Menú

La carvajalinha

Frente a los intentos de dividir y enfrentar de los políticos izquierdistas y sus medios afines, los jóvenes de la selección han demostrado ser el más fiel reflejo de España.

Frente a los intentos de dividir y enfrentar de los políticos izquierdistas y sus medios afines, los jóvenes de la selección han demostrado ser el más fiel reflejo de España.
Europa Press

Habíamos quedado en que los futbolistas famosos tenían que implicarse en la política de sus países. El ejemplo universal lo protagonizó Kylian Mbappé, flamante jugador del Real Madrid, que pidió el voto contra la ultraderecha en la segunda vuelta de las legislativas francesas para evitar que su país perdiera la riqueza multicultural de la que goza, especialmente, en los barrios deprimidos. La izquierda española aplaudió a rabiar al gran jugador galo y lamentó que el ejemplo no cundiera también en nuestro país. Pues bien, resulta que la selección española se hace eco del llamamiento de los progresistas y entonces resulta que no les gusta el resultado. ¿Quién entiende al zurderío?

Los reproches de los ungidos se dirigen principalmente contra Dani Carvajal, por no saludar a Sánchez con el entusiasmo y la devoción que exigen los izquierdosos cuando se trata de su líder supremo. Es discutible que el ilustre lateral derecho de la selección española haya entrado en una espiral depresiva por los mensajes de odio recibidos en los últimos días. Hablamos de un tío que le hace una llave mataleón a un contrario en una eliminatoria de Eurocopa, cuando lo expulsan dice que se la sopla y le advierte al cuarto árbitro que ni se atreva a tocarlo mientras se va tranquilamente al banquillo. Cuidado ahí.

¿Cuál es el pecado de la selección española de fútbol (masculina, claro)? ¿Por qué la tacha de fascista la izquierducha cuando hasta el domingo era un ejemplo de mestizaje, tolerancia y respeto a las minorías étnicas de nuestro país? Porque es que los rojos acaban de descubrir que hay negros que juegan al fútbol con España. Nadie les ha hablado de Donato o Marcos Senna, dos futbolistas de raza negra realmente extraordinarios, que lo dieron todo por la selección nacional y recibieron el cariño y el respeto de todos los aficionados españoles. Como los comunistas se pasan la vida descubriendo mediterráneos (para politizarlos, claro), han echado mano de los dos jugadores negros de la selección actual para luchar contra el fascismo, imperante únicamente en sus cabecitas locas. Pero todo el coñazo de la izquierda cantando los efectos antifascistas de los goles de Nico Williams y Lamine Yamal, dos jugadores "racializados" (¿Se puede ser más racista?) ha desaparecido por completo tras comprobar que ambos jugadores actúan exactamente igual que sus compañeros cuando se trata de mezclar fútbol y política: son dos españolazos como la copa de dos pinos y a Pedro Sánchez lo soportan por imperativo constitucional; como el resto de sus compañeros.

Frente a los intentos de dividir y enfrentar de los políticos izquierdistas y sus medios afines, los jóvenes de la selección han demostrado ser el más fiel reflejo de España, una nación diversa, con gente que ama a su país, no tiene complejos en demostrarlo y celebra el talento de unos jóvenes grandiosos, sea cual sea su altura, procedencia o color de la piel, que nos han llenado de felicidad y orgullo a todos. A todos menos al rojerío, que, víctima de sus obsesiones, es incapaz de celebrar las alegrías que nos da la vida al margen de su ideología piojosa.

La selección española de fútbol les ha hecho una carvajalinha y sus cánticos patrióticos durante la celebración de la Eurocopa los ha dejado noqueados. Dentro de dos años, con el Mundial, pueden volver a por otra.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal