El jefe del sanchismo siempre se reserva algún conejo dentro de la chistera, para intentar sorprender a propios y extraños. Lo mismo convoca unas elecciones generales al día siguiente de sufrir un batacazo histórico en elecciones municipales y autonómicas; o escribe una carta de amor a su mujer —el día en que se conoce que un juez había admitido una querella contra ella— anunciando que se retira cuatro días a meditar su futuro, o convoca un Congreso de su partido, cuando estaba previsto celebrarlo en otoño del año que viene.
Conociendo al personaje, no es difícil aventurar lo que pasará en y después de la cita congresual que lo que queda del PSOE celebrará del 29 de noviembre al 1 de diciembre en Sevilla.
En primer lugar, habrá un cierre de filas total y absoluto en torno al amado líder, objeto de una cacería infame —esta es la doctrina oficial de Moncloa, que repiten como auténticos papagayos los Bolaños, Alegrías, Puentes o Marlaskas de turno— por parte de un juez, en la persona de su mujer. Es de destacar, que en esa defensa que hacen de Begoña Gómez los palmeros del jefe del sanchismo, se orilla totalmente al hermano del susodicho, que también tiene un panorama judicial bastante complicado. ¿Por qué será?
Junto a esa defensa de su círculo familiar, el Congreso del PSOE cerrará filas en torno a su jefe en el tema de pacto con ERC para investir a Illa. Seguirán llamando "financiación singular" para Cataluña a lo que es un concierto económico como la copa de un pino; seguirán diciendo que todo eso es bueno para recuperar la convivencia en esa Comunidad Autónoma, cuando los partidos independentistas que dieron el golpe de Estado de 2017 han dicho por activa y por pasiva que lo volverán a hacer. Es más, en la agenda del jefe del sanchismo está con toda seguridad la celebración de un referéndum en Cataluña —ya veremos cuándo y bajo qué fórmula— para que decidan si siguen o no en España.
¿Debatirán sobre estas importantes cuestiones en el Congreso socialista? Con los precedentes habidos, sería de ingenuos pensar que sí. Como mucho, habrá apariencia de debate, controlado en todo momento desde la dirección del partido en las ponencias o comisiones que se organicen. Pero en la ponencia política final que se apruebe, todo estará muy claro y por su orden: apoyo total al líder; avanzar hacia una España no sólo federal sino confederal; seguir entendiéndose con lo que ellos llaman las fuerzas "progresistas" y subir tres metros más de altura el muro que el jefe del sanchismo anunció en su debate de investidura para aislar a esa derecha que representa el PP que, por supuesto, repetirán hasta la saciedad, está atada a la extrema derecha que encarna VOX.
Pero el Congreso de los despojos del PSOE tendrá otro objetivo importante: el relevo en las federaciones regionales de los díscolos, de los que no han mostrado una sumisión total al amado líder o de aquellos cuyos resultados electorales no han sido de la satisfacción del gran jefe.
Poniendo nombres a este último objetivo, que se vayan preparando Juan Espadas o Juan Lobato en Andalucía y Madrid. Sus cabezas serán cortadas en los congresos regionales que tendrán que celebrarse en los meses siguientes al federal. Andalucía y Madrid son dos plazas electorales importantes para Pedro donde necesita remontar. Por cierto, en Madrid, los cadáveres que se ha ido cobrando Ayuso en las últimas contiendas electorales empieza a ser de nota: empezó con Pablo Iglesias, siguió con Ángel Gabilondo del PSOE, con Mónica García de Mas Madrid, que actualmente parasita en un Ministerio de Sanidad sin competencias; redujo mucho el peso de la líder regional de VOX, Roció Monasterio, tras la mayoría conseguida en las últimas elecciones autonómicas, y ahora va a conseguir que Sánchez le quite de en medio a Lobato, ante la certeza de que no es el candidato para plantar cara a la presidenta madrileña en próximas contiendas electorales.
En resumen, el jefe del sanchismo podría ahorrarse el engorro y el gasto que supone la celebración de un Congreso Federal en el que es muy previsible todo lo que pasará. Pero, efectivamente, hay un pero: el p*** amo necesita que se escenifique el cierre de filas, que sienta el calor, la admiración y la adoración de las bases hacia su augusta persona. Él es así, y a su edad, ya no va a cambiar. Los despojos que todavía quedan del PSOE están dispuestos a someterse a este autócrata que tienen de secretario general. A muchos, les va la vida y los garbanzos en ello.