La telebasura de Sánchez, máximo responsable de 130.000 muertos en el covid-19, llama asesinos a los geriatras de Madrid
Nada se le da mejor a la Izquierda desde el 11-M que cambiar el escenario de un crimen: explosivos y trenes o los datos de la mortandad del covid-19.
Cuando creemos que Trump ha superado todos los límites de la matonería y la trola, coreado por los putinejos de Podemos, Sumar, Bildu, Junts y Vox, vemos que en España hace tiempo que Sánchez los pasó. Cuando creíamos que llamar asesino a Zelenski, como ahora hacen Musk, Orban o Abascal, era sólo una copia de la propaganda del genocida Putin, llega Sánchez, dispuesto a sobrevivir frente a Moscú pero con Moscú en su gobierno y su mafia mediática acusa de asesinato a los geriatras de Madrid, cuyo consejo superior, como explicó en esRadio el entonces consejero Escudero, decidían a diario qué hacer con los contagios en las residencias. Repito, el Consejo Superior de Geriatría. Profesionales, no políticos, como argumenta ahora en su favor Simón, el que dijo que en España no habría contagios, como mucho dos o tres, y aún se atreve a salir de casa y hablar.
Para no hablar de Ucrania, hablemos de Madrid
Nada se le da mejor a la Izquierda desde el 11-M que cambiar el escenario de un crimen, entonces los explosivos y los trenes, ahora los datos de la inmensa mortandad del covid-19. Y recurriendo al manual de estilo del Kremlin creado por Munzenberg que culpa siempre a las víctimas del crimen que se les inflige, llama asesinos a los que se opusieron a esa masacre cuyos muertos no cuenta Sánchez porque serían otros tantos delitos en su haber. Oficiosamente, 130.000; realmente, unos 150.000. La prioridad del Gobierno es no hablar de la guerra interna sobre la inversión en Defensa para afrontar la invasión de Ucrania, abandonada por Trump. Y nada une más a esa banda de malhechores que cargar juntos contra Ayuso.
Porque, volviendo cinco años atrás, ¿quién se opuso a la política del confinamiento a espaldas de las Cortes y de los datos científicos, mientras en la Moncloa robaban millones del material sanitario que nunca llegó y cuyo monopolio se reservaron? Madrid. Pues todos contra Ayuso, ya que contra Zelenski ahora no interesa. Ya nos interesará. De momento, la Televisión Espantosa de Sánchez, repite que la Comunidad de Madrid, léase Ayuso, asesinó deliberadamente a 7.291 ancianos, ni más ni menos, en las residencias. Y toda la izquierda, de la mayoritaria teleanalfabeta a la residual ilustrada, repiten el numerajo, sin comprobar ni datos ni muertos.
Es fácil: el inventor de la cifra, el exconsejero Reyero, uno de los de Ciudadanos que querría vengar el fracaso de la moción de censura de Cs pactada con el PSOE reconoce que la cifra la inventó él y que no sabe cuál es la real. Pudo mirar en el INE: cuatro mil. Pero ni a él ni al sicario de TVE les importan los muertos: le ponen el número al título, y a enfangar.
Al rebufo de los canallas mediáticos saltaron los canallas políticos y Reyes Maroto acusó a Ayuso de asesinar a ese número exacto de ancianos, y Oscar El Insufi López, el que urdió desde Moncloa la filtración de datos obtenidos delictivamente sobre el novio de Ayuso cuando no lo era, añadió que la presidenta de Madrid lo lleva sobre su conciencia. ¿Sabrá lo que es? Y mira que es fácil comprobarlo todo, desde el número de muertos hasta la autoría de los supuestos asesinatos, homicidios involuntarios y errores o negligencias. No digo periodistas dignos de tal nombre, gente decente sin más, habría comprobado quién dio la orden de, según ellos, matar ancianos. ¿Se diferenció la comunidad de Madrid de otras autonomías? No. 37.000 muertos en toda España, 7.000 en Madrid, menos que la media. ¿Dónde está entonces la voluntad criminal? En la voluntad de mentir de la gentuza que se forra en la televisión pública como ayer se forró con las mascarillas.
