Menú
Emilio Campmany

El retorno de Karla

La evidencia de que Pablo González era un espía ruso ya no tiene importancia. Importa que lo sea Gonzalo Boye, partícipe de todas las conexiones de Junts con el régimen de Putin.

La evidencia de que Pablo González era un espía ruso ya no tiene importancia. Importa que lo sea Gonzalo Boye, partícipe de todas las conexiones de Junts con el régimen de Putin.
Gonzalo Boye, abogado de Carles Puigdemont y Pablo González. | Europa Press

En España tenemos la convicción generalizada de que no interesamos a nadie. Pero, a lo mejor no es así. Pablo González, nieto de un niño de la guerra, liberado por las autoridades polacas para ser intercambiado por algunos opositores y ciudadanos occidentales encarcelados por Putin, ha sido incluido en un grupo donde había un asesino, algunos espías, un hacker y un contrabandista. Su abogado, Gonzalo Boye, dice que no es más que un periodista acusado sin pruebas puesto en libertad gracias a los esfuerzos de Putin. No se lo cree ni él. Pablo González es, como diría la Connie Sachs de Le Carré, un seis cilindros preparado por Karla o por quien sea que dirija hoy el correspondiente departamento del GRU. Que su abogado sea precisamente Gonzalo Boye, como ya lo fue de un bloguero ucraniano prorruso, residente en España, Anatoly Shariy, hace que cualquier posible duda acerca de la condición de espía de González quede definitivamente despejada.

Sin embargo, la evidencia de que Pablo González era un espía ruso ya no tiene importancia. Importa que lo sea Gonzalo Boye, partícipe de todas las conexiones de Junts con el régimen de Putin y que dirige la estrategia de Puigdemont, no tanto para que Cataluña sea independiente, sino para desestabilizar a España de acuerdo con los intereses del Kremlin.

Todo esto lo sabe el Gobierno desde hace tiempo porque el CNI no puede ignorar lo que saben sobradamente los periodistas que se han dedicado a investigar la trama rusa. Y, a pesar de la evidencia de que Junts está en manos de un agente de Putin, Sánchez no ha tenido inconveniente en que sus representantes negocien con él una ley groseramente inconstitucional como es la de Amnistía.

Mientras, hay algunas preguntas que contestar. ¿Por qué somos el país occidental que, en proporción a nuestra capacidad, menos ayuda estamos enviando a Ucrania? ¿Por qué somos el país que menos gastamos en defensa en proporción al PIB de toda la OTAN con la excepción de Luxemburgo? ¿Por qué somos la nación europea que más hemos incrementado la importación de gas ruso? ¿Por qué nuestro Gobierno socialista ha sido siempre tan tibio con las dictaduras comunistas de Hispanoamérica, especialmente la venezolana, pero no sólo ella?

Y hay una última aun más importante: ¿Qué pinta Zapatero en todo esto? Porque Zapatero encendió la mecha del proceso independentista en Cataluña con el innecesario nuevo Estatuto del que arrancó todo. Y lo hizo tras llegar al Gobierno gracias a un atentado en el que murieron casi doscientas personas. Y puso fin a la política exterior atlantista de Aznar. Y enturbió nuestras relaciones con Estados Unidos haciendo público desprecio de su bandera. Y se inventó una Alianza de Civilizaciones con Irán, enemigo acérrimo de Occidente. Y salvó a la ETA de la extinción, resucitándola como partido político con el que el PSOE ha podido redondear mayorías cuando lo ha necesitado. Y está hoy defendiendo al régimen de Maduro, que ayudó a Rusia a desestabilizar España enviando miles de mensajes a las redes con noticias falsas que desacreditaban al Estado y al Gobierno español durante los meses del intento de golpe de Estado en Cataluña. Y se mostró partidario en 2008 de que Lukoil adquiriera Repsol. ¿Suena todo a fantasías de novelas de espías? Por supuesto. No es más que una broma. Nosotros nunca le hemos importado nada a nadie y seguiremos sin hacerlo.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Biblia Ilustrada
    • Libro
    • Curso