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Pablo Planas

La 'narrativa' sanchista: "Yo estoy bien"

La sentencia del general suena a epitafio del sistema autonómico, a retirada en desbandada del Estado, al sálvese quien pueda de un país agotado.

La sentencia del general suena a epitafio del sistema autonómico, a retirada en desbandada del Estado, al sálvese quien pueda de un país agotado.
La UME comprende le dolor y pide "paciencia" | LD/ Agencias

El mismo Pedro Sánchez que salió de Paiporta con paso tembloroso, sostenido por dos guardaespaldas y con el rostro desencajado es el que ha conseguido que un general del Ejército haya asumido en primera persona todos los errores del Gobierno. "Yo puedo tener mil soldados en la puerta de la emergencia, pero no puedo entrar legalmente hasta que el director de la emergencia me autoriza". Eso es exactamente lo que dijo el jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Francisco Javier Marcos, en una comparecencia en Moncloa. Terrible frase. Esa burocracia tan desesperante y tan letal. No te lanzo el salvavidas porque me falta un sello y una firma aquí. La sentencia del general suena a epitafio del sistema autonómico, a retirada en desbandada del Estado, al sálvese quien pueda de un país agotado, a defensa a ultranza de Sánchez por encima de la democracia y de lo que haga falta.

La frase del militar forma parte de los grandes titulares de la colección Pedro Sánchez sobre la DANA del 24. "Si necesitan más recursos, que los pidan". O esta otra utilizando la catástrofe con fines personales: "Y por supuesto necesitaremos unos nuevos Presupuestos Generales del Estado. Si había alguna razón para aprobarlos antes de esta DANA y las terribles tragedias que está acarreando en todos los ámbitos: vital, humano, económico, sectorial, social... Si antes decía que no iba a eludir mi responsabilidad de presentar unas cuentas públicas, en esta ocasión esa responsabilidad se multiplica hasta unos límites colosales".

Todo esto resulta verdaderamente llamativo. El presidente que se sacude toda responsabilidad detrás de un militar que dice que no hizo nada porque Mazón no se lo pidió. El militar que sólo atiende órdenes de un presidente autonómico (si Puigdemont lo hubiera sabido en el 17...). Y el presidente vinculando la respuesta económica a la tragedia a que le aprueben los Presupuestos que le permitirían agotar la legislatura en medio de la corrupción, la incompetencia y el derrumbe del Estado.

Ya es la cuarta o quinta entrega del manual de Pedro Sánchez sobre salir indemne de escándalos descomunales y situaciones imposibles. Caerá de pie a pesar de todo y a pesar incluso de su director de gabinete, Diego Rubio, quien sin duda debe estar detrás de la estrategia de engañar a todos todo el tiempo y de "narrativas" como la del "si necesitas ayuda, pídela". Cualquier cosa menos reconocer que llegan tarde y mal, como siempre; que la meteorología en España no es la ciencia que estudia los fenómenos atmosféricos y trata de predecir el tiempo inmediato sino la cienciología de la emergencia climática; que este Gobierno premia a los servidores públicos dóciles con el poder y castiga a héroes como el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos; que este Gobierno ha convertido el Ejército en una broma con la excusa del paraguas de la OTAN mientras Marruecos se arma hasta los dientes y que este Gobierno ha dejado tiradas a cientos de miles de personas porque yo puedo tener mil soldados en la puerta pero etcétera, etcétera.

Un par de días después del susto de Paiporta, Sánchez alega: "Yo estoy bien y como he dicho hoy y dije además ese día a mí no me van a desviar de la atención fundamental, los protagonistas son los ciudadanos afectados, los familiares de las víctimas, las víctimas, la reconstrucción y el relanzamiento de esta provincia de Valencia y otras que se han visto afectadas por esta emergencia climática".

Yo estoy bien. ¿Y usted qué tal sin seres queridos y sin casa? ¿Todo bien por ahí?

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