Contra la trola teledirigida, el ejemplo de Madrid
Sin embargo, mientras el Gobierno de Sánchez se inventaba unos supuestos expertos cuyos datos resumía a diario el tal Fernando Simón, la Comunidad de Madrid, y en concreto su Consejería de Sanidad, cuyos jefes eran médicos de carrera y expertos que estudiaron de verdad la pandemia, opusieron los datos científicos de los contagios a las fantasías políticas del Gobierno, que priorizaron que las señoras de los señores del Gobierno se manifestaran el 8-M por encima de contagios y muertes, y lo convirtieron en el mayor infectódromo de Europa, provocando miles de muertas, a las que el Gobierno, empezando por la vicepresidenta Calvo y su harka mediática, desde Broncano a TVE, habían asegurado que no corrían ningún peligro.
El informe de la Comunidad de Madrid detalla cómo Illa, ministro de Sanidad y máximo responsable técnico del covid-19 (el político, Sánchez) se opuso a todas las iniciativas de Madrid, boicoteó las que pudo y llegó a intervenir la Comunidad, para alfombrar su campaña electoral en Cataluña.
En la citada entrevista de esRadio, Escudero aportó datos terroríficos. Todo valía, sigue valiendo, contra Ayuso. Las víctimas que haga falta y todos los delitos que sea menester, contando con que Génova 13 nunca la apoya de verdad y que Feijóo deja a sus chanquetes ningunearla en pago a su lealtad. ¡Como si una derrota de Ayuso no lo fuera del PP ni de su presidente! Con eso cuenta siempre el PSOE, pero Ayuso se defiende perfectamente sola.
Los datos objetivos, comprobables, demuestran que mientras Madrid se convertía en símbolo mundial de buena política para enfrentar el virus, Pedro Sánchez se definía como responsable directo de un confinamiento extremado, el más radical de Europa, con un quebranto terrible para las instituciones, cerrando ilegalmente por dos veces el Parlamento, dedicando la Moncloa a coordinar los trinques millonarios de su gobierno y su partido, los Ábalos, Koldo, Illa, Armengol, Víctor Ángel Torres y demás pandilla. Que de final de enero al 8 de marzo, negó la existencia del "virus chino", aseguró cuando tuvo que reconocerlo, que España tenía material sanitario para hacerle frente, se negó a comprarlo junto a todos los países de la UE, prohibió hacerlo a las autonomías del PP y grandes ayuntamientos, sólo lo permitió cuando se comprobó su incompetencia, y mientras, se dedicó a atacar a la Comunidad de Madrid, no visitó el Ifema ni el Zendal, objeto de interés informativo en todo el mundo, y se equivocó una y otra vez cuando presumía de haber "doblegado la curva" de contagios y muertes. Y hasta hoy no ha tenido el gesto de contar siquiera los muertos de los que es el primer responsable. No de todos, pero sí de la mayoría, por desprotegerlos.
Los muertos vivos del Mienmano del Hermanísimo
El colmo de la miseria de la telebasura sanchista es que, entre los muertos inventados por Reyero y copiados por Televisión Espantosa, hay no pocos vivos, cuyas familias están indignadas. Yo creo que, lo mismo que Ayuso ha anunciado que llevará a los tribunales a Maroto por llamarla asesina, los geriatras de Madrid y demás profesionales de las residencias, que se jugaron la vida contra el virus cuya existencia negó el Gobierno, lo hagan contra TVE por llamarlos asesinos de ancianos.
Porque Ayuso sola no pudo matar a tantos sola, y porque los que decidieron qué hacer cada día ante la epidemia descontrolada, sobre todo por culpa del Gobierno, fueron ellos, para que ahora se les tache, directa o indirectamente, de criminales. Aquí el gran criminal, el máximo responsable de tanta muerte, en el covid como en la DANA, es Pedro Sánchez, sí, sí, el Mienmano del Hermanísimo. La asombrosa Familia Monster de la política española y venezolana.
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