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Víctor Hernández Bru

Pinganillos, asesinas y sor Merche Aizpurúa

Díaz Ayuso es una terrorista, pero Merche Aizpurúa, la que colocaba en su periódico la diana sobre la que habían de disparar los pistoleros, ésa es la madre Teresa de Calcuta; o mejor, sor Mercedes.

EFE

Sí, yo también soy de los que se preguntan por qué no se levantaron todos los presidentes autonómicos cuando lo hizo Isabel Díaz Ayuso, en la Conferencia de Presidentes Autonómicos. Es más, también me preguntó para qué acudieron a tal pantomima, a tan evidente excusa para desviar la atención de la actualidad política, que es una escombrera del Partido Sanchista Trolero y anti-Español, el Partido de Chapote.

Resulta conmovedoramente inquietante comprobar cómo en el PP sigue anidando ese espíritu tan ridículo como perjudicial que Federico definió hace ya mucho, como el 'maricomplejinismo', que incluso se impone en un entorno tan dado a la acción como ver a una de sus líderes tomar la iniciativa contra un acto que no sólo va contra la lógica, sino también contra la esencia de la Constitución y de nuestro estado social y democrático de derecho.

En estos días, hemos escuchado todo tipo de imbecilidades y trolas para intentar justificar lo injustificable, para dar naturalidad al hecho de que algunos de los 19 representantes institucionales que presiden comunidades autónomas, reunidos a su vez junto a una serie de representantes del gobierno español, que se entienden todos en una única lengua, que es la única oficial en todo el territorio del país, decidan expresarse en lenguas que, siendo igualmente respetables, importantes e históricas, pero que sólo entienden ellos mismos, cada uno la suya, en lugar de hacerlo en la que tienen en común.

Podría poner miles de ejemplos que plasmarían con minuciosidad y rigor esta soberana gilipollez, pero no creo ni siquiera que los demagogos que están, repito, intentando defender lo indefendible, lo necesiten. Lo diré una vez más: el catalán, el vasco y el gallego son idiomas con el mismo rango lingüístico e histórico que el castellano (no así el balear o el bable, que son dialectos y lenguas, por tanto, menores), pero el único que es común a todos los señores que, cobrando de nuestros impuestos, nos representaban en tal encuentro es el castellano, conocido en todo el mundo como 'español'. Exigir que todos ellos se expresaran en la única lengua que ellos mismos entienden, todos, y que entendemos quienes pagamos sus sueldos no es sólo un acto de lógica, es un acto de respeto a nuestros valores fundamentales como país.

Pero resulta que, desde que Pedro Chapote engañó a unos cuantos para, con mentiras e invenciones, desalojar al presidente que los españoles habíamos elegido y colocarse él en su sitio, esto ya no es un país sino un espectáculo dantesco y esperpéntico, el 'circo' (con perdón) se culminaba con la escena de los pinganillos, con señores que hablan la misma lengua y que les oficial a los territorios que representan, colocándose en las orejas unos pinganillos para que otros invitados les tradujeran lo que decían sus compañeros en otras lenguas que no son la que comprenden y hablan todos.

Una vez más, el nivel lo dio Díaz Ayuso. Y quizás sea mucho pedirles a los demás líderes del PP que fueran ellos los que tomaran la iniciativa, pero el hecho de no haberse levantado con ella es tan preocupante como clarificador.

Todo ello en una conferencia de presidentes en la que la propia Isabel Díaz Ayuso también dio que hablar negándose a dar dos besos a una señora de extrema izquierda que la llama, ella y sus compañeros de partido, asesina cada vez que puede y en todos los foros, incluidas las instituciones. Yo también lo hubiera hecho; yo también lo aplaudo. Y no sólo porque lo de 'asesina' es una gran mentira, otra de esas invenciones de la extrema izquierda, que es todo lo que queda de la izquierda en este país, sino porque demuestra que ellos están en guerra permanente y sin convenciones contra todo lo que no son ellos mismos.

Es desolador y descorazonador vivir en un país en el que hay tanto idiota que compre la mercancía averiada de que Díaz Ayuso es una asesina, mientras que los partidos que la acusan de ello gobiernan con el apoyo de EH Bildu, el partido de la ETA, el partido que justifica y celebra los asesinatos de la banda terrorista, el partido que lleva en sus listas a asesinos y terroristas. Díaz Ayuso es una terrorista, pero Merche Aizpurúa, la que colocaba en su periódico la diana sobre la que habían de disparar los pistoleros, ésa es la madre Teresa de Calcuta; o mejor, sor Mercedes.

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