Hay veces en la vida que uno se da de bruces con chistes majestuosos. Son chistes como todos, o cuentos, como dicen en Buenos Aires. Pero su majestad deriva de la agudeza irónica, del calado intelectual o de la burla elogiosa, ese arte magistral que logra que ni siquiera el aludido perciba que lo están matando a risas. Yo he tenido la fortuna de saber que existen y que hay gente capaz de elaborarlos con naturalidad. Es una gracia divina. Hasta los cuervos están dotados del don de la risa, le insinuaron al Plinio de Francisco García Pavón
Recuerdo uno del gran Canalsú, Andalucía Imparable, un humorista gráfico entonces clandestino, no sé ahora, que colaboró conmigo en el libro La Tela de Araña andaluza: Hilos de un régimen con sus viñetas descarnadas y elocuentes. Eran los tiempos de Manuel Chaves, el antecedente más preclaro de Pedro Sánchez y el que puso en estado de prueba todo el socialismo anti-alternancia democrática que el Puto Amo acaba de definir con claridad. ¿Convocar elecciones para que gane la derecha? Vamos, anda ya, con la democracia de los cojones.
Reinaba como un Faraón longevo en su Palacio cuando su hija Paula logró ser contratada por la empresa Minas de Aguas Teñidas (ya sabemos de qué), tras algunos pinitos previos en otras empresas de la cuerda. El ex sindicalista ugetista y comisionero y rastreador de primera, Antonio Barreda Alcobet, que colaboraba conmigo en el destripamiento de la tela de araña socialista del Sur, olfateó como nadie lo que iba a pasar y se dispuso a leer todos los días el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), a ver cuándo tocaba la flauta.
Y tocó, vaya si tocó. Un día de enero de 2009, el avispado sabueso me llamaba para decirme que, en efecto, el "cabezón", sinónimo de Chaves, lo había consumado: le había regalado a la empresa contratante de la niña contratada la friolera de 10 millones de euros bajo la forma de ayuda a fondo perdido y sin ausentarse del Consejo de Gobierno, de manera irregular porque la Ley del Gobierno lo prohibía. Se lo contamos al PP y el PP se lo embauló a El Mundo. Cromos. Pero esta es la verdad.
"El escándalo estaba servido. Saltó al Parlamento nacional y a todos los medios informativos. Sin embargo, en Andalucía, el nuevo presidente y sucesor de Manuel Chaves, José Antonio Griñán aprovechaba en el Consejo de Gobierno del 21 de julio de 2009 los informes de la inspección de servicios para no abrir expediente sancionador a Manuel Chaves que no se ausentó del Consejo de Gobierno que él mismo presidía dada la presencia de su hija en la empresa subvencionada." (Del libro mencionado sobre la tela de araña andaluza).
Pero volvamos al chiste majestuoso de Canalsú. En un recuadro, dibujada con desgana impresionista pero con intención, aparecía la cara de Paula Chaves, bajo esa nube con puñal que incorporaba el pensamiento de la protagonista que expresaba: "¿Y cómo iba a saber yo que mi padre era el presidente de la Junta de Andalucía?". Lo compuso así:

Cuando la gente, ayer, se escandalizaba por la actitud de José Luis Ábalos, uno de los puteros y chorizos de la trama Moncloa-PSOE que sufrimos, que no quiso tirar de la manta a ver qué pasa si amenaza con tirar, no había macerado el argumento. Pero, ¿cómo iba a saber el secretario de Organización del PSOE sanchista y ministro de Transportes que Delcy Rodríguez era la mano derecha o izquierda de Nicolás Maduro y que era la princesa de Zapatero?
¿Cómo iba a saber de Jessica, de Anais, de la de Asturias y las otras, de los negocios de su hijo, de las entretelas de Koldo, de los manejos de Santos Cerdán, de las urnas fraudulentas del congreso del PSOE de 2014 y de los inquietantes avales que segaron la hierba bajo los pies de Susana Díaz? ¿Cómo iba a saber de los negocios ultramarinos, los de los marroquíes, o de los patrióticos?
Es más. ¿Cómo se atreve alguien a decir que su voz es la suya por el mero hecho de estar grabada en una cinta? Es la UCO, la mala, la que espera el latigazo del gobierno para ser desacreditada, la que ha manipulado las pruebas. ¡Vengan fonetistas, expertos en sonido, a ver si la voz de Ábalos es la suya o no lo es! Y que corra el tiempo, que pase el verano, que el Uno, el pacífico, el antiguerra, ataque a Trump y saque la bandera de la paz pintada sobre los contratos de su esposa en la Complutense.
Porque, claro, ¿cómo iba a saber el orgiasta del parador de Teruel que era suya la voz que le grababa el tonto Koldo, el único que ha resultado no ser tan tonto como nosotros?
Como el PP y Vox son tan canelos, les regalamos otro chiste majestuoso, esta vez del granadino Ropo, Antonio Rodríguez, que hace más de diez años les daba armas risueñas de las que aún no se han enterado:

Majestuosa es la lista (en alemán o no) que se puede añadir a ese discurso, digo yo.

