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Cristina Losada

No se puede ser a la vez Pangloss y Schopenhauer

El PP no puede decir que el Gobierno es catastrófico para España y, al tiempo, hacer el tipo de propuestas que se hacen cuando se vive mejor que nunca.

El PP no puede decir que el Gobierno es catastrófico para España y, al tiempo, hacer el tipo de propuestas que se hacen cuando se vive mejor que nunca.
Feijóo. | LD / AGENCIAS

El Partido Popular anda metido en exponer lo que llama "un modelo social a largo plazo", estrategia que consiste en plantear "mensajes más consumibles por el electorado". Dicen que quieren hablar de temas más comprensibles, dando a entender con ello que no lo son del todo los que el partido ha priorizado hasta ahora. Estos elementos de consumo fácil se concretan, por ahora, en propuestas de conciliación y de vivienda y en una aceptación matizada de la semana de cuatro días por la que pugnan los sindicatos y la vicepresidenta de Sumar. Habrá más, si esto va a largo plazo, pero el nuevo enfoque muestra algo que se veía a simple vista: la oposición no acaba de enfocarse.

En épocas tranquilas, que por aquí son las menos, la oposición puede abrir su abanico a la manera de un shadow cabinet, y mostrar en paralelo a los ministros cuáles son sus alternativas en cada uno de los departamentos del Gobierno. Cierto que nosotros no tenemos esa tradición anglosajona, pero el impedimento más acuciante para el despliegue del abanico es una situación que no está para florituras. Y no lo está, no porque lo diga yo. Quien lo dice es el Partido Popular. Es la oposición la que dice que el estado de cosas bajo el Gobierno Sánchez es un desastre sin paliativos. Un desastre en todos los órdenes, tanto en el puramente político, por las cesiones inéditas al independentismo, la colonización de instituciones, los casos de corrupción, los ataques a jueces o la ofensiva contra los medios críticos, como en el económico, cuyos puntos débiles y fragilidades denuncia el PP, mientras el Ejecutivo lanza cohetes que dejan una lluvia de datos maravillosa.

En medio de un desastre, un partido de la oposición no se pone a hablar de cosas bonitas que promete para cuando llegue a gobernar. Si el partido de la oposición dice y asegura que hay un desastre absoluto —y no vamos a quitarle la razón—, el partido de la oposición tendrá que hablar del desastre. Tendrá que encontrar el modo de hacer comprensible el desastre. Tendrá que explicar cómo salir del desastre. Pero todo lo que no sea enfocar el desastre será dispersión. Y hacer frente a los desastres requiere concentración. El Partido Popular no puede decir que el Gobierno de Sánchez es catastrófico para España y, al tiempo, hacer el tipo de propuestas que se hacen cuando se vive mejor que nunca. No se puede estar, a la vez, con Pangloss y con Schopenhauer.

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