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Pedro Gil Ruiz

Borrell insulta a Israel y el Canciller judío le vende un tren

¿Qué información maneja Borrell, que oculta a la opinión pública, para realizar una afirmación tan temeraria en un acto académico?

¿Qué información maneja Borrell, que oculta a la opinión pública, para realizar una afirmación tan temeraria en un acto académico?
Borrell con Najeeb al-Maliki, ministro exteriores Palestino | Archivo

A Josep Borrell la Universidad de Valladolid le trajo por Reyes un birrete amarillo y el pasado 19 de enero el agraciado fue a lucirlo y a discurrir ante sus colegas doctores. Una hora discurrió y un titular dio: "Borrell acusa a Israel de financiar la creación de Hamás". Y, en efecto; eso fue lo que dijo: "Sí, Hamás ha sido financiado por el gobierno de Israel para intentar debilitar a la Autoridad Nacional Palestina [ANP] y a Fatah". Coincidiendo con esta sorprendente afirmación del responsable de la diplomacia europea, The Jerusalem Post publicaba un documento elaborado por la Oficina de Comunicación de Hamás y titulado "Our Narrative: Operation Al-Aqsa Flood". Los terroristas palestinos niegan las atrocidades y culpan a Israel de las muertes de civiles ocurridas el 7 de octubre de 2023. "Evitar dañar a los civiles, especialmente a los niños, las mujeres y los ancianos, es un compromiso moral y religioso de todos los combatientes de las Brigadas Al-Qassam". Centenares de ataques contra ciudadanos israelíes confirman el "compromiso moral". Son terroristas que respetan los derechos humanos, que diría el PSOE.

¿Qué información maneja Borrell, que oculta a la opinión pública, para realizar una afirmación tan temeraria en un acto académico?

Con los cadáveres aún calientes, al día siguiente de la matanza, alguien con las entrañas podridas, que responde al nombre de Tal Schneider, firmaba un reportaje en The Times of Israel, con este titular: "Durante años, Netanyahu apoyó a Hamás. Ahora nos ha explotado en la cara". Se acusa al Gobierno de haber permitido que Hamás participase en las discusiones sobre el número de pases de trabajo que Israel concede a los ciudadanos de Gaza. Cita a funcionarios israelíes: "estos permisos aseguraban a los trabajadores de Gaza tener salarios más altos que los que ganarían en el enclave; eran una herramienta poderosa para ayudar a preservar la calma". Se mantuvo un flujo de dinero que facilitaba alimentos para las familias palestinas y la posibilidad de comprar productos básicos.

A finales del quinto gobierno de Netanyahu, en 2021, se expidieron entre 2.000 y 3.000 permisos de trabajo a los habitantes de Gaza. Este número llegó a 5.000 y, durante el gabinete de Bennett-Lapid (junio 2021-diciembre de 2022, un gobierno de coalición con participación laborista) aumentó hasta los 10.000 permisos. ¿Estarían también apoyando los laboristas a los terroristas al conceder más pases? "Desde que Netanyahu regresó al poder, en enero de 2023, el número de permisos de trabajo se ha disparado a casi 20.000", reprochaba la ‘Tal’.

Para que usted se sitúe: en 2006 Hamás ganó las elecciones al Consejo Legislativo Palestino que se celebraron en la Franja de Gaza. Liquidó a los miembros de Fatah y se hizo con el control de la Administración. Es la misma administración que proporciona las cifras de muertos y que el señor Borrell, Sánchez y compañía, dan por buenas. Las autoridades israelíes conceden permisos de trabajo y no impiden que quien gestiona la Franja participe en el proceso de una manera indirecta, con la intermediación de Egipto según aclara la periodista. Señor Borrell, ¿se refiere usted a esto cuando habla del apoyo a los terroristas? ¿Qué sugiere? ¿Deberían haber provocado el colapso de Gaza para alentar una revuelta?

La periodista hace una afirmación más comprometida: "desde 2018 Israel ha permitido que maletas con millones en efectivo procedentes de Qatar entrasen en Gaza". ¿El propósito?: "mantener su frágil alto el fuego con los gobernantes de Hamas". No cita fuentes.

Señor Borrell, ¿sustenta su acusación en esta patraña?

En 2012 las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron la Operación Pilar de Defensa. Comenzó el 14 de noviembre con la eliminación de Ahmed Jabari, jefe del ala militar de Hamás en Gaza. En julio de 2014 se inició la Operación Borde Protector. En agosto de 2022, la Operación Amanecer. Todas ellas contra las Brigadas Al-Qassam y la Yihad. Sin contar las operaciones de captura o eliminación. Los judíos son gente muy excéntrica cuando se trata de apoyar a una organización terrorista.

Por su parte, el Gobierno de Qatar reconoció que había financiado a la administración de la Franja con fines humanitarios, como pagar salarios gubernamentales en Gaza y comprar combustible para mantener en funcionamiento una central eléctrica. "Cualquier intento de arrojar una sombra de incertidumbre sobre la naturaleza civil y humanitaria de las contribuciones de Qatar y su impacto positivo es infundado", afirmó en un comunicado que citaba el New York Times el pasado 10 de diciembre.

Josep Borrell se irritó porque el ministro de Exteriores de Israel se tomó como una gracieta la propuesta de dos Estados "aunque los interesados no quieran". El ministro Israel Katz debió enseñarle el mensaje que había publicado unos días antes Khaled Meshaal, dirigente de la oficina política de Hamás en el extranjero: "No aceptamos el concepto del principio de los dos Estados porque eso significa que deberíamos reconocer a Israel". Pero esto ya lo sabe Borrell.

Haría bien el Alto Representante Europeo en leer a Netanyahu. "Una vez más, contrariamente a la posición prevaleciente, creí que el camino hacia la paz no pasa por Ramallah (sede de la ANP), sino que la pasa por alto. Sostuve que la paz debería comenzar con los países árabes, lo que aislaría a los palestinos recalcitrantes y, en última instancia, los llevaría a reconocer un Estado-nación judío, condición necesaria para poner fin al conflicto" (Benjamín Netanyahu, El triángulo de hierro de la paz, Haaretz, 14 de octubre de 2022). Esa política, los Acuerdos de Abraham, ha sido el objetivo de los ataques del 7 de octubre.

Israel Katz es un señor práctico. El Canciller israelí, consciente de que la propuesta de Borrell era una ocurrencia y queriendo aprovechar el viaje a Bruselas, le sugirió estudiar el plan Vías para la Paz Regional, una propuesta para construir un enlace ferroviario que conectará Israel y los estados del Golfo. El socialista español montó en cólera, cogió su birrete y se marchó. Al poco, el Gobierno de Israel comunicó que había perdido la confianza y que no lo consideraba un interlocutor equilibrado de la Unión Europa. Lo de "equilibrado" iba con retranca.

A los dos días de la masacre del 7 de octubre, entrevistada en esRadio, Fleur Hassan-Nahoum, vicealcaldesa de Jerusalén, se preguntaba "en qué momento la opinión pública, cuando nosotros empecemos el ataque de verdad, se volverá contra nosotros". Josep Borrell lo hizo el 19 de enero. Queda en su conciencia.

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