Como es bien sabido, los dirigentes populares sienten una propensión irrefrenable por hacerse simpáticos a la izquierda, un absurdo complejo ideológico que tiene en Esteban González Pons, incombustible tras más de treinta años viviendo de la política, el ejemplo más acabado.
El dirigente valenciano ha asombrado a la militancia de su partido en numerosas ocasiones, con pronunciamientos más propios del izquierdismo radical que de un partido de centro-derecha como pretende ser el PP. Su última aportación al memorial de despropósitos contra los votantes de su partido ha sido una columna de opinión en la que insulta a Donald Trump y menoscaba a la Iglesia Católica, los dos principales objetos de odio de los radicales izquierdistas, que González Pons sitúa también en su punto de mira para hacerse perdonar su pertenencia al PP.
La veteranía de González Pons y los cargos que ostenta en su partido hacen que sus opiniones públicas tengan un peso mucho mayor que el de cualquier militante desnortado que vierte en las redes sociales el fruto de sus complejos. Estamos ante el vicesecretario de Asuntos Institucionales del PP, es decir, del encargado de preservar las relaciones con los Ejecutivos de otros países, firmando una columna periodística en la que llama "ogro naranja" y "macho alfa de una manada de gorilas" al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y relaciona su toma de posesión—que tuvo lugar la semana pasada— con un "entierro de valores democráticos" que habría tenido lugar en medio de un "vergonzoso silencio general".
González Pons es una de las voces más autorizadas de los populares en Bruselas, donde ejerce como portavoz y vicepresidente del Partido Popular Europeo, el más importante de la Eurocámara, lo que añade gravedad a las manifestaciones incluidas en un artículo periodístico, más propio de un izquierdista imberbe que de un alto cargo de un partido solvente con importantes responsabilidades de representación institucional.
El vicesecretario popular pone de nuevo en un brete a Núñez Feijóo, que no dudó en saludar la llegada a la Casa Blanca de ese "ogro naranja" y "macho alfa de un grupo de gorilas", en palabras del encargado de relaciones internacionales de su partido. El enésimo ridículo protagonizado por González Pons, por tanto, afecta esta vez directamente a la dirección nacional del Partido Popular, de donde debería ser expulsado más pronto que tarde. Tras más de tres décadas viviendo del partido a cuyos votantes insulta cada vez que tiene ocasión, parece llegado el momento de que el sempiterno político valenciano abandone unas responsabilidades para las que, como ha quedado demostrado, no está moralmente cualificado.
Núñez Feijóo tiene ahora la ocasión de demostrar que preside un partido serio y no un grupo de dinosaurios de la política, que subliman sus frustraciones políticas humillándose ante la izquierda que tanto los desprecia a todos.

