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Federico Jiménez Losantos

El discurso de Milei, el más importante en defensa de la libertad desde hace muchas décadas

Milei tiene un deber moral con su país. Y está dispuesto a cumplirlo.

Milei tiene un deber moral con su país. Y está dispuesto a cumplirlo.
King Felipe VI attends in Buenos Aires to the Inauguration of the President-elect of the Argentine Republic, Javier Gerardo Milei. Buenos Aires, Argentina, Sunday, December 10, 2023 El Rey Felipe VI asiste a la Toma de Posesion del Presidente electo de la República Argentina, Javier Gerardo Milei. Buenos Aires, Argentina, Domingo 10 de diciembre de 2023 POOL/Casa Real/Cordon Press | Cordon Press

El discurso a la nación argentina de Javier Milei el 21 de Diciembre de 2023 pasará a la historia como la defensa más sólida de las ideas de la libertad desde hace muchas décadas. Algunos lo compararán con los de Thatcher en 1979 o Ronald Reagan en 1980, que marcaron el cambio de rumbo de un Occidente rendido al socialismo y a la expansión de la URSS. El de Thatcher luchaba contra los sindicatos que financiaban y dominaban al Partido Laborista y que llevaban a Gran Bretaña a una lenta e inexorable decadencia. En buena parte, porque el Partido Conservador había aceptado las ideas del socialismo como inherentes a la acción de Gobierno. Como Giscard en Francia dilapidando la herencia de Pompidou y como tantos países occidentales asumiendo la socialdemocracia al modo de Suecia.

Antecedentes cercanos: Thatcher y Reagan

Reagan, sobre todo en sus primeros años, con Stockton en el Tesoro, marcó el fin de la economía hiperregulada y fiscalmente asfixiada de los USA, mientras desarrollaba un programa militar que acabó arruinando y hundiendo a la URSS y sus países satélites, empezando por Berlín. Fue una lucha ideológica, política, militar y, sobre todo, moral, ante la política de retirada de la América de Carter, hija de Vietnam, que arrastraba a todo Occidente. Y en sus discursos televisados para sortear un Congreso hostil, Reagan siempre apelaba a la raíz moral de las instituciones que protegen la libertad individual y el derecho a la propiedad con toda la fuerza de la Ley.

El optimismo típicamente americano de Reagan fue precedido por el sarcasmo implacable de Thatcher ante el socialismo. La hija del tendero, doctorada en Oxford, despreciaba a los señoritos del Partido Conservador que asumían el socialismo como una charity navideña, y no como lo que realmente es: una condena a la pobreza de los más humildes, dispuestos a mejorar su situación. El Camino de servidumbre, de Hayek, tan fuera de la corriente académica que tardó dos años en publicarse, y en una editorial australiana, era su libro de cabecera. Pocos saben, aún hoy, la admiración de Hayek por José Larraz, el joven ministro de economía de Franco que logró la convertibilidad de la peseta republicana a la nacional tras la guerra.

Antecedente primero: la Escuela de Salamanca

Y precisamente por Larraz llegó a la Escuela de Salamanca, cuyos libros, sobre todo de Juan de Mariana, se prestaban los Padres Fundadores de los USA, como Franklin, Jefferson y John Adams, ideas recuperadas por la Escuela Austríaca de Mises, una eminente discípula de Hayek, Marjorie Grice Hutchinson, que publicó en Oxford Press una antología de clásicos salmantinos, libro influyente en el PP liberal de Aznar. Un rastro también claro en la Historia del Pensamiento Económico de Rothbard, que propició en el ámbito libertario el descubrimiento de los pensadores españoles del XVI y el XVII, los primeros en tener en cuenta el efecto económico, legal y moral de la primera y definitiva globalización, tras el descubrimiento de América. En varios números de La Ilustración Liberal promovimos, con la colaboración de Huerta de Soto, Velarde, Raga y otros sabios economistas españoles la recuperación y relectura de aquellos genios olvidados.

¿Qué tiene que ver esto con Milei? Todo. El pensamiento sobre la inflación como hija del déficit fiscal o derroche del dinero público está en De Monetae, o Tratado sobre la moneda de vellón, de Juan de Mariana. Y lo que desde el principio me gustó de Milei fue su crítica a la inmoralidad del déficit y a la inflación o "bastardeamiento de la moneda", que otro clásico salmantino definió como "robar en sus bolsillos a los pobres".

