
Barcellona es un lugar peligroso para dedicarse al periodismo sin renunciar por el camino a la honestidad intelectual. Que se lo pregunten, si no, a la viuda del reportero Beppe Alfano. El 8 de enero de 1993, a Alfano lo cosió a tiros un sicario de la Mafia por haber hurgado más de la cuenta en un asunto de tráfico de armas en el que andaban metidos algunos notables de la ciudad. Y es que en Barcellona manda la Mafia. Ha mandado siempre. Por lo demás, esa pequeña ciudad de Sicilia se llama así, Barcellona, como testimonio de la muy honda huella, y no solo toponímica sino también cultural, que dejó en la isla la presencia de los invasores medievales catalanes, aquellos que cometieron la célebre matanza que los libros de historia recuerdan hoy como las Vísperas Sicilianas.
Allí manda el crimen organizado y en su madre, maestra y tocaya, Barcelona, ya sin elle, también forma parte de la tradición local el que gobierne la Mafia. De ahí que, ahora mismo, mientras redacto estos tres párrafos, la gobernabilidad de la cuarta economía del euro dependa, entre otros detalles técnicos, de que Pedro Sánchez acceda a indultar a la presidenta de Junts per Catalunya, Laura Borràs, por ciertos delitos comunes relacionados con el hurto de dinero público para su ulterior desvío con fines particulares, fechoría por la que fue procesada y condenada judicialmente en su momento.
Así, Borràs, la mano derecha de Puigdemont en Barcelona, procedió a extraer periódicamente cantidades de dinero institucional bajo su custodia para entregarlas a un pequeño traficante de drogas con el que, por lo visto, mantenía una relación de amistad personal. Luego, en el transcurso del proceso, trascendió que el individuo en cuestión también solía complementar de modo ocasional sus ingresos procedentes del narcotráfico con la falsificación de papel moneda. En total, la sentencia del caso acredita que Borràs entregó 260.000 euros, huelga decir que todos ellos propiedad de la Generalitat, al narco. Bien, pues Puigdemont exige a Sánchez que decrete la impunidad completa en ese asunto como condición insoslayable de su apoyo. Sicilia, capital Barcelona.
