
Pedro Sánchez con los pectorales de Cristiano Ronaldo. Begoña convertida en Michelle Pfeiffer en 1990 y ataviada como Pamela Anderson en Los vigilantes de la playa. Ábalos, un apuesto modelo protagonizando el spot de un medicamento contra el colon irritable. Jésica, el Pequeño Nicolás del video. ¿Qué demonios pinta ahí? Aldama, con aspecto de nuevo lateral izquierdo de Chelsea. Y Koldo, como si fuera el mismísimo Rüdiger. Esta es la idea que tiene la oposición del PP de hacer un spot denigrando al Gobierno. Convirtiéndolos en el objeto de deseo de todos los españoles. ¿De verdad esta campaña no es una creación al alimón entre Félix Bolaños y Silvia Intxaurrondo?
En un alarde de ingenio, como si por los grifos de Génova brotara talento puro, la han llamado La isla de las corrupciones, juego de palabras que habría sido descartado hasta en un guion de Broncano. Y el mensaje final es inexistente. O sea, la campaña comienza y termina ahí. No hay más. Las palabras superpuestas "corrupción", "mentiras", "lujuria", y "ambición", intentan explicar el chiste, pero no lo consiguen, porque el chiste iba a venir, pero prefirió finalmente quedarse en la cama.
La campaña, cutremente realizada por IA, tiene la misma gracia que una operación de próstata. El mensaje político brilla por su ausencia. La crítica al Gobierno consiste en convertirlos a todos en pibones. Y el guiño cómplice al programa más bochornoso y zafio de la parrilla televisiva del momento resulta desconcertante, como todo lo demás, para sus votantes.
Gracias al cielo, de manera totalmente random –como dicen ahora los zagales-, lograron ofender a la República Dominicana, que elevó una surrealista protesta diplomática, y eso dio la excusa al PP para retirar el video antes de que toda España siguiese riéndose de sus responsables de comunicación.
La historia es una anécdota, pero también un síntoma. Una campaña así lanzada por las redes sociales del partido no es una iniciativa individual, sino un trabajo coral con la aprobación de varios responsables de peso en Génova. Quiero pensar que Feijoo no vio el video antes. De lo contrario ha llegado a la hora de emigrar a República Dominicana y desear suerte a los patriotas que se queden aquí hasta el final del desguace.
Que haya un creativo loco en el equipo es posible, pero que dirigentes del PP hayan dado el visto bueno a este antológico tiro en el pie dice mucho de los que nos pasa, o de lo poco que nos pasa para lo que tenemos en España haciendo oposición al peor Gobierno de la historia.
Por suerte, para olvidar el traspié, ya están metidos de lleno en el feminismo del 8 de marzo, que ya han cambiado el logotipo del PP en todas las redes por uno de color podemita. También han empezado las declaraciones extrañas de los dirigentes sobre la España de las mujeres, y si el delirio morado que repugna a sus bases está desatado a nivel nacional, darse un paseo a escala regional o municipal por las campañas del 8M preparadas por las fincas populares, en clara competición por ver quién es más rojo en esta historia, hace que, en comparación, a los votantes les parezca mejor idea lo del video dominicano que la lucha obrero-feminista con sus puñitos en alto en los carteles y sus bobadas habituales, habituales en el PSOE y en los comunistas, pero frustrantes en el partido del eterno viaje al centro.
Hará un par de semanas un dirigente regional del PP me hablaba por enésima vez de la necesidad de ensanchar el partido por la base, y justificaba así la declamación suicida de los versos sueltos, y el baile de colores del logotipo del partido a lo largo del año. Se ofendió un poco cuando le dije que eso de "ensanchar el partido por la base" a mi me suena a la última moda latina y americana de ponerse un culo inmenso, que obliga a algunas muchachas a tener que comprar los billetes de tren de dos en dos, que al fin la línea que separa lo sexy de lo grotesco es difusa y traicionera.
Hace ya meses que tengo la sensación de que el principal partido de la oposición está perdido. Tal vez Sánchez lo pone tan fácil que los vuelve locos, como esos delanteros de primera que cuando se ven a puerta vacía la patean con el alma y sacan la bola del estadio. Campañas indescriptibles como La isla de las corrupciones demuestran que el síntoma es tan preocupante como la irregularidad de Mbappé para los madridistas.
Por el amor de Dios, con lo fácil que es hacer oposición en medio de este festival de corrupción, ¿cómo demonios puedes fallar en eso y que no rueden cabezas? Contra Sánchez hace falta todo de todos los partidos de la oposición. Incluso se necesita al sector de los "chanquetes" del PP. Pero haciendo bulto, amordazados de pies y boca, y al final, muy al final, del pelotón; allá donde el charrán perdió la ramita.

