuestros compatriotas para acercarse a Puerto Chacabuco, que es el lugar desde donde partieron en 2007 hacia el Campo de Hielo Norte. Desde aquí se navega en dirección sur para entrar en el Fiordo Aisén, continuar por el Canal Costa, internarse en el Estuario Elefantes y desembocar en la Laguna San Rafael, donde desagua el impresionante Glaciar San Rafael.
Hace 403 años, otro compatriota, relata así su llegada a la Laguna de San Rafael: "entré en una laguna de agua dulce i caminé tres días por ella. No habitaba jente en todo. Desaguaba la laguna hacia la mar brava i hacia bajíos /…/ salí a la mar brava donde hallé infinidad de islas". Es el piloto Juan García Tao, que bautizó como San Rafael a la laguna y el glaciar y lo escribió en 1621 en su Relación y viaje hacia el Estrecho de Magallanes en busca de la gente española que se decía estaba poblada hacia allá. Archivo Nacional. Fondo Vidal Gormaz.
García Tao iba en busca de la Ciudad de los Césares. "Aunque las diversas expediciones emprendidas no habían dado resultado alguno, se continuaba hablando de la existencia de una ciudad misteriosa que denominaban de los Césares, habitada, se decía ahora, por los descendientes de los españoles que naufragaban en el estrecho en 1540 cuando la desgraciada expedición de Camargo, y de los que poblaron las ciudades fundadas en el mismo estrecho por Sarmiento de Gamboa en 1584. El gobernador don Lope de Ulloa, dando crédito a estas fabulosas leyendas y deseando, además, reconocer el sitio en que pudiera fundarse la nueva ciudad, preparó a la vez dos expediciones, una por mar y otra por tierra (la del piloto Juan García Tao)". Diego Barros Arana, Historia general de Chile, tomo IV.
En 1620, los exploradores españoles, a bordo de sus dalcas, no llegaron al Campo de Hielo Sur ¿Quién sabe si la Ciudad de los Césares es algo más que una leyenda y sigue esperando?