La inflación es un fenómeno monetario que nace un asalto a la propiedad privada: el derroche en el gasto público y la devaluación de la moneda para pagar ese gasto, junto al recurso a la deuda pública. Ambos son formas moralmente inaceptables, porque se endeuda a los no nacidos y se les empobrece antes de poder siquiera producir riqueza. Argentina es el caso más siniestro de cómo arruinar un país rico, basado en la exportación al resto del mundo de una ingente cantidad de recursos propios. Y como la inflación y la deuda no eran suficientes, se añadió la prohibición parcial de exportar salvo en las condiciones que decretaran los políticos, esa casta. En ellos, militares o civiles, se da la fatal arrogancia de Hayek junto al afán liberticida de todo socialismo, del socialdemócrata al comunista genocida.

Todas las variantes de ese error ruinoso se dieron cita en Argentina. Y los intentos de remedio fallaron por un déficit doctrinal: la razón moral. Sólo desde unos principios morales de defensa de la libertad cabe instalar un sistema de prosperidad basado en la propiedad y el imperio de la Ley. Y si sólo se intentan trucos técnicos o remedios parciales, de Menem a Macri, el fracaso está asegurado, porque la comunidad política no los hará suyos.

Si el discurso de Milei es histórico, trascendental, y sea cual sea el futuro de su presidencia y su proyecto político seguirá siendo un referente ineludible para los amigos de la libertad en los tiempos venideros es porque primero explicó los fundamentos morales de una política y luego detalló los cambios legales para evitar contra reloj la hiperinflación, la ruina heredada.

Nadie esperaba ni el gobierno que formó, con todos los que quieren el cambio radical del Estado, aunque no sean de su partido o libertarios, ni tampoco la batería de medidas muy pensadas y perfectamente preparadas. En el mes de Agosto, contra los que decían que Milei sólo tenía el voto de la rabia, pero sin ninguna idea seria ni plan realista, escribí aquí mismo:

"He seguido los programas de todos los candidatos y el único con un plan económico de verdad a largo plazo es Milei. El único creíble para luchar contra la inseguridad en las calles es el partido de Milei. El único que habla de un resurgimiento de Argentina como potencia en 35 o 40 años, no en un día, es Milei. El que habla del sacrosanto respeto a la propiedad es Milei. El que se dice hijo de Alberdi y discípulo de Benegas Lynch Jr. es Milei. El que habla de la inmoralidad del déficit presupuestario es Milei. El único que no separa libertad económica y política y deber moral es Javier Milei."

Por eso me emocionó el discurso del presidente el 21 de Diciembre, cuando desde el minuto dos recordó la ruina y los millones de muertos que a lo largo de más de cien años, los del leninismo y la ruina de Argentina, ha provocado lo que llama colectivismo –socialismo, fascismo, comunismo-, la ideología que somete al individuo a la legitimidad excluyente del Estado, siempre considerado superior a la persona que quiere vivir su vida, no que se la viva una casta política siempre fatua y ladrona, siempre equivocada.

Milei, a los diez días de asumir el Poder, tiene en contra dos tipos de casta, la Kasta con K de Kirchner y la casta casi infinita de los privilegios mediocres: periodistas, profesores, empresaurios y funcionarios a granel. No es la dictadura del status quo sino la costumbre del status quo ante. Lo más estrambótico fue ver a un experto en derecho constitucional diciendo que en vez de 360 leyes de golpe podía presentar al congreso una ley al día. ¿Por qué, de pronto, no sólo los golpistas K sino los cucos del periodismo y el estrado dicen que debe guardar un poco más las formas. ¿Qué formas? ¿La de la hiperinflación? ¿La del saqueo de los pobres por los sindicatos? ¿La de la prisa en un país que lleva un siglo cayendo lentamente al abismo? Se ve que los nuevos formalistas no tienen urgencia en encontrar empleo o comer o defender su casa de los delincuentes y a sus hijos del narcotráfico. Milei, afortunadamente, sí la tiene. Tiene un deber moral con su país. Y está dispuesto a cumplirlo.

El mérito de Milei sobre Thatcher y Reagan es que se trata de una defensa a la desesperada de las ideas de la libertad en un país arruinado, no en una sociedad acostumbrada a la Ley como Gran Bretaña o los USA, sino a la ruina y la mafia. Su discurso recuerda las circunstancias heroicas en que se votó y juró la primera constitución española, la de Cádiz en 1812, –también obra de argentinos- debatida mientras la ciudad se defendía del ejército de Napoleón. La fuerza se la daba el patriotismo español, como el de los argentinos unidos a Milei, con el auxilio de las fuerzas del cielo.

Por eso, para los liberales de todo el mundo Milei y su gobierno –Villarruel, Bullrich, Caputo, Mondino y, al fondo, naturalmente, Karina- son un ejemplo admirable de resistencia a la resignación, también llamada socialismo. Su discurso ya está en la historia de la interminable, eterna, necesaria lucha por la libertad. Ojalá su política coseche el triunfo que merece.

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