
El Gobierno de Pedro Sánchez parece decidido a consolidar un mismo patrón: el uso de "comités de expertos" ficticios para avanzar en su agenda política sin transparencia. Si durante la pandemia del COVID-19 ya sembraron dudas con un comité invisible que tomaba decisiones clave para la salud pública, ahora este modelo reaparece, pero con una nueva víctima: la libertad de prensa.
El reciente anuncio de la puesta en marcha de una comisión interministerial de siete ministros para supervisar un plan dirigido a los medios de comunicación es alarmante porque, detrás de la retórica oficial de "mejorar la calidad democrática", se esconde el objetivo de silenciar a las voces disidentes.
Entre las medidas, destaca la intención de limitar la publicidad institucional y la creación de un registro que rastree a las empresas periodísticas y a sus propietarios. ¿Qué más se necesita para ver que este es un ataque directo a la libertad de prensa?
Este comité de Sánchez, como en la crisis del COVID-19, genera desconfianza y fomenta la sospecha de que este grupo de "expertos" no es más que otra maniobra política para controlar el discurso público y restringir la información que llega a los ciudadanos.
Se escuda en una lucha contra la desinformación que parece diseñada para proteger sus intereses más que para garantizar la veracidad de la información. Ya sabemos que la verdadera razón para crear este comité es tapar todos los escándalos del caso Koldo, Begoña Gómez, y otros… y, en esta ocasión, de nuevo llega tarde.
Frente a este panorama de control y opacidad, la Comunidad de Madrid, a través del Clúster de Inteligencia Artificial, ha puesto en marcha un proyecto pionero para ayudar a startups que utilicen esta tecnología con el fin de detectar noticias falsas. Lejos de imponer restricciones, esta iniciativa busca ayudar a los medios de comunicación con herramientas avanzadas que les permitan adaptarse a los nuevos desafíos digitales.
Las startups seleccionadas recibirán financiación para desarrollar proyectos que abarcan desde la automatización de la redacción de noticias hasta la creación de nuevos canales de comunicación. En lugar de imponer un control gubernamental, se apuesta por una colaboración público-privada para mejorar la calidad del periodismo y luchar contra la desinformación sin sacrificar la libertad de los medios.
Pedro Sánchez busca seguir los pasos de otros líderes hispanoamericanos que, bajo la excusa de la lucha contra las noticias falsas, imponen la censura destruyendo sociedades enteras y cualquier atisbo de progreso en nuestros países hermanos. El populismo sanchista es el antisistema infiltrado en nuestra democracia, pero hay otro camino: el de la innovación y la libertad, que es el que ofrece la Comunidad de Madrid.
