Menú
Itxu Díaz

El día de la marmota Reynders

Todos los intentos del PP de retratar a Sánchez otra vez terminan igual: nueva humillación gratuita a sus votantes.

Todos los intentos del PP de retratar a Sánchez otra vez terminan igual: nueva humillación gratuita a sus votantes.
BRUSELAS, 31/01/2024.- .- El comisario de Justicia europeo, Didier Reynders (c), ha reunido este miércoles en Bruselas al ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños (i), y al vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons, para intentar iniciar un nuevo diálogo que desemboque en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). EFE/Pablo Garrigós | EFE

La fotografía es como un pasaje subido de tono de González Pons. Pretende ser sugerente, pero es repugnante y, si lo piensas bien, es todavía más repugnante. Bolaños, que sigue con su dieta del sable, ya ni aparece. Han tenido que reconstruirlo con Inteligencia Artificial. Frente a él, el inmenso González Pons parece Pam, la presidenta del Club de Amigos del Colesterol, pero Pam después de comerse a Oriol Junqueras. Didier Reynders está más perdido que la marmota Phil al salir de su guarida y encontrarse con toda esa gente enloquecida, celebrando que no ha visto su propia sombra. La primavera está en camino y quizá sea la única buena noticia de esta semana.

Insiste a menudo Federico Jiménez Losantos en que los partidos de la derecha desprecian a sus votantes. Vivimos en ese día de la marmota desde el 1978. No hace mucho hablaba de esta circunstancia con un dirigente del PP y su respuesta complaciente hacia los propios me resultó aún más irritante: "Es que aquí caben todas las sensibilidades".

No estoy seguro de saber lo que son esas "sensibilidades". Pero en caso de haberlo entendido bien, la mía ha quedado gravemente herida al contemplar la timba de los representantes de los dos principales partidos españoles sentados a la mesa con un árbitro belga, como esos programas cutres que había en las tardes televisivas de los 90, en los que un cani con pelo de Xavi y una choni pata negra se lanzaban insultos y rencores, y el presentador hacía de mediador para intentar arreglar lo que no tenía arreglo; el noviazgo roto, tal vez, pero el mal gusto ya queda para siempre.

Si ya es un error sentarse a negociar con este Gobierno corruptor, que ensucia lo que toca, humillar a los españoles con una mediación internacional aleatoria a plena luz mediática es el enésimo síntoma de la candidez política de la derecha más temerosa, que imagino que una de esas famosas sensibilidades será la ingenuidad crónica. La fotografía valida al Gobierno como interlocutor, justo el mismo día en que Feijóo afea a Sánchez su mezquindad infinita, su inmoralidad, su ilegitimidad, al entregar España a trozos –o a trizas— a separatistas y terroristas.

Y luego están los del retrato, mis favoritos. Hay en el cosmos conservador mediático y político una importante colección de yonkis del retrato, tipos que dejarían a Velázquez en un vulgar aficionado, enganchados sin remedio a la metadona de que todo es bueno si con eso el Gobierno de Sánchez queda retratado ante vaya usted a saber quién. ¿Cómo explicarlo? Pedro Sánchez está más retratado que la reina Isabel II, pero no ahora, lo está desde 2016. No hay nadie sobre la faz de la tierra que tenga alguna duda sobre él. Y me atrevo a aventurar que, si alguna vez nos visitan los alienígenas, sus primeras palabras al bajarse de la nave, y tras rascarse un poco las antenas, serán "Sánchez felón".

Todos los intentos del PP de retratarlo otra vez terminan igual: nueva humillación gratuita a sus votantes, balón de oxígeno al Gobierno, y nadie, absolutamente nadie, descubriendo nada nuevo sobre el sujeto y su muestrario interminable de indignidades y mentiras que cualquier español podría recitar de memoria con los ojos cerrados. De modo que, en cada nueva foto, el único que vuelve a quedar retratado gratuitamente es el PP.

La renovación del Consejo General del Joder Judicial, como lo bautizó una errata del BOE según contó el genial Jaime Campmany, es, por seguir con la jota murciana, cosa jodida, ya lo sabemos. Pero es nuestra cosa jodida, al menos mientras mantengamos algún pequeño porcentaje de soberanía nacional, en medio del disolvente que aplica a diario el globalismo institucional de Bruselas. Didier Reynders, la UE, la prensa mundial y los observadores y mirones habituales pintan menos que la marmota Phil en un marmitako de Arguiñano.

La foto no debió existir. La reunión en Bruselas no debió ocurrir. Y lo único que el PP debería hablar con Bolaños en pleno escándalo de la amnistía es si todo lo que está haciendo, teniendo en cuenta que atesora más cerebro que el resto del Consejo de Ministros juntos, le está mereciendo la pena.

Temas

En España

    0
    comentarios