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VOX, un nuevo escollo para la derecha española

Muchos de quienes contribuimos al crecimiento de VOX, hasta situarlo hoy en la tercera fuerza política de España, observamos con preocupación la peligrosa deriva que ha tomado.

Desde que en junio de 2023 Abascal perdió 19 diputados en el Congreso, mientras a nivel local y autonómico el partido creció en representación institucional por diferentes lugares de España, la cúpula nacional de VOX ha trabajado obstinadamente para decrecer el partido y evitar que la agenda política de VOX avance en las autonomías y municipios, mientras Abascal se encuentra en la oposición en el Congreso, con especial empeño en evitar el surgimiento de liderazgos locales o autonómicos.

A lo largo y ancho de toda España se han producido situaciones de mobbing y hostigamiento a quienes pretenden avanzar, implantando cambios que se perciban como un logro para los votantes de VOX, porque nadie puede lograr nada, si no es Abascal.

La obsesión de Abascal con que no haya "baronías en las provincias" ha sido nefasta para el funcionamiento interno del partido: no permiten el establecimiento de liderazgos. Y así nos lo comunicó el propio Santiago Abascal a los vicepresidentes autonómicos y a mí misma, en una reunión en Madrid a inicios de legislatura, a la que acudí en calidad de portavoz en Baleares: "No queremos baronías en las provincias". Fue la única vez que tuve oportunidad de mantener un encuentro con Abascal para algo parecido a una reunión de trabajo en toda mi etapa de militancia en VOX. En esa reunión no se nos permitió hablar a ninguno de los convocados.

Lo cierto es que, desde aquel momento, e incluso desde varios meses antes, venimos observando que si un equipo funciona lo revientan, se cargan al líder con prácticas tóxicas como las que han vivido Carlos Verdejo (portavoz autonómico en Ceuta), Rocío Monasterio (portavoz en la Asamblea de Madrid), Juan García-Gallardo (portavoz en las Cortes de Castilla y León) o yo misma, Idoia Ribas (portavoz en el Parlamento de Baleares), por citar sólo algunos ejemplos más allá de los primeros casos que nos precedieron, ampliamente conocidos, encarnados en Macarena Olona e Iván Espinosa De los Monteros, junto a personas afines a ellos que, de igual modo, fueron purgados en su momento.

Algunos podrán pensar que esa actitud de Abascal cambiará si algún día desempeña áreas de gobierno en España y que sólo mientras esté en la oposición no permitirá a nadie tener iniciativa alguna, por sus celos o sus inseguridades, pero lo cierto es que la modificación de los Estatutos internos del partido, operada en 2022, blindan la posibilidad de que haya la más mínima participación democrática en la toma de decisiones estratégicas. Éstas se adoptan de forma caprichosa por una cúpula, desconocida por el público general y hasta por los propios afiliados, que actúa en la sombra, sirviendo a los intereses personales de muy pocas personas, y que el resto deben acatar, incluso siendo contrarias al interés general del votante de derechas, como fue el abandono de los gobiernos autonómicos en julio de 2024.

De hecho, quienes han intentado encauzar la deriva antidemocrática de VOX desde dentro sólo han obtenido por respuesta los correspondientes expedientes de expulsión, como es el caso del General Antonio Budiño (excandidato a la Junta de Galicia) o Javier Teira y Ana Rosa Hernando (procuradores en las Cortes de Castilla y León), Maite De Medrano (consejera en Menorca y regidora en Ciudadela) o numerosos concejales repartidos por toda España, como Sonia Lalanda en Palencia, María Ángeles Guardiola en Madrid, Alejandro Pérez de la Sota en Salamanca, Marta Sanz en Asturias o Vicente Bustos en Barcelona, por poner solo algunos ejemplos. Por eso, quienes hemos vivido la lucha interna por defender la democracia, por encima de la partidocracia, sabemos que la deriva de VOX es imparable, además de ser una amenaza real para España y para la libertad.

Esta estrategia de hiperprotección del liderazgo de Abascal, por el excesivo celo a perderlo, hace imposible el crecimiento del partido a nivel estructural y ahuyenta el talento. Unos se van, otros son obligados a irse con prácticas tóxicas, otros son expulsados directamente.

La consecuencia de todo esto es un retroceso en la agenda política de la ideología liberalconservadora de España que perjudica gravemente los intereses de esos votantes, especialmente en las pasadas elecciones autonómicas, que ven como el proyecto que VOX prometió no avanza en sus respectivas regiones, donde se gestionan todas las competencias que inciden directamente en la vida diaria de las personas. Abascal ha convertido a VOX en un nuevo escollo para el avance real de la derecha española y, por tanto, en la nueva muleta de la izquierda: dinamitan los equipos por toda España y les impiden avanzar en su agenda política.

Ejemplo de todo ello es la deserción de los gobiernos con la excusa de los menas, las trabas absurdas para impedir llegar a acuerdos con el Partido Popular que supongan un logro para los votantes de VOX, la negociación a la baja con el PP desde la dirección nacional en todos los municipios y autonomías, los ceses y hostigamiento a líderes locales o autonómicos donde los equipos estaban funcionando o habían crecido en representación institucional, el nombramiento de "antilíderes" al frente de los equipos, o las instrucciones a sus equipos de prensa para silenciar en medios de comunicación a quienes obtienen algún logro o avance en el ideario del partido.

Muchos de quienes contribuimos al crecimiento de VOX, hasta situarlo hoy en la tercera fuerza política de España, observamos con preocupación la peligrosa deriva que ha tomado. De ahí el surgimiento de movimientos como la 'Declaración de Barajas' en febrero de 2025, donde un centenar de cargos institucionales reclamamos su refundación y, recientemente, la expansión de 'Avanza en Libertad', asociación que aglutina a cargos electos de diversas regiones y municipios de España, convencidos de que actualmente existe un vacío ideológico en la política española a nivel autonómico y municipal provocado por esa inacción de VOX, cuando no acción dañina.

Por primera vez en la historia política de España un movimiento surgido en Baleares se ha extendido a regiones peninsulares como Castilla y León, Asturias, Madrid, Barcelona, Aragón o Extremadura, conscientes de que España necesita impulsar políticas municipales y autonómicas acordes a una parte importante del electorado de derechas, porque nuestro sistema territorial provoca, irremediablemente, que la mayoría de las competencias que preocupan y afectan directamente a los ciudadanos estén transferidas a esos niveles, y porque más allá de renunciar a principios por defender a un partido, lo honesto es defender los principios, por encima de los réditos personales que pueda ofrecer al político la cúpula de su partido. Idoia Ribas. Diputada autonómica en Baleares y presidenta de Avanza en Libertad. 1 de septiembre de 2025.

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