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La división del gobierno ante la defensa de Europa

La reclamación europea de una mucha mayor inversión española en Defensa aboca a Sánchez a una nueva división con sus socios y aliados de gobierno

Sin más explicación que el entrecomillado que acompaña a la decisión del gobierno, el último Consejo de ministros ha aprobado una transferencia de crédito de 343,8 millones de euros para el Ministerio de Defensa "con la finalidad de atender necesidades de funcionamiento existentes". Una semana antes, y también de tapadillo, el Ejecutivo de Sánchez aprobó destinar 567 millones de euros del Fondo de Contingencia para pagar los gastos de las misiones en el exterior de las Fuerzas Armadas y no descapitalizar el departamento de Margarita Robles.

Con todo, este dinero no es nada comparado con los 25.000 millones de euros más que la UE reclama a España que gaste en Defensa anualmente durante los próximos cuatro años. Y es que, tras décadas de rentable protectorado defensivo de Estados Unidos, Trump ha hecho desgraciadamente efectivas las advertencias que ya lanzara Barak Obama y el propio Trump respecto a que la seguridad europea debe correr a cargo de los europeos. En este sentido, el plan Rearmar Europa que ha anunciado la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Layen, y que contempla una movilización de hasta 800.000 de euros, no viene sino a tratar de suplir esa aislacionista dejación por parte norteamericana y a que Europa afronte la necesidad de hacer frente al criminal expansionismo ruso.

El problema, sin embargo, que esto plantea a un gobierno como el de Sánchez es de primera magnitud. Y no lo decimos sólo porque la España de Sánchez siga sin cumplir el compromiso de Cardiff según el cual nuestro país elevaría como mínimo hasta el 2% del PIB el gasto en defensa en 2024 – España, con un 1,28 por ciento del PIB, fue el miembro de la OTAN que menos dinero destinó a Defensa el año pasado-, sino por la tajante oposición al incremento en gasto militar de parte del gobierno y de sus socios de Podemos, Esquerra o Bildu. Tan es así, que Sánchez ha tratado vanamente de camuflar ese incremento en gasto militar mediante fondos europeos, de tal forma que no fuera su gobierno, sino el de Europa el que corriera con el desgaste que el incremento en gasto militar tiene en la opinión pública, especialmente en la izquierda.

El caso es que la Comisión Europea ha tumbado esa vía indirecta dejando claro a Sánchez que han de tratarse de "fondos nacionales" lo cual no solo es comprensible sino beneficioso para España habida cuenta que no sólo estamos obligados a solidarizarnos con el resto de los europeos frente a la amenaza expansionista rusa sino también a disuadir a Marruecos y a sus persistentes reivindicaciones expansionistas sobre territorio español como en Ceuta y Melilla.

El hecho, sin embargo, es que la vicepresidente del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Diaz, se ha opuesto hasta la fecha al aumento de la inversión en Defensa, mientras que Podemos, mucho más tajante, no solo anticipa su bloqueo al incremento de inversión en Defensa sino que incluso ha llamado a la "salida inmediata" de España de la OTAN. Otro tanto se puede decir de sus socios, incluso de Junts y del PNV

Así las cosas, el tiempo dirá Sánchez se limita a tomar el pelo nuevamente a nuestros socios europeos o recurre al PP para sortear la oposición de parte de su propio gobierno y de sus socios a la necesidad de defensa de España. Lo que es evidente es que tanto la solidaridad con el pueblo ucraniano, el compromiso con la defensa europea y la crítica a la deshonrosa y peligrosa deserción de EEUU en la defensa del mundo libre no son en el caso del gobierno de Sánchez otra cosa que una colosal impostura, un homenaje que el vicio rinde a la virtud, tal y como La Rochefoucauld definía a la hipocresía.

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