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Cristina Losada

Las mujeres no votan a las mujeres

Se preguntaron las mujeres negras demócratas si América estaba preparada para elegir a una mujer negra, pero no si la mujer negra Harris estaba preparada para presidir los Estados Unidos de América.

Se preguntaron las mujeres negras demócratas si América estaba preparada para elegir a una mujer negra, pero no si la mujer negra Harris estaba preparada para presidir los Estados Unidos de América.
Kamala Harris | Gtres

El New York Times, periódico que apoyó a la perdedora y alimentó la ilusión de que iba a ser ganadora, cuenta ahora que las organizaciones de mujeres negras del partido demócrata ya veían venir que el país de los estadounidenses no iba a estar a la altura en estas elecciones. Y en nada, si a eso vamos. Desde que Kamala Harris se hizo con la candidatura —sin primarias y tras la presión de multimillonarios del Silicon Valley y figuras de Hollywood, aunque eso no lo recuerdan— esas mujeres sintieron que estaban a un paso de llegar a la cumbre, ¡por fin!, pero no dejaron de hacerse una decisiva y existencial pregunta, que era ésta y va literal: "¿Estaba América preparada para elegir a una mujer negra?".

La respuesta, emitida el martes, 5 de noviembre, ha confirmado, dicen, lo que muchas pensaban. Lo que pensaban de su país, que era esto: "que (ese país) preferiría elegir a un hombre condenado por 34 delitos, que ha escupido mentiras y falsedades, que ha despreciado a mujeres y personas de color y que ha amenazado con utilizar los poderes del gobierno federal para castigar a sus oponentes, antes que poner a una mujer de color en la Casa Blanca".

De modo que los más de 72 millones de votos a Trump eran para evitar que una mujer de color se sentara en el Despacho Oval. Que para asegurar que volviera a aposentarse allí el hombre blanco hetero, esos ciudadanos iban a votar no importa a quién, aunque fuera un rabioso delincuente. Se ve que en 2020 no votaron 81 millones a favor de Biden y una vicepresidenta que era mujer y de color, Kamala de nombre. Y se confirma, según las mujeres negras demócratas, que el capital de 81 millones de votos que amasó hace cuatro años el ticket Biden/Harris, se ha reducido a 68 millones por el tajazo amputador de la "espada de doble filo", la del racismo y el sexismo. El racismo que dio a Obama dos mandatos. Ay, ay, ay.

Racismo y sexismo, ahí estamos, donde siempre con los demócratas y sus imitadores de todos los lugares, incluidos los de este país nuestro. Se preguntaron las mujeres negras demócratas, temiendo lo peor, si América estaba preparada para elegir a una mujer negra. Pero no se preguntaron si la mujer negra Harris estaba preparada para presidir los Estados Unidos de América. Y esto de que no se pregunten por las cualidades de Harris para ser presidente nos puede dejar atónitos a los que pensamos que todavía existe cierta racionalidad en las democracias. Pero a quienes tienen el constructo identitario en la cabeza, esa pregunta no les cabe en ella.

Claro que culpar al racismo y al sexismo de un país de no haber elegido a la mujer negra —y acusar a un país de racista y sexista por lo mismo— no es más que la rabieta y el desquite de los que se enfadan cuando no sale lo que quieren. Si un día los republicanos presentan de candidata a una mujer de color, las identitarias de izquierdas pasarán mucho de su condición de mujer y de su color de piel. Sólo les importará que sea de derechas. Como debe ser, pero siempre, hipocritillas.

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