
El Gobierno de Pedro Sánchez presume constantemente de los datos de empleo, afirma que bajo su gestión se ha llegado al récord de 21 millones de cotizantes a la Seguridad Social y que, fruto de ello, vuelve a llenarse otra vez la hucha de las pensiones.
Sin embargo, tratándose de una persona que ha hecho de la mentira su forma de sobrevivir en política, aquellos con sentido crítico tenemos el deber de cuestionar todo lo que dice.
En concreto, tras un extenso análisis, he encontrado dos ámbitos en los que estarían mintiendo descaradamente con tal de vendernos su propaganda: los trabajadores fijos discontinuos y los supuestos 14.000 millones con los que cerraríamos 2025 en la hucha de las pensiones.
Fijos discontinuos, una interesada opacidad
La nueva reforma laboral entró en vigor el 31 de diciembre de 2021. Una de las medidas más disruptivas que planteaba era el fin del contrato por "obra y servicio" y la creación de los fijos discontinuos.
Este tipo de contrato se ideó como una manera de mantener a trabajadores que tenían relaciones estables con una determinada empresa pero que, debido a factores como la estacionalidad o los períodos de actividad, había épocas en las que efectivamente sí trabajaban y otras en las que no.
Hasta ahora, todo parece razonable y hecho con cierta lógica. Pero la novedad llega cuando el Gobierno considera como cotizantes y no parados a los fijos discontinuos que se encuentran inactivos en ese momento.
Veámoslo con un ejemplo: un señor que trabaje seis meses del año en un chiringuito de la playa contará como cotizante no parado durante los doce meses del año a pesar de que durante la mitad del tiempo no esté trabajando, no reciba remuneración por ello y la empresa no esté pagando cotizaciones sociales por él.
Esto no tiene el menor sentido y supone una manipulación de las estadísticas oficiales de empleo.
Fedea hizo un estudio muy solvente en el que afirmaba que a finales de 2022 había 1,59 millones de fijos discontinuos, de los cuales prácticamente la mitad, 753.000, estaban en ese momento inactivos.
Es una quimera saber cuántos hay en la actualidad porque el Gobierno no aporta los datos exactos y las pocas estimaciones que hay son a través de la EPA, la cual afirman los expertos que presenta una metodología inexacta en este campo.
Si se mantuvieran unas cifras parecidas en la actualidad a las que da Fedea en su estudio de finales de 2022 y se añadieran las 750.000 personas que son fijos discontinuos inactivos, el paro pasaría del 10,6% al 13,79%, lo cual sería un escándalo y le impediría al Gobierno presumir en Europa de su maravillosa gestión.
Pero como no tenemos datos actualizados, sólo podemos reprocharles las cosas a posteriori cuando organizaciones independientes hacen este tipo de estudios. Dicha opacidad es escandalosa e impide que los ciudadanos podamos juzgar de una forma debida la gestión económica de nuestros gobernantes, con lo que va en contra de la propia democracia.
El sinsentido de la hucha de las pensiones
El Gobierno ha salido a celebrar que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, popularmente conocido como "la hucha de las pensiones", volvía a llenarse gracias a su maravillosa gestión.
Como recordarán los lectores, este fondo era una hucha donde la Seguridad Social guardaba sus excedentes en las épocas de superávit para cubrir sus déficits en las épocas de vacas flacas. Desde que se vació en la era de Rajoy, fruto de la crisis económica, no se había vuelto a llenar, ya que la Seguridad Social siempre había sido deficitaria desde entonces.
Sin embargo, en 2023 el Gobierno se inventó una nueva cotización social que llamó "Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI)", y desde entonces se está llenando esta reserva con lo que se recauda con ella.
De acuerdo con los datos de la Seguridad Social, la hucha de las pensiones contaba a cierre de 2024 con más de 9.000 millones de euros y acabará 2025 con más de 14.000 millones.
Una persona normal podría pensar que si la hucha de las pensiones se llena es porque la Seguridad Social va bien, pero nada más lejos de la realidad.
Ángel de la Fuente, director de Fedea y uno de los economistas más reputados del país, elaboró un informe en el que analizaba la situación de las cuentas de la Seguridad Social, y sus cifras no son nada halagüeñas.
Según sus cálculos, en 2024 el Estado tuvo que inyectar a la Seguridad Social más de 54.000 millones de euros y, aun así, esta fue deficitaria en 12.000 millones. Es decir, la Seguridad Social tiene pérdidas anuales por valor de 66.000 millones de euros que hemos tenido que financiar con deuda.
A pesar de ello, el Gobierno destinará íntegros los aproximadamente 5.000 millones que recaudará con el MEI este año a tener el dinero guardado y poder decirle a la gente que hay una hucha de las pensiones que se llena y que acumula 14.000 millones en tres años.
Esto no solamente es un sinsentido y una propaganda absurda, sino que además nos cuesta dinero.
La propia Seguridad Social ha afirmado que espera obtener unos rendimientos de 268 millones en 2025 con los 14.000 millones que hay guardados, por lo que obtendrá una rentabilidad de aproximadamente el 2,8%.
Teniendo en cuenta que el coste medio de la deuda fue en 2024 del 3,16%, nos sale por unos 34 millones de euros el que el Gobierno guarde en una caja el dinero que obtiene con el MEI, en vez de actuar con lógica y emplearlo en reducir el déficit de la Seguridad Social. Luego esta es la gente que aprueba una ley para ayudar a los enfermos de la ELA y la deja sin financiación, pero no tienen reparo alguno en destinar los millones que hagan falta a la propaganda.
¿Qué confianza podemos ofrecer a los inversores internacionales y a nuestros socios comerciales cuando desde el propio Gobierno manipulan los datos de esta manera y tienen tan poco respeto por la verdad?
Abraham Lincoln dijo que puedes engañar a todo el mundo durante algún tiempo, a algunas personas durante todo el tiempo, pero no a todo el mundo durante todo el tiempo. Parece que el Gobierno ha decidido poner a prueba esta máxima... y está perdiendo.
